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Un Harbaugh "lleno de emoción" visita al Papa

EL VATICANO -- Jim Harbaugh estaba parado en las escalinatas de la Basílica de San Pedro con un casco de la Universidad de Michigan y un par de zapatos deportivos temáticos de los Wolverines.

Los miembros del grupo de más de 150 de Michigan vinieron a este viaje inusual a Italia con una variedad de razones. Para algunos, era la primera vez que salían de los Estados Unidos. Otros nunca habían visitado a Roma.

¿Para Harbaugh? El vino por todas las razones que se puedan imaginar. Pero en especial esta. Dentro de El Vaticano, estar parado a solo pulgadas el Papa Francisco.

"Si no logro nada más en mi vida, si me voy ahora mismo", dijo Harbaugh. "Estaría saliendo como un hombre bendecido".

El entrenador de Michigan, junto a su esposa, Sarah, tuvo la oportunidad de saludar al Papa el miércoles luego del sermon semanal del Papa en la Plaza de San Pedro.

Sarah Harbaugh alcanzó las manos del Papa, le dijo "Te Amo" y eventualmente besó sus manos. Harbaugh, tras entregar el casco -- con el nombre del Papa y su número (266) y los zapatos deportivos -- escuchó al Pontífice pedir sus oraciones.

Fue un momento que ninguno jamás olvidará y que ambos dijeron necesitarán tiempo para poder entenderlo.

El fallecido abuelo de Harbaugh, Joe Cipiti, vino a los Estados Unidos desde Italia cuando tenía 4 años. Describió su experiencia a sus nietos con gran detalle. Cuando se le preguntó el miércoles que pensaría "Grandpa Joe" en estos momentos que su nieto ha conocido y tocado al Papa, Harbaugh estaba casi falto de palabras.

"Creo que estaría orgulloso, yo sé que yo lo estoy", dijo Harbaugh. "Sabía que estaría lleno de emociones viajando a Italia luego de escuchar las historias de él viajando a Estados Unidos cuando tenía 4 años, el barco en el que navegó, el educarse solo hasta los 13 años porque tuvo que buscar un trabajo para apoyar a toda la familia de ahí en adelante.

"Pero ha sido algo más emocional de lo que yo anticipaba. Estoy muy, muy contento. Estoy viviendo en una nube de gracias en estos momentos, no lo puedo describir".

El resto de los Wolverines vieron el momento desde unos 30 pies mientras el Papa Francisco entraba a la Plaza de San Pedro con su comitiva motorizada personal. Para jugadores como Jack Wangler y Mike Wroblewski, católicos de toda la vida, fue un momento que ellos jamás pensaron que verían.

"Fue a una escuela católica toda mi vida y uno aprende sobre estas cosas toda la vida", dijo Wroblewski. "Y el poder verlo junto con mis compañeros, es increíble".

La semana de Michigan en Italia no ha terminado. Los Wolverines tendrán la primera de sus tres prácticas en Roma comenzando el jueves.

Después de que la mayoría del grupo se vaya, los Harbaughs se quedarán para que su hijo recién nacido, John Paul, bautizado en una misa pública en El Vaticano el domingo. La hiza de los Harbaugh, Addie, hará su primera comunión.

"Esto no puede mejorar. Ha sido la experiencia de mi vida", dijo Harbaugh.