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Ter Stegen detuvo su cuarto penalti en Champions

BARCELONA -- Expectante el barcelonismo con la reaparición de Lionel Messi e ilusionado con el impacto de Ansu Fati, la visita del Barcelona al Signal Iduna Park del martes encumbró de manera definitiva a un secundario de lujo que ya se ha convertido en protagonista de excepción: Marc-André Ter Stegen acabó por convertirse en la clave del empate azulgrana y ya alcanzó la consideración de héroe.

El Muro en Dortmund fue Ter Stegen’ ha sido una frase utilizada por muchos periodistas españoles que cubrieron la visita del Barça al Westfalenstadion, en cuya sala de prensa los propios informadores locales quedaron rendidos a su soberbia actuación para encumbrarlo sin disimulo.

Cinco paradas de mérito, indiscutible, realizó el portero germano frente al Borussia Dortmund, en un estadio que recordó en la previa nunca había sido en el pasado amable con él y del que salió por la puerta grande.

Su actuación maravilló al mundo del fútbol y a la vez que, de alguna manera, reabrió el debate existente en Alemania respecto a su rivalidad con Manuel Neuer en la pelea por la titularidad de la selección, le convirtió en portero de referencia en la Champions.

No es extraño atendiendo a un dato histórico: de seis penalties que le han lanzado durante su carrera en la máxima competición continental Ter Stegen ha sido capaz de detener cuatro y solamente ha sido batido en dos. Sus víctimas, siempre defendiendo la portería del Barça, fueron el Kun Agüero (Manchester City, 2015), Edin Dzeko (Roma, 2015), Moussa Dembélé (Celtic, 2016) y el de Reus el último martes en Dortmund. Entre todos ellos solamente le pudieron batir Antoine Griezmann con el Atlético de Madrid en 2016 y Daniele Rossi el año pasado con la Roma.

El Barça, que volvió a mostrar una imagen colectiva muy alejada de lo esperado por tercera vez esta temporada, consiguió por primera vez dejar su portería a cero después de haber encajado siete goles en sus primeros cuatro partidos oficiales (todos de Liga) y el sábado pasará un nuevo examen lejos del Camp Nou, esta vez en Granada, después de acumular ya siete partidos (contando los últimos cuatro del pasado curso) sin vencer fuera de casa.

Y aunque Ter Stegen se ha acostumbrado de manera extraña a recibir goles, víctima de un sistema defensivo cuyo rendimiento está siendo muy inferior al esperado, su figura se ha agrandado de manera exponencial. No es extraño que Europa le vea como a un gigante.