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¿Por qué la NFL propuso un cambio en la regla de repeticiones?

PHOENIX -- Es cierto. Después de meses de discusión y debate, el comité de competencia de la NFL no tiene respuesta para el error de los oficiales que empañó el Juego por el Campeonato de la NFC de la temporada pasada.

Al parecer no habrá ninguna red de seguridad en el 2019 en caso que dos oficiales altamente calificados no marquen una evidente falta por interferencia de pase que ocurre a unos pies de distancia. Esto es molesto y prepara problemas futuros.

Pero si bien el comité está apuntando a ese problema en específico, ha propuesto un cambio en las reglas sin precedentes que abordaría algunos de los errores de mayor impacto de los oficiales en los últimos años. Si se aprueban --y para ser honesto, será un obstáculo difícil-- la liga sumaría las faltas de interferencia de pase a su lista de jugadas revisables por una temporada. La propuesta representaría un cambio enorme en la filosofía y, lo más importante, abordaría un tipo de error que afecta el resultado de partidos más que cualquier otro castigo.

La interferencia de pase a la defensiva es una falta de posición y durante las últimas tres temporadas ha costado a los equipos un promedio de 15.2 yardas por castigo. Esas faltas suman el 9 por ciento de todos los castigos, pero debido a las yardas involucradas, representan el 70 por ciento de los castigos con mayor impacto en la versión interna de la liga de su medición de probabilidad de victorias, de acuerdo a documentos distribuidos a los miembros del comité en invierno. Y de los 19 castigos por interferencia de pase que más impactaron las probabilidades de ganar durante ese periodo de tres años, 13 ocurrieron en los últimos dos minutos del último cuarto o tiempo extra.

El análisis interno de la liga también examinó el impacto de las faltas de interferencia de pase que después se calificaron como incorrectas por el departamento de oficiales de la liga. Entre el 2016 y 2018, 10.5 por ciento de las sanciones incorrectas fueron por interferencia de pase defensiva. Pero 24 de esas jugadas se ubicaron en el top-50 en el impacto sobre la probabilidad de ganar. En otras palabras, 10.5 por ciento de todas las decisiones incorrectas representaron cerca del 50 por ciento de los castigos equivocados que más obstaculizaron (o ayudaron) a las probabilidades de ganar de un equipo.

Nada de esto debería ser una sorpresa, incluso para los aficionados ocasionales que ven grandes cantidades yardas concedidas por lo que puede ser un contacto leve, en el mejor de los casos, entre un defensivo y un receptor. He escrito durante años sobre el impacto desproporcionado de la interferencia de pase y cómo las repeticiones podrían ayudar a mitigar una falta que realmente merece atención única. Un castigo de interferencia de pase de 66 yardas contra el esquinero de los Detroit Lions, Nevin Lawson, en el 2016 se destaca como un ejemplo particularmente memorable de cómo puede impactar un juego (la única alternativa es limitar la marca de 15 yardas, lo que nunca ha ganado mucho apoyo).

Si vas a meterte en la turbia y filosóficamente polémica área de cambio de juicio y llamada de faltas en la repetición, la interferencia de pase es un buen lugar para comenzar. Eso parece haber guiado el proceso de pensamiento del comité de competencia mientras ponderaba cómo abordar el clamor de entrenadores, jugadores y aficionados para responder de manera agresiva a los errores de los oficiales.

El comité en realidad propuso dos expansiones separadas de la repetición. Una simplemente añadiría la interferencia de pase. La segunda sumaría la interferencia de pase, rudeza al pasador y golpes innecesarios contra jugadores indefensos. La rudeza innecesaria se ubicó en el tercer lugar en la lista interna de la liga de decisiones incorrectas de mayor impacto. Ambas propuestas abren nuevos caminos porque incluyen por primera vez decisiones de oficiales y faltas, una señal que al menos algunos encargados de decidir cambios en la liga están listos para dar el salto a áreas previamente aisladas respecto a los oficiales.

Si se aprueba, un entrenador podría desafiar una interferencia de pase utilizando uno de sus dos (o tres) pañuelos rojos. Los oficiales de repetición asumirían esa responsabilidad en los últimos dos minutos. El vicepresidente ejecutivo de operaciones de fútbol americano de la NFL, Troy Vincent, indicó que: "Si seguimos adelante, este fue el mejor inicio para posibles soluciones para atender algunos de los problemas".

De hecho, una introducción sin problemas podría servir como puerta trasera para nuevos cambios que eventualmente incorporarían el tipo de faltas no marcadas que encendió esta ronda de debate en primer lugar. Cuando el esquinero de Los Angeles Rams, Nickell Robey-Coleman, interfirió con el receptor abierto de los New Orleans Saints, Tommylee Lewis, hacia el final del último cuarto en el Juego por el Campeonato de la NFC, todo el mundo del fútbol americano esperaba un castigo. Cuando no llegó ninguno, no hubo opción para revisarlo. Sin embargo, todavía no estaría bajo la nueva propuesta.

El presidente del comité Rich McKay dijo que sigue habiendo una "verdadera renuencia" para que la repetición "ponga una falta en el campo" después que los oficiales dentro del emparrillado decidan no marcar nada. También cuenta con menos apoyo de los datos en los que se apoyó el comité. No hubo un patrón sistemático en el top-50 de castigos no marcados de mayor impacto que fueron calificados como equivocados por el departamento de oficiales durante las últimas tres temporadas. Las interferencias de pase a la ofensiva estuvieron al tope de la lista con ocho.

El debate comenzará en serio esta semana en las reuniones de los propietarios en Phoenix, donde los cambios a las reglas requieren una aprobación de 24 de los 32 dueños. Así que toda esta discusión podría ser irrelevante, desde luego.

"Lo que queríamos hacer es recibir propuestas que se basaran en lo que nos decían los datos que eran las jugadas más importantes", indicó McKay. "Sabemos lo difícil que es que las repeticiones reciban 24 votos, en una liga que de 1992 a 1998 no tenía repeticiones. La razón por la que no las teníamos es que no pudimos conseguir 24 votos, incluso en una propuesta por un año.

"La repetición es difícil. Damos la bienvenida a la discusión en Arizona y lo interesante será: ¿podremos unirnos en torno a 24 votos? Los datos muestran que estas son las [jugadas] de mayor impacto".

En el Combinado de Talento en enero, el miembro del comité de competencia John Mara dijo que estaba "escéptico" que cualquier expansión de la repetición pudiese reunir 24 votos. Y menos de un día después la liga publicó la propuesta actual, el propietario de los Pittsburgh Steelers, Art Rooney II indicó a la página de internet del equipo que se acercaría al debate con la idea que "no estamos tan emocionados por expandir las repeticiones". Sin embargo, Rooney también reconoció una creciente ola de interés alrededor de la liga.

"Diría que en mi opinión existe un interés en expandir la repetición más de lo que me gustaría", refirió Rooney al portal. "Así que creo que algunas de esas propuestas van a recibir atención seria. Hay más interés en ver cómo nos aseguramos que las jugadas sean corregidas que en otros años. Espero que lo que hagamos termine siendo un cambio bastante limitado, cualquiera que sea".

Rooney también recitó un refrán familiar, señalando, "Nunca conseguirás que sea perfecto".

Estoy de acuerdo. Pero no creo que la repetición haya tenido nunca la intención de convertir el fútbol americano en un deporte sin errores de los oficiales. No se trata de darle a otros ojos la oportunidad de juzgar las llamadas. Se tratar de estructurar una red de seguridad que pueda corregir los errores evidentes, del tipo que son claros para la mayoría de quienes observan pero que se escaparon a los oficiales porque, bueno, son humanos.

La NFL debería poder aceptar la imperfección humana mientras también se mueve para corregir errores fácilmente corregibles. Estas propuestas no llegan a lo que muchos aficionados podrían estar buscando, pero son el comienzo en la dirección correcta. Si una gran polémica en el juego que decide a los participantes del Super Bowl no empuja a los dueños hacia un cambio, ¿qué lo haría?