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Gianluigi Buffon asegura que buscarán conseguir lo imposible

MADRID -- La Juventus saldrá a la cancha del Santiago Bernabéu en busca de un “milagro” en el que no cree. “Conseguir lo imposible”, según Gianluigi Buffon, que no es otra cosa que marcar cuatro goles en la casa del Real Madrid, algo que en más de medio siglo de enfrentamientos entre ambos equipos jamás ha ocurrido.

La Juventus ha sido el gran dolor de muelas del Real Madrid cuando se trata de enfrentamientos a doble partido en Champions League. Cuatro veces ha eliminado al conjunto merengue; tres de ellas con remontadas épicas tras caer en la ida. Pero nunca se ha visto en la posición de cerrar fuera de casa con una desventaja más allá de la mínima (1-0), y con la moral por los suelos después de la goleada merengue por 0-3.

“Sí; ha habido partidos con remontadas increíbles. A veces depende de la intensidad de los rivales a los que nos enfrentamos. Es un factor muy importante. Yo digo siempre que en la vida es necesario intentar conseguir lo imposible. Es una motivación muy importante para todos nosotros. Si consiguiésemos el milagro, estaremos muy contentos, pero para eso hay que trabajar”, señaló el capitán y portero del cuadro italiano.

Las tres remontadas de la Juve ante el Real Madrid tuvieron poco de “milagrosas”. Fueron producto de la superioridad italiana y un trabajo exquisito.

1996. De camino a la conquista de su segundo y último título continental tras vencer al Ajax en la tanda de penales, la Juventus eliminó al entonces no tan poderoso Real Madrid para avanzar a semifinales después de darle la vuelta al 1-0 de la ida gracias a los tantos de Alessandro Del Piero y Michele Padovano. 2003. La Juventus disputó un partido soberbio para dar la vuelta a un 2-1 adverso y avanzar así a la final (que, a su vez, acabaría perdiendo con el Milan). Los tantos de David Trezeguet, Del Piero y Pavel Nevded dejaron al Madrid contra las cuerdas y hechos un manojo de nervios. La estampa del partido la puso Gigi, con un paradón a un tiro penal de Luis Figo a 20 del final, que acabó marcando el rumbo del partido. Aunque Zidane logró descontar en la recta final, ya era demasiado tarde.

2005. Dos años después, Delle Alpi fue de nuevo el invierno ruso para el Madrid, esta vez en octavos. Casi por un golpe de suerte, Iván Helguera había marcado el único tanto de la ida. Los merengues, sumergidos en una crisis institucional, defendieron su ventaja con garras y dientes hasta que David Trezeguet cambió el curso de la eliminatoria a 15 del final con el tanto que mandó el encuentro a la prórroga, Zalayeta hizo el resto, con el tanto decisivo en los últimos minutos. En 2015, la última vez que se midieron en eliminatoria a dos partidos, la Juventus no tuvo que recurrir a la épica para deshacerse del entonces campeón. Se cuidó de encaminar la semifinal desde la ida con una victoria por 2-1 y cerrar con un empate 1-1 gracias a un tanto que resultó sumamente doloroso para el Real Madrid, al venir de los pies del canterano Álvaro Morata.

Esta vez, su visita a la capital española pasa por una obligación de lavar su imagen, más que una esperanza de vida a la vida.

“No tenemos muchas posibilidades de pasar la eliminatoria, pero tenemos que hacer lo máximo posible. Tuvimos mala suerte (en la ida), ahora tenemos que jugar bien defensivamente”, admitió Massimiliano Allegri, técnico del conjunto Bianconeri tras la llegada de su equipo a la capital española el martes por la tarde.

“Nosotros no podemos jugar con la esperanza de cambiar todo en 20 minutos. Todavía me duele lo que pasó en la ida; porque yo creo que la Juventus no merecía ese resultado. (Antes de la ida) estábamos preparados para venir a jugarnos el boleto a semifinales. Pero el futbol es así y el de mañana va a ser distinto. Tenemos un resultado muy pesado detrás”, comentó con resignación.