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Por enésima ocasión, coach rival alecciona a Jason Garrett

LOS ANGELES -- El sueño de Postemporada terminó para millones de aficionados de los Dallas Cowboys, muchos de los que hicieron el viaje a Los Angeles con la esperanza de verlos avanzar al Juego de Campeonato de la NFC por vez primera en 23 años.

Hubo pocas novedades en la derrota frente a un mejor equipo, como han sido Los Angeles Rams durante toda la campaña.

Quizá la mayor novedad fue que el corredor Ezekiel Elliott, con muchas más ganas y corazón que bloqueo, apenas sumó 47 yardas el sábado por la noche ante 77,187 aficionados que pagaron boleto en el Coliseo de Los Angeles, cuya mayoría parecían seguidores de los Cowboys en patio ajeno.

Sin embargo, para nada es discutible ni debe sorprender a nadie la manera en que el cuerpo de entrenadores de los Rams, encabezado por Sean McVay, pasó por encima y aleccionó al de Dallas en todos los aspectos del juego.

Así ha sido la inmensa mayoría de ocasiones desde que hace ocho temporadas y siete partidos, Jason Garrett tomó el mando del equipo. Ha sido rebasado por sus colegas rivales en los juegos trascendentes y hasta en los menos importantes.

Los Rams, que perdieron dos de sus tres últimos partidos y cuyo principal corredor, Todd Gurley, estuvo lastimado parecían el equipo en ritmo luego de descansar en la primera ronda de Playoffs.

Los Cowboys, que ganaron nueve de sus últimos 10 juegos, parecían oxidados y faltos de preparación en plan de juego para el enfrentamiento.

La creatividad, agresividad y liderazgo de McVay fueron evidente hasta en las jugadas y detalles más pequeños. Sus Rams sumaron 273 yardas totales contra la quinta mejor defensiva contra la carrera en la NFL, porque fueron creativos. Antes o después de entregar el balón a sus corredores, su quarterback Jared Goff hacia dos o tres engaños ejecutados a la perfección.

Las trayectorias de pase fueron enviadas con imaginación y la línea ofensiva en realidad jugó como se debe en un partido de eliminación.

En cambio, los Cowboys corrieron la pelota con Elliott con las mismas dos o tres jugadas entre los tackles de siempre, las que toda la NFL conoce a la perfección y para las que el coordinador defensivo de los Rams, Wade Phillips, ex entrenador en jefe de Dallas, se preparó bien.

A la defensiva, los Cowboys parecían apáticos, sin fundamentos y con linebackers perdidos por completo ante el “play action” de Goff, es decir, de pase con engaño de carrera, la misma que ellos mismos habían advertido en la semana previa que era la jugada más peligrosa de los Rams.

“Es mi culpa”, dijo el coordinador de juego contra el pase de los Cowboys, Kris Richard. “Tengo que hacer un mucho mejor trabajo para tener preparados y ejecutar cuando salgamos al campo”.

Dak Prescott tuvo un desempeño respetable, a su capacidad, e incluso fue de menos a más como siempre y al final, parecía que salía otra vez bien librado en un juego que pudo terminar en paliza a favor de Los Angeles. El quarterback no fue la razón por la que perdieron los Cowboys.

Los Cowboys no ganaron competencias individuales o grupales de ningún lado del balón, permitieron 459 yardas totales contra 308 que produjeron, perdieron el tiempo de posesión por casi 13 minutos, sólo convirtieron una tercera oportunidad en 10 intentos y fallaron una cuarta en tres ocasiones, la más importante en el último cuarto, cuando los Rams detuvieron a Elliott una vez más con la carrera entre el guardia y el tackle que todos en el estadio sabían que mandarían.

Así, este domingo los Rams amanecieron en espera del rival para disputar el boleto al Super Bowl y los Cowboys ya pensando en un receso de temporada que luce interesante.

Tendrán que tomar decisiones de personal en cuanto a renovación de contratos, los más urgentes, los de DeMarcus Lawrence y Cole Beasley, o de extensiones con la prioridad de Elliott, quien llegara a su último año garantizado cuando luego de ser la cuarta selección global del draft 2016.

Prescott aún tiene un año de opción contractual y dos más posibles como jugador franquicia si los Cowboys deciden ejercer esos derechos y Garrett todavía tiene una temporada más en su contrato, que parece muy poco probable sea rescindido, aunque para muchos es lo que debería suceder después de que, una vez más, fueron exhibidas sus incapacidades por el coach al otro lado de la cancha y en las tres fases del juego.

“Es momento para un cambio de entrenador, ¿no crees? ¡Dos juegos de playoffs ganados en 10 años! Garrett no es la respuesta y nunca lo será! ¡Hay maneras de competir muchachos! #charlahonesta”, escribió el ex receptor y miembro del Salón de la Fama, Terrell Owens, el sábado por la noche en un tuit dirigido al dueño de los Cowboys, Jerry Jones.