ARLINGTON, Texas – Atrás de los jugadores titulares que aún continúan sanos a la ofensiva, los Dallas Cowboys tienen poco o nada. Y llegó el momento de preocuparse.
En la NFL hay una regla no escrita que indica que el tercer y penúltimo juego de exhibición debe ser casi un ensayo general de la manera en que los equipos abrirán su temporada regular.
Si ese fue el caso, los aficionados de la estrella solitaria vieron en el partido del Domingo por la Noche a un equipo local que perdió 27-3. Mucho peor aún que no tiene ni pies ni cabeza entre los jugadores de reemplazo.
Dallas evitó jugar a sus dos principales estrellas ofensivos, el quarterback Dak Prescott y el corredor Ezekiel Elliot, quien por cierto sigue sin debutar en la pretemporada como justa y entendible manera precautoria.
Tampoco jugaron tres de sus cinco linieros titulares y el tackle derecho La’El Collins sólo tuvo un par de series en el campo. El tackle izquierdo Tyron Smith ni siquiera se equipó por molestias musculares en la pierna derecha que impidieron entrenara toda la semana.
Las ofensivas comendadas por los dos quarterbacks atrás de Prescott, Cooper Rush y el novato Mike White, reclutado en la quinta ronda del más reciente Draft, se combinaron para ocho entregas de balón, cinco fumbles y tres intercepciones. Seis series terminaron en patada de despeje…
Rush, jugador de segundo año y suplente directo de Prescott la campaña anterior, completó 11 de 17 pases para 93 yardas; la gran mayoría en pases muy cortos, como si siempre tuviera miedo de cometer errores. Se ve muy diferente al Rush que salió de la nada el año pasado y ganó su lugar a pulso en la pretemporada.
Este domingo, además fue interceptado dos veces; la primera fue regresada a touchdown por Patrick Peterson y la segunda entregó la bola en las diagonales en el segundo cuarto.
White completó 17 de 22 con 157 yardas y una intercepción, ante ya una complaciente defensa de Arizona y un estadio casi vacío en la segunda mitad.
Quizá el único punto positivo es que los Cowboys parece que pueden correr el balón. Sin embargo, tienen dos semanas exactas para tratar de encontrar profundidad a la ofensiva, que ha perdido los tres encuentros de pretemporada.
La ofensiva con Prescott en el campo sólo ha disputado cuatro series ofensivas, en las que ha dejado el partido ganado 17-0 de manera combinada.
Para colmo, la mayoría de los 85,546 aficionados que pagaron boleto se asustaron cuando vieron salir con molestias en la mano derecha al centro Joe Looney, quien reemplaza a Travis Frederick por una enfermedad que hace muy poco probable que juegue en el primer partido de la temporada, el 9 de septiembre.
El reemplazo del suplente, es decir, Dustin Stanton, quien entró por Looney en la segunda mitad, sufrió lesión de rodilla, que parece grabe.
En cambio, del otro lado del balón, los Cowboys de nuevo mostraron que pueden estar optimistas.
La primera defensa permitió únicamente 36 yardas totales a la mayoría de los titulares de los Cardinals, salvo el receptor Larry Fitzgerald y el corredor David Johnson, quien no participaron, también como medida de precaución.
La defensa de los Cowboys jugó sin Sean Lee, a quien también están cuidando para el juego inaugural. Los linebackers Jaylon Smith, Joe Thomas y Demian Wilson siguen mostrando que están listos.
Randy Gregory de nuevo abrió con titulares y jugó bien. Logró su primera captura de la pretemporada, en una línea defensiva que se tiene profundidad, a pesar de que aún no debuta este año el tackle titular Maliek Collins, quien rehabilita una operación de pie que sufrió en marzo pasado.
El próximo jueves, los Cowboys cierran pretemporada en Houston contra los Texans.