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AFC Oeste: Chiefs ya acarician un nuevo e improbable título ante decepcionantes Chargers, Raiders y Broncos

La AFC Oeste, llamada a ser la división más cerrada y competitiva en 2022, se convirtió en la más decepcionante en la NFL desde antes de la mitad de la temporada regular y parece ser sólo cuestión de tiempo para que corone al mismo campeón de los últimos seis años, los Kansas City Chiefs.

Si este domingo se combina una victoria Kansas City en su compromiso en casa ante Los Angeles Rams con una derrota de Los Angeles Chargers en su visita a los Arizona Cardinals, los Chiefs podrían comenzar a organizar la fiesta por su séptimo título consecutivo a seis semanas de concluir el calendario regular.

La realidad de la AFC Oeste contrasta con el panorama que se vislumbraba en el receso de temporada, cuando los Chargers, Denver Broncos y Las Vegas Raiders se reforzaban con la idea en común de destronar a unos Chiefs que, en cambio, habían sufrido el duro golpe de perder a su mejor receptor.

A 11 semanas de haber iniciado la temporada regular, una frase podría explicar de manera contundente lo que sucede en la que se creía sería la salvaje AFC Oeste: Para que todo siga igual, debe haber cambios.

Esos cambios llegaron en forma de varios jugadores, entre los más destacados, Russell Wilson, quien se creía era la pieza que le hacía falta a los Broncos para dar el salto al grupo de contendientes, y Davante Adams, quien llegó a los Raiders considerado por varios como el mejor receptor de la NFL para darle a Derek Carr el arma para hacer trascender a los de negro y plata.

De cara a la etapa crítica de la temporada, este es el diagnóstico individual de los miembros de la AFC Oeste que indica por qué las cosas se mantuvieron prácticamente sin cambios.

Kansas City Chiefs (8-2)

¿Qué ha salido bien?

En la variedad ha estado el gusto de Patrick Mahomes al mando de una ofensiva en la que cualquiera puede tener el balón en sus manos en cualquier jugada. Travis Kelce se mantiene como el blanco favorito y más confiable del quarterback, pero eso no ha impedido que el resto tenga su cuota de envíos. Mahomes cada vez se entiende más con JuJu Smith-Schuster y Marques Valdes-Scantling y elementos como Mecole Hardman han dado un paso al frente en su desarrollo, mientras que otros actores secundarios no han defraudado, como los alas cerrados Noah Gray y Jody Fortson, y Jerick McKinnon y el novato Isiah Pacheco han aportado en el juego terrestre y aéreo.

A su vez, la defensiva ha hecho un trabajo por arriba del promedio y mejor del que a estas alturas habían hecho en campañas anteriores, lo que lleva a considerar que este grupo aún tiene margen para elevar su nivel.


Los Angeles Chargers (5-5)

¿Qué ha salido mal?

Lesiones, lesiones y más lesiones.

En papel, los Chargers tienen uno de los roster con más talento en la NFL, pero el bicho de las lesiones le pegó duro a este equipo que, pese a las largas o breves ausencias de jugadores clave que les han impedido jugar con consistencia, ha logrado mantenerse en el segundo lugar de la división y en la pelea por un boleto a Playoffs como comodín.


Las Vegas Raiders (3-7)

¿Qué ha salido mal?

Tener a Davante Adams en el campo y a un coach ofensivo como Josh McDaniels en la banca parecía ser la solución con la que Derek Carr finalmente daría el paso a la consolidación como un quarterback confiable, pero lo único que ha entregado este trío son destellos de lo que se esperaba de ellos de forma más consistente. Carr no ha dejado de ser un quarterback ansioso en la bolsa de protección y su actitud en el campo le ha impedido explotar el talento de Adams.

Los Raiders han mostrado que tienen el talento para ponerse en buena posición de ganar, pero tres colapsos en juegos en los que tuvieron ventaja de más de 17 puntos en cada uno de ellos ha evidenciado, además de no tener idea sobre cómo liquidar esos encuentros, una pobre mentalidad y eso empieza con el coach.


Denver Broncos (3-7)

¿Qué ha salido mal?

¿Por dónde empezar? Iniciemos con que la contratación de Nathaniel Hackett se hizo con la intención de atraer a Denver a un quarterback que no se llama Russell Wilson y que trabajó con el coach en años pasados; sigamos con el hecho de que Hackett no mostró confianza en Wilson en una situación crítica del primer juego de la temporada regular, un quarterback que luce ansioso en la bolsa de protección, además de algunas lesiones en posiciones importantes y las malas decisiones de juego que llevaron al entrenador en jefe a contratar a un asistente que se encargue de hacer el trabajo para el cual él fue contratado y se entenderá por qué los Broncos son una de las mayores decepciones en 2022.

Si los Broncos han sido competitivos en varios juegos pese a que su ofensiva promedia apenas un touchdown por partido, ha sido gracias a una defensiva que sí ha tenido un desempeño al nivel de un equipo contendiente.