Los entrenadores en jefe dicen que el acrónimo "NFL" representa “Not For Long”, que en español se traduciría como “No Por Mucho Tiempo”.
Esa frase la hizo famosa Jerry Glanville cuando era entrenador de los Petroleros de Houston y su puesto estaba en peligro. El incomparable Bum Phillips decía que en la NFL había dos tipos de entrenadores: “Aquellos que han sido despedidos, y aquellas que van a ser despedidos”.
Son muy pocos aquellos coaches de la NFL que han llegado a ser entrenadores en jefe y no les han mostrado la puerta. El último en ser destituido fue Jay Gruden el lunes pasado. No fue sorpresa su salida, pero sí que haya sido después de cinco semanas. Yo pensaba que esperarían hasta la semana de descanso, que será el 10 de noviembre.
Conozco algunos fans de Washington, y otros que comentan en mi cuenta de Twitter, y sé que pedían el cambio a gritos. No estoy seguro que despedir a Gruden vaya a solucionar la situación del equipo. Tampoco estoy seguro que algún candidato con experiencia vaya a considerar ese puesto.
Nada contra la franquicia. Son un equipo de abolengo, con una gran tradición y una afición leal y apasionada. Nadie me lo ha platicado. Viví esa intensidad en persona durante seis años con los Gigantes. Gruden es un síntoma solamente de una enfermedad que parece no tendrá cura.
Dan Snyder, el dueño del equipo, le dio más tiempo que ha otros a Gruden, pero ató las manos en cuestiones de decisiones de personal. Es del dominio público que Gruden no quería a Dwayne Haskins como quarterback. Que prefería a Daniel Jones y esa fue la razón por la que Dave Gettleman fue por Jones con la sexta selección global.
Tampoco la directiva, léase Bruce Allen, ha ayudado mucho. Un ejemplo es el caso de Trent Williams, quien no se ha reportado con el equipo hasta el momento por razones de contrato y por la manera como lo trató el cuerpo médico cuando con un problema de salud. Williams no piensa reportarse al equipo y Allen declaró que no piensa canjearlo hasta que termine la temporada. Quizás Williams regrese en unas semanas para que 2019 sea una temporada acreditada, pero allegados a él lo dudan. De no reportase dejaría de percibir cerca de 18 millones de dólares que incluyen salario base y bonos.
Gruden cometió sus errores, como serle fiel a Greg Manusky como coordinador defensivo, y quizás nada hubiera pasado de no lesionarse Alex Smith en la Semana 11 del 2018, cuando tenían marca de 6-3. Con Allen al frente de las operaciones del equipo el futuro no es prometedor. Head coaches legendarios que fueron campeones de Super Bowl como Joe Gibbs y Mike Shanahan no pudieron con la situación, y Allen no tuvo la visión de evaluar y valorar a jóvenes dentro del grupo de entrenadores como Kyle Shanahan, Sean McVay y Matt LaFleur, todos ahora head coaches con marca combinada de 11-3.
¿Quién será el siguiente? Ningún equipo ha decepcionado más que Atlanta. Una cosa es empezar mal cuando quizás tu mejor jugador no se reporta, no tienes quarterback, o estás en tu primer año como head coach. Otra es dar lástima cuando tienes un equipo repleto de talento que ha demostrado poder llegar a un Super Bowl, y tienes un grupo de entrenadores que incluye a tres asistentes que han sido entrenadores en jefe.
Dan Quinn decidió despedir a sus tres coordinadores al final de 2018, cuando el equipo fue competitivo a pesar de lesiones a jugadores clave. Contrató a Dirk Koetter como coordinador ofensivo, a Ben Kotwica para equipos especiales y él mismo asumió el control de la defensiva. Son tres personas con historial exitoso cuando estuvieron en esos puestos en otros equipos, pero con Atlanta en el 2019 han sido todo un desastre.
Arthur Blank, el dueño, declaró que el puesto de Quinn no corría peligro “por el momento”. Este es un “beso de la muerte” tan poderoso como el que yo seleccione a un equipo para ganar el Super Bowl en pretemporada. En efecto, mi candidato fue Atlanta por las razones antes enumeradas. De no repuntar de manera dramática, y empezar a llenar las butacas del estadio, Quinn podría quedar fuera antes de la semana de descanso, que será el 3 de noviembre. Llega un momento cuando los fans, por más leales que sean, se cansan y desilusionan de su equipo y dejan de ir al estadio. Eso es lo que hace reaccionar a los dueños.
Otros equipos que han decepcionado son Jets, Cincinnati y Miami. Todos tienen entrenadores en jefe nuevos. No se esperaba mucho de los Delfines ni de los Bengalíes, pero sí de los Jets. Adam Gase no es un head coach novato. De estos tres, Jets es en mi opinión el que más vergüenza ha dado. Tienen la excusa de que Sam Darnold ha estado fuera por haber contraído mononucleosis, y habrá que ver cómo responden tan pronto entre en acción.
Pasando a otro tema, quizás mi posición favorita en la NFL es la de fullback. Fue la posición de Jim Brown, para muchos el mejor jugador en la historia de la NFL. Tristemente es una posición en vías de extinción en el fútbol americano colegial y pocos equipos de la NFL la usan. Aquellos que lo están haciendo están teniendo resultados positivos. El mejor fullback de la NFL es Kyle Juszczyk de San Francisco. Otros de gran nivel son James Devlin de New England, Patrick DiMarco de Buffalo, Zach Line de New Orleans y Alec Ingold de Raiders. La marca combinada de estos cinco equipos es 20-4. No es coincidencia. Algunos equipos están revirtiendo al esquema cavernícola de correr con poder y están sorprendiendo.
San Francisco, equipo del que hablaré más a fondo la próxima semana, está invicto. Arrollaron a Cleveland en "Monday Night Football". Los que vieron el partido recordarán la primera jugada ofensiva de los 49ers que fue un acarreo de 83 yardas de
Matt Breida por un hueco creado principalmente por Juszczyk. Lamentablemente, Kyle sufrió una lesión en la rodilla en el tercer cuarto y salió en el carrito de las desgracias. Un diagnóstico preliminar indica es se lastimó el MCL (ligamento medial lateral). De no ser ruptura total, podría regresar de tres a seis semanas dependiendo de la severidad. Si queda fuera, esta sería una baja crítica para la ofensiva de Kyle Shanahan. Kyle (escribir su apellido es complicado) es pieza clave en el esquema de Shanahan, como lo fue DiMarco cuando estaba con Shanahan en Atlanta. SF tiene el mejor ataque terrestre de la NFL y su defensiva es la N° 4 en puntos permitidos y la N° 2 en balones robados, con 11.
Otro ejemplo de cómo puede impactar la baja de un fullback que es clave en el esquema lo tenemos con los Pats. James Devlin no salió en las noticias, pero fue quizás el jugador ofensivo más importante, después de Brady, en los playoffs del año pasado. Empezaron de la misma manera esta temporada hasta que Devlin sufrió una lesión en el cuello contra Miami. Sin él, el ataque terrestre de New England tuvo que ser modificado y ha sido menos efectivo. No tomaría los resultados del juego contra Washington como indicación.
En Buffalo también están siguiendo la fórmula de defensiva + ataque terrestre para ganar partidos. Están limitando el impacto de un quarterback joven como Josh Allen y un veterano como Frank Gore sigue acumulando yardas rumbo a su lugar en el Salón de la Fama. La única derrota de Buffalo fue frente a Pats, precisamente cuando abandonaron la fórmula de correr y perdieron por errores de sus quarterbacks.
Las dos últimas semanas, los Raiders vencieron, fuera de casa, a equipos de playoffs como Indianapolis y Chicago, y lo hicieron dominando la línea de golpeo defensivamente, pero principalmente a la ofensiva. Tuvieron 32 y 39 acarreos, respectivamente, logrando un total de 356 yardas y cuatro touchdowns por tierra.
Chicago era amplio favorito para ganar el juego en Londres. Jon Gruden tomó varias decisiones importantes, pero dos que fueron cruciales. La primera fue llevar a su equipo a Londres terminando el partido contra Indianapolis. Aquellos que han viajado a Europa saben que el “jet lag” afecta y que toma un día por cada hora de diferencia en la hora local de un equipo. En el caso de Raiders, la diferencia es de nueve horas. Chicago viajó el jueves por la noche. Otros equipos han viajado ese día, pero Raiders se veía más aclimatado. Chicago empezó muy lentamente el partido.
La otra decisión fue correr con poder directamente contra la poderosa defensiva de los Osos, que era la N° 3 en contra del juego por tierra después de cuatro semanas. En varias ocasiones fueron directamente sobre Khalil Mack, y el jugador que tuvo la iniciativa fue Ingold. Tuvo varios bloqueos devastadores sobre Mack, incluyendo el touchdown que les dio la victoria.
La próxima vez que vean un partido y haya un fullback en la formación ofensiva, no lo pierdan de vista. La gran mayoría de las jugadas serán en su dirección.
Finalmente, Cleveland siguió con su patrón de inconsistencia, pierden uno, ganan otro. Ahora les tocó perder y de manera abrumadora. Antes del partido, Baker Mayfield se rehusó a saludar de mano a los capitanes de San Francisco, Richard Sherman y DeForest Buckner, después del volado. Esto enfureció a ambos que pensaron que era un gesto de inmadurez que no tiene lugar en el nivel profesional. Baker es Baker. Creció en Austin y esa actitud la ha manifestado desde que sé de él en la preparatoria.
“Tu genio tu dote, tu genio tu azote”, dice un dicho. Quizás esto te ayude en la preparatoria y la universidad, pero en la NFL no va a funcionar. Baker fue asediado toda la noche y terminó siendo substituido por su ex compañero de preparatoria, Garrett Gilbert. Baker es líder de Cleveland, pero de seguir con esos desplantes va a hundir a su equipo. Enfrentan a Seattle en casa antes de la semana de descanso y después reciben a New England. Están en posición todavía de ganar una división en la que ningún equipo ha despuntado, pero tienen que mejorar en muchos aspectos física, técnica y mentalmente.
Hasta la próxima semana.