Francia, por su parte, se medirá este sábado a Yugoslavia, en el partido por la medalla de bronce.

La selección brasileña, que aspira a conquistar su primer oro, ha visto cumplidas sus peticiones. La delegación brasileña ansiaba toparse a los rusos en la final porque este adversario no sólo suponía para dar mayor prestigio a la cita ("así habremos ganado a todos los grandes", proclamaron los brasileños), sino que será la gran revancha de la última Liga Mundial.

Rusia arrebató el título a Brasil del modo más doloroso: en su propia casa (Belo Horizonte, el pasado 18 de agosto). Dentro de dos días, los jugadores de Bernardo Rezende "Bernardinho" tendrán mejor de las oportunidades para resarcirse.

UNA SEMI CON TODO
En la segunda semifinal, la altura de los jugadores rusos fue determinante para doblegar a un equipo francés que completó en esta edición la mejor participación de su historia.

Los hombres de Philippe Blain se toparon con el adversario más incómodo: un sexteto de 'torres' humanas que anuló durante muchas fases del encuentro el ataque y el bloqueo de sus centrales, Olivier Kieffer y Dominique Daquin.

Rusia se había anotado la primera manga (19-25), mientras Blain seguía sin encontrar el sexteto ideal. El cambio de colocador (Mathias Patin reemplazó a Loic De Kerget); de central (Sebastien Frangolacci por Daquin) y de receptor (Luc Marquet por Frantz Granvorka) variaron la fisonomía, pero aún tardó en causar efecto en el juego.

Mediada la segunda manga (9-9), la eficacia de los rusos en ataque comenzó a tambalearse. Los errores de Serguei Tetioukihne y Roman Iakolev se sucedieron (12-9) y, dos puntos directos de Granvorka (12-7) permitieron renovar las ilusiones franceses.

Blain quiso evitar cualquier remontada de sus rivales y recurrió a una arriesgada jugada de estrategia. Dio entrada a Montmeat por Mathias Patin, lo que dejaba a Francia sin distribuidor, pero añadía más centímetros. Fueron los momentos más brillantes de los franceses (21-13) que le condujeron a equilibrar el encuentro (25-16).

A partir del tercer set, el juego se tornó mucho más irregular por ambos bandos y la enorme trascendencia del resultado mantuvo la tensión hasta el final. Rusia, merced a la aportación del joven Pavel Ambramov y los primeros tiempos de Andrei Egortchev (2,05) y Alexei Koulechov (2,06) parecía encaminarse hacia el triunfo (20-25).

Francia, de la mano de Granvorka, superó el difícil momento (25-20) y forzó la disputa de la "muerte súbita". La raza de campeón de los rusos salió a relucir por primera vez a lo largo del torneo, y suya fue la victoria final.

Pese a ello, Rusia dejó constancia de que no atraviesa su mejor momento y, Francia, sin un líder, pero con un enorme tesón y, sobre todo, un espectacular líbero, Hubert Henno, mereció mejor suerte.

SÍNTESIS
2 - Francia: Granvorka, De Kergret, Kieffer, Capet, Antiga, Daquin -equipo inicial-, Henno (líbero), Frangolacci, Marquet, Patin y Montmeat.

3 - Rusia: Abramov, Khamouttskikh, Iakolev, Tetioukhine, Koulechov, Egortchev - equipo inicial- Mitkov (líbero), Kossarev, Ushakov y Khtei.

Parciales: 19-25 (22m.), 25-16 (18m.), 20-25 (24m.), 25-21 (26m.) y 9-15 (15m.)

Arbitros: Leuthausser (Alemania) y Stoyanov (Bulgaria).

Incidencias: segunda semifinal del Mundial 2002 disputado en el estadio Luna Park ante unos 5.000 espectadores.