El estadounidense Chris Coleman se convirtió en Glasgow en nuevo campeón del mundo de pista cubierta de los 60 metros llanos al vencer en la final el particular duelo que mantuvo con su compatriota Noah Lyles, triple campeón del mundo al aire libre en 100, 200 y 4x100.
Diez horas después de superar con solvencia la primera ronda con dos victorias en sus respectivas series de clasificación, Coleman y Lyles se vieron las caras sobre la pista del Emirates Arena.
Coleman, que ganó el oro en el Mundial bajo techo de Birmingham 2018, no pudo revalidar su corona en Belgrado 2022 al verse sorprendido por el italiano Marcell Jacobs. En Glasgow no quiso que le volviera a pasar lo mismo y desde el principio se le notó muy centrado en conseguir su objetivo.
Para ello sabía que el rival que tenía enfrente en esta ocasión era de altura, Noah Lyles, que, a sus 26 años, buscó por primera vez la corona mundial bajo techo justo antes de su gran objetivo del año, los Juegos Olímpicos de París.
El velocista estadounidense llegó a Escocia como líder mundial del año con 6.43 segundos y el duelo con su compatriota Chris Coleman, de 6.44, prometía ser uno de los grandes momentos de los Mundiales. Así fue en la final, en la que Coleman paró el crono, con mucha superioridad, en 6.41, tres centésimas menos que Lyles.
Coleman lo celebró con efusividad sobre la pista y encontró la felicitación de Lyles, que nada más terminar la carrera le chocó la mano y le dio un abrazo. Un minuto después, Lyles se acercó a la grada, dónde estaba parte del equipo técnico estadounidense y cogió dos banderas, una para él y otra que entregó a Coleman para su celebración. Ambos se taparon con ella y celebraron sus respectivas medallas con los aficionados que llenaron en la sesión vespertina el Emirates Arena.
El podio lo completó el jamaicano Ackeem Blake con 6.46.