BUENOS AIRES -- Perú será un duro escollo para Colombia en los cuartos de final de la Copa América Centenario que se van a disputar este viernes en el estadio MetLife de Nueva Jersey, con el arbitraje del colegiado argentino Patricio Loustau.
Seleccionado al que Ricardo Gareca ha logrado renovar con tino, paciencia artesanal y la destreza de un cincel bien manejado. Y un equipo que, en el historial de la Copa América frente a los hoy dirigidos por José Pekerman, tiene amplia ventaja. Los incaicos se han impuesto en 7 ocasiones, por 2 de los cafeteros. Empataron en 6 oportunidades. El último impacto de Perú sucedió en los cuartos de final de la edición de 2011 disputada en Argentina, cuando eliminó en esa instancia a la tricolor. La selección Colombia tendrá ahora una nueva chance para superar a la franjirroja.
James Rodríguez y Cía. tendrán que tener muy en cuenta la comodidad con la que Perú se mueve en el juego de contraataque. La transformación del combinado incaico radica en la optimización de su juego cuando no disfruta de la tenencia de pelota, y en el fortalecimiento defensivo. Promedia un 43% de posesión, pero paralelamente alcanza una precisión de pase del 75%. Y solo le han convertido 2 goles. Ambos, Ecuador.
El equipo peruano mantiene el 4-4-2 como esquema preferido desde hace más de una década, pero Gareca incidió directamente en su recambio. Reseteó un grupo que hasta no hace mucho tiempo lucía anquilosado. De espíritu lábil, liderado por nombres ilustres cuyo potencial se había agotado, como era el caso de Juan Manuel Vargas.
Pedro Gallese se adueñó del arco y desde ahí ha llamado la atención de los grandes equipos del continente por su seguridad bajo los tres palos. La extrema línea defensiva es territorio de Aldo Corzo (27), Christian Ramos (27), Alberto Rodríguez (32) y Miguel Trauco (23). En la zona ancha Gareca gusta de juntar a un volante disciplinado en el arte de la marca y recuperación de la pelota -contra la selección Colombia ese jugador va a ser Renato Tapia, de 20 años, jugador del Feyenoord de Holanda, quien retornara al once en lugar de Adán Balbín-, con otro mixto. Este último será Oscar Vílchez, de 30 años, jugador del Juan Aurich. Su objetivo será liderar la organización del juego y sumarse a las maniobras de ataque desde su rol de nexo con los dos delanteros.
La agresividad del nuevo Perú comandado por Gareca se testimonia en el modo en que se involucran en la primera presión los volantes exteriores Andy Polo y Edison Flores. Luego, ambos, Polo por la derecha y Flores por la izquierda, tienen como misión alimentar a Paolo Guerrero, emblema del equipo y actual delantero del Flamengo de Brasil, y Cristian Cueva, ala del Toluca mexicano. Tándem atacante, muy activo en la tarea de obstaculizar la salida del juego a través de los centrales rivales.
Perú cometió un promedio de 15 faltas por juego disputado en la fase de grupos –vs Haití, Ecuador y Brasil- y remató en total 18 oportunidades al arco, con una eficacia del 56%. En el banco de suplentes esperan turno para tener minutos, entre otros jugadores, revulsivos interesantes como Cristian Benavente (con un pasado en las divisiones inferiores del Real Madrid), Raul Ruidiaz (autor del polémico gol que echó del certamen a Brasil, quien en 2012-13 jugo en el Coritiba de ese país), Alejandro Hohberg (nieto del legendario delantero de Peñarol, Juan Eduardo ‘El Verdugo’ Hohberg) y Yoshimar Yotun (una de las figuras del Malmo de Suecia).