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Raúl Allegre presenta sus observaciones a la primera jornada de la NFL

En el golf, en los juegos entre amigos, hay algo que se llama "mulligan". Un jugador pide un mulligan en la salida del hoyo uno cuando su primer tiro le sale mal. Normalmente el segundo tiro es mejor. Los que somos maletas necesitamos que nos pongan una tinita de pelotas para ver si una cae bien.

En esto de las predicciones de la NFL no existen los mulligans. Hay que vivir con los resultados de las predicciones hechas antes de la temporada. En una situación ideal, pediría tres semanas antes de predecir para ver el nivel verdadero de los equipos. La primera semana enseña mucho, pero se necesitan más partidos para que los equipos entren en ritmo.

Mis cuatro finalistas, Kansas City, Pittsburgh, Seattle y Green Bay ganaron, lo cual es un buen comienzo, mejor que la temporada pasada. De los cuatro, el único que demostró nivel de Super Bowl fue Pittsburgh. Es cierto que hay que llegar jugando bien a la recta final, pero los dos equipos que llegaron al Super Bowl 50, ganaron sus primeros siete partidos. En el caso de Carolina, fueron 14 consecutivos.

Seattle, mi favorito para campeón, sufrió contra Miami. Mi temor acerca de la línea ofensiva estuvo bien fundado. Pudieron correr con resultados aceptables, pero Russell Wilson estuvo asediado toda la tarde y salió lastimado. Del lado positivo, Wilson, aún sin tener movilidad, pudo completar una serie ofensiva de 14 jugadas y 75 yardas para anotar el touchdown de la victoria en un pase a Doug Baldwin. Para Wilson, tener un tobillo lesionado fue como pelear con un brazo atado por la espalda ya que la ofensiva de Seattle está diseñada para explotar su movilidad. Demostró que tiene temple y que puede ganar lanzando desde la bolsa de protección. Este factor demuestra su desarrollo como QB y será importante en el cierre de temporada.

Kansas City también tuvo que remontar, en este caso el déficit más grande en la historia del equipo cuando perdían 3-24 tarde en el tercer cuarto. Alex Smith no es espectacular, pero es un QB que comete pocos errores. La defensiva de los Jefes no parece ser tan hermética como la de 2015, pero reaccionaron cuando los necesitaron. Más importante que la victoria fue el espíritu de lucha y competitividad que exhibió el equipo de Andy Reid. La derrota, en casa contra un rival de división, hubiera sido costosa, pero se negaron a aceptar el resultado y lucharon hasta vencer a un rival complicado.

Green Bay también estuvo abajo en el marcador antes del descanso y estuvieron cerca de que Jacksonville les sacara el partido en el último minuto, pero su defensiva impidió que los Jaguares --tocando la puerta en la yarda 14 de Green Bay-- consiguieran una yarda. Al igual que Seattle y Kansas City, los Empacadores buscaron la forma de ganar.

Kansas City verá regresar a su mejor jugador ofensivo en Jamaal Charles y a su mejor jugador defensivo en Justin Houston. Cerraron bien la temporada 2015. Seattle es otro equipo que juega mejor a partir de noviembre. Todavía tengo fe en estos dos.

Con mucho, el mejor equipo de la semana uno fue Pittsburgh, y no contó con Le'Veon Bell ni Markus Wheaton. DeAngelo Williams, quien fácilmente podría ser titular en varios equipos, corrió con facilidad. La línea ofensiva se divirtió contra sus contrapartes de Washington. Fue como ver un gato jugar con un ratón antes de comérselo. El talón de Aquiles de los Acereros, su defensiva secundaria, jugó de una manera conservadora, pero efectiva. Permitieron una gran cantidad de pases cortos a Kirk Cousins, pero ningún touchdown, y vaya que Cousins tiene un arsenal impresionante de receptores. Cuando hubo que apretar en tercera oportunidad lo hicieron. Antonio Brown no pudo contra Josh Norman, pero no lo siguió al lado opuesto del campo en donde Bashaud Breeland pagó los platos rotos. Si Ben Roethlisberger no se lastima, y esa es el gran temor de los fans de Pittsburgh, será difícil que alguien los doblegue.

Hablar de todos los equipos haría muy larga esta nota, pero a continuación doy reflexiones breves de algunos que considero relevantes.

Denver es mejor de lo que esperaba. La defensiva empezó como terminó en el Super Bowl, pero no fue lo que me llamó más la atención. Fue el desempeño de una línea ofensiva reconfigurada que tuvo un gran partido contra Carolina. Se dice que los siete frontales de Carolina son los mejores de la NFL. Si Denver pudo ante este sinodal tan complicado, Gary Kubiak tiene con que implementar su estilo de juego. Trevor Siemian cumplió, pero no lo veo como titular en noviembre. Denver tuvo que depender de un gol de campo fallado para ganar, pero un triunfo es un triunfo.

Bill Belichick es SIN DUDA, el mejor entrenador de la NFL hoy en día y posiblemente el mejor en la historia. A muchos les molesta admitirlo y lo acusan de trampas y artimañas, pero el buen Bill les diría que su fueran a chiflar a la loma. Un verdadero fan y conocedor de fútbol americano, reconocería lo que logran los Pats de Belichick. Vencieron al favorito de la Conferencia Nacional, EN SU CASA, sin Rob Gronkowski, sin sus dos tackles ofensivos titulares y sin su majestad, Tom Brady. ¿En realidad, hay que hablar más de este asunto? Al igual que Denver, dependieron de un gol de campo fallado, pero como Denver, estuvieron en posición de ganar al final del encuentro. New England no se vio tan fuerte como Pittsburgh en la semana uno, pero las bajas que tuvieron fueron múltiples y claves. Vimos el desempeño de Pittsburgh sin Big Ben. Mis respetos para Bill. "Al César lo que es del César".

Es una tristeza que el mejor QB joven de la NFL, Andrew Luck, tenga que jugar en una organización tan desequilibrada como la de los Potros de Indianapolis. Desde que llegó al equipo no ha tenido línea ofensiva y la defensiva ha sido una coladera. Me atrevo a decir que Luck es mejor a estas alturas de su carrera que el mismo Peyton Manning. La gran diferencia es que Peyton tenía a Tony Dungy y a Bill Pollian de su lado. Luck tiene a Chuck Pagano, a quien considero buen entrenador, y a Ryan Grigson, un gerente general altamente incompetente que de alguna manera fue mantenido en su puesto por Jim Irsay, el dueño del equipo.

Dos equipos que dieron lástima fueron Cleveland y Los Ángeles. Sólo vi el resumen del juego de Cleveland y revisé los resultados finales. Sólo basta analizar el roster del equipo para determinar que están muy por detrás del resto de la NFL. Me tocó narrar un partido de los Cafés en pretemporada y jugaron pésimamente. Contra Philadelphia, que no es ningún trabuco, no tuvieron posibilidades. No descarto la posibilidad de que se unan a los Leones de Detroit como el segundo equipo en perder 16 partidos en una temporada. Por su parte los Carneros hicieron el ridículo en MNF. Estuvieron en el programa "Hard Knocks", y fue claro qué tanto Jeff Fisher tiene al grupo de entrenadores para ganar con consistencia en la NFL. En 22 años como entrenador en jefe ha visto a sólo tres asistentes, Gregg Williams, Kevin Gilbride y Jim Schwartz, convertirse a su vez en entrenadores en jefe. Ninguno terminó con marca ganadora y regresaron a ser coordinadores. La mejor cualidad de un buen entrenador en jefe es rodearse de asistentes capaces. Fisher, es buen entrenador, pero no sabe identificar buenos asistentes. Además, la decisión de ceder tanto por Jared Goff fue desastrosa. Goff tendrá que mejorar dramáticamente para poder ayudar a esta franquicia.

Ganar es un hábito y aunque la temporada de la NFL es larga y sinuosa, llena de baches y peligros, ayuda empezar ganando. Para aquellos cuyos equipos perdieron, les recuerdo que la diferencia más grande, para bien o para mal, entre los equipos durante una temporada se da de la primera a la segunda semana.