FOXBOROUGH -- Habiéndose referido una vez a sí mismo como el 'favorito de la suerte' para las conmociones en la NFL, el receptor retirado Wes Welker dijo el miércoles que no cambiaría mucho de su carrera y que no pasa el tiempo preocupado sobre problemas potenciales de salud a largo plazo.
Welker sufrió, al menos, seis conmociones documentadas por la prensa como jugador de la NFL, esto incluyó una racha en la que tuvo tres conmociones en nueve meses durante la temporada 2013.
"No me puedo sentar a preocupar por eso, no quiero vivir mi vida de esa manera", le dijo Welker a ESPN durante un promocional con Leonard Hair para Transplant Associates. "¿Si hay una posibilidad (de implicaciones a largo plazo)?, quizá, no lo sé. Supongo que tenemos que ver cómo pasa todo. Haré todo lo que pueda para colocarme a mí mismo en una posición en la que pueda estar sano y esperemos que bien. Si estoy bien, genial. Al mismo tiempo, no voy a vivir preocupado de que mi cerebro pueda explotar en cualquier segundo".
Welker, de 36 años, tuvo la racha más productiva de su carrera con los New England Patriots, de 2007 a 2012, cuando atrapó 672 pases para 7,459 yardas y 37 touchdowns. Parte de lo que lo hizo favorito entre los fans fue que no sentía miedo de atravesar la zona media del terreno de juego y su voluntad para absorver golpes grandes a pesar de que no es muy corpulento.
"No sé si realmente eso cambiaría mucho quién o cómo fui en este negocio, porque mucha de esa agresividad y la razón (del éxito) fue por la forma en que jugaba", dijo. "Cuando sentí que ya no estaba jugando de esa manera, no estaba jugando con mi mejor habilidad".
Al mismo tiempo, Welker debió alterar algunas cosas a lo largo del camino.
"Viendo al pasado, ¿hubiera deseado salir de esos límites o disminuir el ritmo, especialmente al inicio de mi carrera? Siempre hay una mentalidad de guerrero, pero tratando de ser inteligente sobre todas esas cosas, sí, probablemente debí hacerlo", reconoció. "Cuando no tienes conciencia y sales sin ese temor, tienes cerca de 20 años, no piensas en ello, sólo sales a jugar".
Welker, quien hace apenas cinco días le dio la bienvenida a su tercer hijo al lado de su esposa Anna Burns, fue contratado en enero por los Houston Texans como coach asistente de equipos especiales ofensivos. La pareja tuvo gemelos en 2015.
Cuestionado sobre cómo se siente desde la perspectiva de salud, Welker respondió enfocándose, sobre todo, en la transición de su carrera como jugador a coach, que concluyó en 2015, tras una permanencia de ocho juegos con los Rams, después de dos temporadas con los Broncos.
"El año pasado fue difícil, ¿qué haces?, no tienes nada que hacer, te sientas y dices, 'que voy a hacer conmigo', no te puedes sentar a beber 12 cervezas al día y pensar que todo va a estar bien", dijo.
"Pienso que la cuestión principal es mantenerme ocupado y encontrar un propósito en lo que quiero hacer. Tengas conmociones o no, tienes que mantenerte activo y apasionado por algo. Así que pienso que teniendo este trabajo, disfruto algo que me apasiona y me mantiene ocupado, mantiene a mi mente pensando, me mantiene comprometido y es algo que amo. Eso ha sido bueno para mí".
"He estado bien en el tema de salud. El año sin actividad fue malo. Pasar ese año y encontrar después lo que quiero hacer realmente, de eso se trata. Peleo y voy por ello como lo he hecho con todo lo demás, dando lo mejor de mí en cualquier cosa que esté haciendo".