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Brasil se echa en manos de Tite para reconstruirse

BUENOS AIRES -- La Confederación Brasileña de Fútbol despidió a Carlos Caetano Bledorn Verri, ‘Dunga’, tras la sorprendente eliminación de Brasil en la Copa América Centenario frente a Perú. Y la verdeamarelha, acéfala y por primera vez en la historia fuera de los mejores 8 seleccionados del continente en el torneo más importante a nivel de selecciones, entró en default.

Mientras los buitres se dan un festín con el entrenador saliente, el plan A de Marco Polo Del Nero, presidente de la CBF, es contratar a Adenor Leonardo Bacchi ‘Tite’, entrenador del Corinthians multicampeón (el mismo que en 2012 superó a Boca en la final de la Copa Libertadores y a Chelsea en la final del Mundial FIFA de Clubes).

Tite dirige a Corinthians, el club más popular de Brasil desde 2010, y es el único hombre que genera unanimidad en la preferencia de los directivos y la torçida.

El gran interrogante en el nuevo giro de ciento ochenta grados que dará la CBF radica en la garantía de resultados que debería acompañar la decisión. ¿Le alcanzará a Brasil con cambiar de timonel para reconstruirse en tiempo récord, ganar el Oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y estar en la Copa del Mundo de Rusia 2018?

Tite, de 55 años, sabe que todos los caminos conducen a su contratación y se ha hecho valer. Se mostró intransigente en la primera reunión con Del Nero de la misma forma en que lo fue al exigir que la CBF finiquitara el vínculo de Dunga antes de negociar con él, y busca imponer el aterrizaje en la dirección deportiva de la canarinha de Edu Gaspar, exvolante de Corinthians, Valencia y Arsenal, su hombre de confianza en el Timao.

Ahora bien, más allá del técnico, el estilo, las formas, el sistema y el modelo, el déficit del pentacampeao es futbolístico. Jugadores que no rinden en la seleçión como lo hacen en sus clubes; sumado a ello, la ausencia de Neymar Junior. Sumado una caída en picada en su rendimiento, que arrancó en la Copa América de Argentina 2011 (cuando Paraguay lo dejó fuera en los cuartos de final) e hizo pico en el 1-7 frente a Alemania en el Mundial de 2014. Y aunque se pensó que aquel había sido el punto límite, el scratch no encuentra la luz al final del túnel.

En el formateo que el próximo seleccionador practicará sobre la selección brasileña, habrá jugadores a los que difícilmente volveremos a ver en las sucesivas listas de convocados. Caso paradigmático, el de Givanildo Vieira de Souza, ‘Hulk’.

A Tite le gustan los delanteros livianos y dúctiles, que destaquen por su movilidad constante y la capacidad para tirarse metros atrás y colaborar en el armado del juego. Como Alexandre Pato, a quien dirige en el Timao. Lo del robustísimo ariete del Zenit de San Petesburgo ruso huele a fin de ciclo. ‘Hulk’ nunca acabó de explotar en la selección.

En cambio es toda una incógnita lo que puede ocurrir con un jugador como Paulo Henrique Ganso, quien atesora gran clase pero no encuentra en la canarinha el contexto que le ayude a exhibirla. Con Dunga se ha sentido un intruso. Fue convocado para reemplazar al lesionado Kaká, pero el seleccionador no le concedió ni un minuto en todo el certamen. De hecho, el engreído Dunga le dio lugar a jugadores que actúan en la liga china como Renato Augusto y Gil, por encima del ignorado mediapunta del Sao Paulo.

Habrá quien califique el prematuro KO de Brasil en la Copa América Centenario como un castigo divino por semejante descarte. Brasil convirtió 7 goles en la Copa América Centenario. Todos, a Haití, equipo del que “voçê abusó”. No le marcó ninguno a Ecuador, ni a Perú.

En 3 juegos remató 37 veces, con un muy bajo índice de precisión, 54%, quizá el registro más paupérrimo de la historia de la verdeamarelha en los grandes torneos. Este oscuro Brasil, áspero como cualquier rival acomplejado que hubiera podido tocarle en suerte, cometió 38 faltas. Sólo una menos que las sufridas por su plantel.

En el juego largo también fue un fiasco. Apenas llegó a destino concreto el 32% de los centros lanzados a los jugadores situados por delante de la pelota. Como rasgo favorable distintivo, sólo el promedio de posesión. Un 66%, con casi un 88% de precisión en el pase. Claro que si no se toman buenas decisiones, el gol queda más lejos que La Quiaca para un habitante de Ushuaia.

Hablando de decisiones, para Brasil sería óptimo mantener a Philippe Coutinho en el equipo. Rodear muy bien la sociedad que puede conformar el hombre del Liverpool junto a Neymar Jr. Nunca uno u otro, sino ambos en la cancha. Luego, recuperar a Roberto Firmino para el proyecto. Aguantar a Gabriel Silva y Willian. Y peinar a fondo el fútbol local para dar con un goleador a la altura del desafío. Protocolo de acción-reacción. A grandes males, grandes soluciones.