GREEN BAY -- El mariscal de campo de los Green Bay Packers, Aaron Rodgers, tiene un plan que incluye dos elementos para reponerse tras la derrota del domingo ante los Dallas Cowboys en casa.
"Tomaré un vaso de whisky, me relajaré un poco y estudiaré el partido", comentó el N°12 tras el descalabro por 30-16 en Lambeau Field. "Soy mi principal crítico y revisaré este juego tanto como cualquier otro para mejorar".
Rodgers, quien ha discutido con anterioridad su gusto por el whisky, entiende la frustración en el vestidor del equipo y de los aficionados, quienes abuchearon a la ofensiva cuando salía del campo tras otra serie fallida en la segunda mitad.
"Miren, estamos molestos, ellos también lo están y es parte de ello", comentó el mariscal de campo. "No es la primera vez y probablemente no sea la única".
Los Packers (3-2) llegaron al compromiso del domingo como la vigesimoseptima ofensiva por aire y Rodgers era el pasador con el peor porcentaje de pases completos con 56.1 por ciento de sus envíos satisfactorios.
Pese a la mejora en este departamento el domingo (73.8% ante los Cowboys), el dos veces Jugador Más Valioso de la NFL solo fue capaz de comandar una serie hasta las diagonales, pero esta llegó hasta el último cuarto con 6:53 por jugar en un pase de seis yardas a Randall Cobb. Previo a esto, los Packers ya perdían 27-9. Tuvo un par de entregas (una intercepción y un balón suelto), además de fallar varios pases.
"El único punto positivo es que jugamos de nuevo en cuatro días", comentó Rodgers, en referencia al juego del jueves por la noche ante los Chicago Bears."Esperemos que podamos quitarnos este mal sabor de boca muy pronto".