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Una felicitación de Nixon que Obama convirtió en fiesta en la Casa Blanca

Len Dawson fue elegido el Jugador Más Valioso del Super Bowl IV y nunca imaginó que sería el primer jugador profesional de cualquier liga que sería felicitado telefónicamente por el Presidente de EEUU. Getty Images

Las visitas de los campeones a la Casa Blanca en la época moderna son cosa común desde hace varios años, pero Barack Obama las llevó a otro nivel por una sencilla razón: su afición a los deportes.

Ese mismo gusto por el futbol americano, el beisbol y basquetbol fue el que hace 47 años llevó a otro presidente de EEUU a poner en práctica una ocurrencia que, en su momento, quizá sólo fue una anécdota, pero que años más tarde se convirtió en una práctica común.

El 11 de enero de 1971, los Kansas City Chiefs habían vencido a los Minnesota Vikings en el Super Bowl IV que se celebró en New Orleans y Richard Nixon, quien era un ferviente aficionado al futbol americano y al beisbol, siguió el duelo de principio a fin.

Al fin y a cabo era domingo y su agenda estaba más relajada que entre semana.

Nixon asistió a varios juegos de Grandes Ligas y de NFL durante su administración (1969-74), particularmente a los partidos de los Washington Redskins, su equipo favorito y que era dirigido en aquél entonces por el coach George Allen, de quien se hizo muy buen amigo y a quien visitó también en varios entrenamientos.

Luego de vencer 23-7 a los Vikings, los Chiefs celebraban su primer –y único hasta ahora- triunfo en el Super Bowl en el vestidor y recibían el trofeo de campeones.

Len Dawson, quarterback de los Chiefs, fue elegido el Jugador Más Valioso del encuentro y mientras festejaba con sus compañeros y daba entrevistas, nunca imaginó la sorpresa que se llevaría.

“Alguien se acercó a mí y me dijo, ‘Te llama el presidente’”, relata Dawson. “Y yo pregunté, ‘¿El presidente de qué?’, y me dicen, ‘El Presidente de Estados Unidos. Te quiere felicitar’”.

Nixon y Dawson platicaron por alrededor de seis minutos, sin embargo, la cortesía quedó en eso. No hubo invitación a la Casa Blanca.

Las invitaciones al hogar del Presidente de EEUU en Pennsylvania Avenue comenzaron a ser parte de la agenda en 1980, cuando Jimmy Carter felicitó personalmente a los Steelers y Piratas de Pittsburgh por sus títulos en la NFL y Grandes Ligas.

Anteriormente, la visita de equipos campeones de Grandes Ligas y NBA fueron ocasionales.

Ronald Reagan fue quien hizo las invitaciones a la Casa Blanca una práctica común, pero luego de que George Bush, Bill Clinton y George W. Bush las hicieron rutinarias, fue Obama quien las convirtió en algo interesante para los equipos campeones y hasta para sus aficionados.

Sin embargo, fue Nixon quien, sin proponérselo y gracias a su entusiasmo por los deportes, marcó agenda al hacer de una buena intención un acto oficial que podría haber llegado a su fin con la visita de los Cachorros de Chicago a la Casa Blanca.