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Irrumpir en el Super Bowl como QB suplente no ha sido tan malo después de todo

Llegar al Super Bowl no es nada fácil y ganarlo es aún más difícil. A menos de que nadie haya esperado que estuvieras en él.

Lo que vive actualmente Nick Foles con los Philadelphia Eagles es una película que Tom Brady ya vio y que incluso protagonizó hace 16 años, cuando, inesperadamente, guió a los New England Patriots a ganar el Super Bowl XXXVI.

De la misma forma que Foles lo ha hecho desde diciembre de 2017, cuando tomó el control de la ofensiva de los Eagles por la lesión de Carson Wentz, Brady se hizo cargo del ataque de los Patriots luego de que el entonces quarterback titular del equipo, Drew Bledsoe, sufrió una lesión que cambió el rumbo de la historia de New England y la NFL.

En sus siete apariciones anteriores en el Super Bowl, Brady ha enfrentado a quarterbacks ya establecidos: Kurt Warner con los St. Louis Rams (edición XXXVI); Jake Delhomme con los Carolina Panthers (XXXVIII); Donovan McNabb con los Eagles (XXXIX); Eli Manning con los New York Giants (XLII y XLVI); Russell Wilson con los Seattle Seahawks (XLIX) y Matt Ryan con los Atlanta Falcons (LI).

Por primera vez, Brady se medirá a un quarterback que, como él hace 16 temporadas, llegó al Super Bowl cuando nadie lo esperaba..

La percepción general es que, una vez que un equipo, más si es contendiente, pierde a su quarterback titular, el colapso es inminente. Una prueba es que los Eagles no hayan sido considerados favoritos para ganar en la Ronda Divisional y Juego de Campeonato de la NFC sin Wentz, pese a haber terminado con la mejor marca de la conferencia.

Sin embargo, no son pocos los casos de pasadores que han entrado al campo en situación de emergencia y han hecho lo necesario y más para mantener a flote el barco y ayudar a su equipo a ganar el Trofeo Vince Lombardi.

Quizá sea el no tener nada qué perder y sí mucho qué ganar o sólo el cobijo de un equipo con el talento necesario para salir adelante lo que motive a estos jugadores y los haga irrumpir en la historia.

Foles está a un triunfo de repetir la hazaña y reescribir el guion de una película en la que puede dejar a Brady con el papel secundario.

Echemos un vistazo a los quarterbacks suplentes que han entrado de emergencia por lesión del titular para ganarlo todo.

DOUG WILLIAMS
Washington Redskins
Temporada 1987
Super Bowl XXII

- El coach Joe Gibbs había negociado un cambio para mandar a Doug Williams a los entonces Los Angeles Raiders y hasta había informado al quarterback de su decisión, pero, horas más tarde, dio marcha atrás.

“(El coach Gibbs) me dijo, ‘Douglas –así me llamaba--, cambié de parecer. No te voy a cambiar’. Me dijo, ‘Tengo la sensación de que en algún momento de la temporada, vas a entrar y a ganar esto por mí. Tengo la sensación de que serás quien nos ayude a ganar esto’”, relata Williams sobre ese momento.

En la Semana 1, el quarterback titular, Jay Schroeder, sufrió una separación del hombro y Williams entró para guiar a los Redskins al triunfo y a terminar el año con marca de 11-4 para ganar el título de la NFC Este, camino a convertirse en el primer quarterback afroamericano en conquistar el Super Bowl XXII.

Para la siguiente temporada, Schroeder fue cambiado… a los Raiders.

JEFF HOSTETLER
New York Giants
Temporada 1990
Super Bowl XXV

Tras ser reclutado en la tercera ronda del Draft de 1984, Jeff Hostetler pasó varios años en la banca y solicitó participar en equipos especiales y hasta jugar como receptor para jugar.

Previo a la temporada de 1990, el quarterback pidió ser cambiado de equipo, pero los Giants no cumplieron su deseo y se mantuvo como suplente de Phil Simms, quien dejó el juego de la Semana 7 por lesión y fue sustituido por Hostetler, quien remontó un déficit de nueve puntos para vencer 20-19 a los entonces Phoenix Cardinals.

La siguiente semana, Hostetler volvió a la banca y Simms retomó la titularidad hasta que en la Semana 15, en un juego contra los Buffalo Bills, volvió a quedar lesionado, esta vez de forma definitiva, lo que le dio a Hostetler las riendas de la ofensiva.

Los Giants habían perdido tres de cuatro juegos y con Hostetler ganaron los últimos dos de la campaña regular y tres más en Playoffs, incluido el Super Bowl XXV ante los Bills.

Hostetler jugó para los Giants hasta 1992 y jugó con los Raiders de 1993 a 96, fue seleccionado al Pro Bowl en 1994 y terminó su carrera con los Redskins en 1997.

KURT WARNER
St. Louis Rams
Temporada 1999
Super Bowl XXXIV

La de Kurt Warner es, quizá, la historia de “Cenicienta” más popular en la historia de la NFL.

En 1994, llegó a los Green Bay Packers como novato agente libre, pero fue cortado en la pretemporada y trabajó como empacador de artículos en una farmacia de Iowa, punto que Warner describe como el inicio de su ascenso.

Con prácticamente nulas posibilidades de jugar en la NFL, en 1995 firmó contrato con los Iowa Barnstomers de la Arena Football League, lo que le permitió ser tomado en cuenta por los Rams, que lo enviaron en 1998 a la NFL Europe y en la NFL fue quarterback de tercer equipo de St. Louis.

El momento de quiebre en la vida y carrera de Warner llegó en la pretemporada de 1999, cuando el quarterback titular, Trent Green, sufrió una rotura de ligamentos en la rodilla que lo dejaría fuera para toda la campaña.

Warner inició la campaña como titular y literalmente guió a los Rams a ganar el Super Bowl XXXIV al comando de una de las ofensivas más prolíficas en la historia de la NFL. Llevó de vuelta a los Rams al Super Bowl en la edición XXXVI.

En 2004 jugó con los New York Giants, pero perdió la titularidad con Eli Manning y luego jugó de 2005 a 2009 con los Arizona Cardinals, a quienes llevó al Super Bowl XLIII.

TRENT DILFER
Baltimore Ravens
Temporada del 2000
Super Bowl XXXV

Trent Dilfer fue la selección de primera ronda de los Tampa Bay Buccaneers en el Draft de 1994 y en su segundo año se hizo de la titularidad, la cual no perdió hasta sufrir una lesión en el hombro en la campaña de 1999, la última en su contrato.

Dilfer firmó con los Ravens como agente libre para la siguiente campaña, pero con el rol de suplente de Tony Banks, quien luego de iniciar la campaña con el pie derecho, entró en un bache en el que no pudo guiar a su ofensiva a anotar un touchdown en cuatro juegos.

En ese lapso, los Ravens perdieron tres juegos, por lo que el coach Brian Billick decidió darle la titularidad a Dilfer, quien no la soltó.

Con una defensiva considerada entre las mejores en la historia de la NFL y a la que enfrentaba en las prácticas, Dilfer hizo su trabajo y mantuvo a flote al ataque, que no tenía la necesidad de anotar mucho, para ayudar a los Ravens a calificar a Playoffs como equipo comodín camino a ganar el Super Bowl.

Al año siguiente, Dilfer emigró a los Seattle Seahawks, donde jugó de 2001 a 2004. En 2005 jugó con los Cleveland Browns y concluyó su carrera en 2007 con los San Francisco 49ers.

TOM BRADY
New England Patriots
Temporada 2001
Super Bowl XXXVI

Tras ser reclutado en la sexta ronda del Draft del 2000, Brady pasó desapercibido durante su primera temporada como suplente de Drew Bledsoe. Ese año, el número 12 de los Patriots sólo lanzó tres pases y completó uno.

En 2001, una tacleada por la banda del linebacker de los New York Jets, Mo Lewis, a Bledsoe le dio un giro de 180 grados a la fortuna de los Patriots. Bledsoe dejó el juego por lo que más tarde se sabría fue un colapso pulmonar provocado por el fuerte golpe.

Bledsoe quedó fuera de acción por un lapso de cuatro a seis semanas. Brady no pudo ganar el duelo ante los Jets, pero se apuntó su primera victoria en la NFL en su primer juego como titular la siguiente semana al vencer a los Indianpolis Colts de Peyton Manning.

El coach Bill Belichick decidió mantener a Brady en el puesto y el resto, como dicen, es historia.