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Barros Schelotto: Repetimos errores y volvimos a perder con la violencia

MADRID -- La final al otro lado del mundo, o la del hastío. Un partido “que se tenía que jugar hace 15 días” se ha hecho eterno. El significado y la relevancia de una final de Copa Libertadores permanece. Es la máxima pelea por el domino del futbol sudamericano. La conclusión a un largo año de esfuerzo de Boca Juniors y River Plate para proclamarse rey continental – y de una forma excepcional, pues lo hará venciendo al máximo rival.

Pero todo lo que suele acompañarla ha desaparecido. La violencia del futbol argentino, el ataque al autobús de Boca Juniors por hinchas de River ha acabado con la ‘esencia’ del choque en su traslado a Madrid y ha dejado un hartazgo difícil de ocultar incluso para el entrenador de Boca Juniors Guillermo Barros Schelotto.

“Lamentablemente (se tuvo que) trasladar el partido acá y que se hable más de esto que lo que han dado Boca y River Plate en la libertadores este año. Pero no me puedo desenfocar hablando de la seguridad o lo que me tocó vivir hace 15 días”, afirmó el técnico en rueda de prensa tras el entrenamiento de su equipo en las instalaciones de la Federación Española de Futbol.

Y es que con el cambio de sede – y de ambiente – ha llegado también un cambio en la dinámica y planeación del encuentro para ambos entrenadores, más allá, de que ambos, River y Boca, “se tengan estudiados” pues hace un mes que ambos trabajan para ello sin verle el final.

El argentino lamenta la situación. Pero sobre todo, que la situación saliera del control de las autoridades y que la imagen del futbol argentino quede permanentemente dañada.

“Nos hubiera gustado jugarla en el país del equipo local, pero lamentablemente no se pudo. Entiendo la situación que nos trae a jugarla aquí y no en Sudamérica. Es un hecho que tiene que ver con la violencia en el futbol y no lo que decidimos entrenadores o jugadores. Lamentablemente no aprendemos. Repetimos errores y lo único que se daña es el futbol. Hoy deberíamos estar hablando de que ponen el nombre del futbol argentino en lo más alto por ser los mejores de la Libertadores y lamentablemente estamos hablando de la violencia. Volvimos a perder”, dijo el entrenador, quien recalcó que “se deben tomar medidas” para que no vuelva a ocurrir algo similar, al margen del hastío – o la inconformidad (que no resistencia) que ha mostrado el club a disputarla al grado de planear una apelación al Tribunal Administrativo del Deporte para ganar la final en los despachos sin importar el resultado del choque, según informó el presidente de la entidad Daniel Angelici en una entrevista radiofónica.

Al margen de lo que ocurra en los despachos, o la incomodidad que representó el viaje a Barros Schelotto le preocupa “que no se pueda jugar en Argentina”

“Que no se pueda jugar en Argentina es preocupante y es momento para tomar medidas y ser ejemplo, no lo contrario”, dijo.

“Quizás no es el ambiente previo a una final al que estamos acostumbrados. No estamos en Sudamérica para jugar la final. A mí me tocó jugarla y uno está acostumbrado al viaje, a estar en Buenos Aires y salir el día anterior. Ahora tuvimos que salir una semana previa. Jugamos hace un mes el primer partido; la verdad es que no es el ambiente que uno hubiera elegido como entrenador. Incluso este viaje a Europa. Entiendo que River está en la misma situación y entiendo que las cosas se fueron de las manos más allá de los entrenadores”, recalcó el técnico xeneize.

FINAL CONDICIONADA
“Tanto River como nosotros estamos más que estudiados. Este partido se tenía que jugar hace 15 días”, reiteró Barros Schelotto antes de reconocer que tendrá que tomar en cuenta factores nuevos a la hora de decidir el plan de acción con el que su equipo saltará a la cancha.

En primera instancia, el estado anímico de los jugadores tras un viaje forzado y que, según declaró Darío Benedetto 24 horas antes, “nadie quería” realizar.

“Puede ser ver cómo están en lo anímico, pero cualquiera de los 24 están para jugar. Todos se han entrenado, toso están disponibles y todos están bien. Ya no hay que cuidar a nadie porque es el partido en que se tiene que arriesgar”, dijo Guillermo, quien no descartó utilizar un sistema parecido al de la ida en que utilizó dos delanteros.

Después, la influencia de la grada del Bernabéu llena a reventar de aficionados argentinos. Y sobre todo, la influencia de la cancha misma.

“Mira, yo siempre cuando hablan los jugadores y jugamos de local y sale el tema del hincha de la Bombonera, siempre les digo que lo tomen a favor. Es algo en lo que uno se debe apoyar para que influya de manera positiva. Ahora depende de cada uno. Uno lo que pase en la cancha, no tiene nada que ver con lo que pasa fuera”, dijo.

En cuanto a los aficionados europeos que asistirán al estadio a presenciar, probablemente por primera ocasión, un partido de futbol 100% sudamericano, dejó a modo de advertencia que lo que se verá en Chamartín será una lucha férrea por conquistar el título que no tendrá nada de ‘espectacular’.

“Nuestra forma de jugar una final quizás no sea como pasa en otros lados que va a ver un espectáculo. El que no esté acostumbrado a ver el futbol sudamericano va a ver dos equipos que le quieren ganar al otro. No será muy atractivo visualmente; va a ser muy trabado.

Incluso quizás no se vea lo mejor de River Plate y lo mejor de Boca. Se verá que uno le quiere ganar al otro”, recalcó.