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Cargando cruces, México debuta en Copa Oro ante El Salvador

LOS ÁNGELES -- Cuesta arriba, con las cruces de la Copa Confederaciones a cuestas, México arranca este domingo la Copa Oro. El Salvador lo pondrá a prueba.

En un escenario que ha sido el teatro referencial de grandes victorias para el Tri, como el Qualcomm Stadium, súbitamente se convierte en el tribunal para un seleccionado emergente y un seleccionador bajo urgencias, como es Juan Carlos Osorio.

Despedazada la quimera de trascender en la Copa Confederaciones, y con un castigo de seis partidos por su lenguaje procaz y "actitud violenta", Osorio carga con la ineludible responsabilidad de consolidar en la Copa Oro el actual membrete que le ha conquistado a su equipo en el Hexagonal Final de la CONCACAF como amo y señor de estas tierras.

Además de la sensible baja de Alan Pulido por fractura en el húmero, el número de goles de los atacantes disponibles para Osorio, como Martín Barragán, Ángel Sepúlveda y el emergente Cubo Torres, no parece el jarabe curativo para una selección que adolece, históricamente, de la carencia explosiva del gol.

Luego de dos partidos de preparación ante Ghana y Paraguay, bajo el mando de Luis Pompilio Páez, esta selección mexicana llega con suficiente tiempo de inmersión en las pretensiones tácticas, más allá del inevitable recurso de las rotaciones.

Marginado Osorio de la banca durante esta Copa Oro, el cuerpo técnico ha trabajado para consumar la idea futbolística de un proceso que necesita, por credibilidad universal cosechar trofeos, más allá de enseñorearse en la trasiega premundialista del Hexagonal Final.

En el papel, en la revisión del funcionamiento de sus jugadores en sus respectivos equipos, sin duda el Tri cuenta con la mejor media cancha del torneo, con jugadores capaces de darle solidez, transición, idea y habilidades físicas y futbolísticas para merodear ambas áreas.

A partir de ahí, de esa capacidad para montar un equipo competitivo desde los cimientos de media cancha, la selección mexicana pretenderá dominar la fase de grupos, luego de un sorteo benevolente por parte de la Concacaf, no sólo en los adversarios, sino en el trazo geográfico, ya que contará con la comodidad de traslados cortos y específicamente en plazas donde hay dominante población mexicana.

Con argumentos tales como esos pistones en el amplio territorio del medio terreno, como Dueñas, Orbelín, Pizarro y Burrito Hernández, y la seguridad confortable de peregrinar como local en San Diego, Denver, San Antonio, y de ser posible, Phoenix (Glendale), Los Ángeles (Pasadena) y San José (Santa Clara), el horizonte bendice su futuro en medio de un marco de contingencia absoluta.

En medio de ese escenario de ganar o ganar, especialmente por la salud del proyecto con Osorio, el adversario inmediato está muy lejos de ser una víctima resignada, más allá del indiscutible dominio histórico que mantiene el Tri sobre El Salvador.

Pero el técnico de El Pulgarcito de América, Eduardo Lara, también se sabe el cuento de Gulliver, y tiene fe en el agigantamiento de sus jugadores ante México, a sabiendas, claro, de que la presión se acentúa sobre el grupo tricolor, por los resultados de la Confederaciones y la condena semi patibularia impuesta a su entrenador.

"Más que por México, me tengo que concentrar en los problemas de El Salvador, porque tenemos demasiados problemas también. México siempre será de mucho respeto y de grandes quilates. Ya será tema de Juan Carlos (Osorio) saber cómo solucionan sus problemas, pero indudablemente que es buen equipo, buena selección, con jugadores de gran palmarés, y esperar que salga un lindo partido", dijo el también técnico colombiano Eduardo Lara.

De colega a colega, de entrenador a entrenador, Lara habló del castigo a Osorio. "Uno como técnico siempre quiere estar en la raya, con su grupo, pero a veces hay cosas que no aguantamos, que explotamos y decimos cosas, y tenemos que pagar por ellas. Y es reflejo de lo que viene cargando, de lo que uno viene soportando".

Sin dispararse la venta de boletos como en otras épocas, cuando se anunciaba el lleno desde días antes, el reporte de este sábado era de 50 mil boletos vendidos, aunque la experiencia muestra claramente que los aficionados salvadoreños y mexicanos son adictos a la compra de entradas de último momento.

En el juego preliminar, Curazao, aparente león dormido de este grupo, enfrentará a Jamaica, que no se ha recuperado del extraordinario papel en la anterior edición de la Copa Oro.