BUENOS AIRES -- Rafael Benítez fue cesado de manera fulminante como entrenador del Real Madrid por Florentino Pérez, presidente del club, después de que el equipo blanco no lograra la victoria frente a Valencia (2-2). De manera oficiosa, el técnico madrileño fue notificado por un empleado del mandamás sobre su inminente despido, la misma noche de ese partido en el que Mestalla coreó su apellido. En forma oficial, el lunes 4 de enero Florentino Pérez presentó a Zinedine Zidane como nuevo inquilino del banquillo después de consumar uno de los adioses más sombríos que se recuerdan en su gestión.
Ningún jugador del equipo se manifestó en las redes sociales para dedicarle unas últimas palabras al ya expreparador. Cuando Florentino Pérez descartó de forma poco comprensible a Carlo Ancelotti, varios miembros del plantel le hicieron llegar su afecto y los mejores deseos al italiano de cara al futuro. Sin embargo, Benítez no caló, y se alejó sin calor. El discurso de un entrenador auto reverenciado no dejó huella en un plantel de deidades demasiado pagadas de sí mismas, que recurren asiduamente a su presidente para que le baje el pulgar a todo aquel y aquello que no les cae gracioso ni en gracia. Por eso, esta vez sólo se corrió un tupido velo.
Las versiones previas a la eyección del entrenador madrileño subrayan que antes del partido contra Valencia había decidido castigar a Sergio Ramos por su nivel en los últimos juegos, pero un edecán de Florentino Pérez se enteró y el presidente no permitió la suplencia del capitán. También marcan que Cristiano Ronaldo se posicionó en su contra el día en que Benítez aseguró que CR7 “es uno de los mejores del mundo”, sin darse cuenta de que al portugués le fastidia horrores que no le mencionen a su alrededor como el único e indiscutible Number One del planeta.
Al mismo tiempo aducen que Isco, Tony Kroos y James Rodríguez no tragaban con la indiferencia y el talante del míster. El colombiano -a quien Benítez le recortó protagonismo después de sus últimas lesiones-, el malagueño y el alemán, incluso habían llegado a pensar en dejar el club en el próximo mercado veraniego. Y agregan que los grandes referentes no soportaban que el único jugador con el que Benítez mantenía un diálogo ideal fuera el galés Gareth Bale. El cóctel precipitó lo que era un secreto a voces. El cambio de mando se cocía a fuego lento tras el púlpito.
El madrileño ha durado 215 días en el cargo. Su contrato le garantizaba 5 millones de euros por temporada durante 3 años, y Florentino Pérez se apuró para echarle porque si le mantenía hasta después del 15 de enero debía pagarle las 3 temporadas. Despedirle antes amerita por contrato que sólo tenga que abonarle una. Por su parte, Zinedine Zidane, su sucesor, cobrará 2,5 millones de euros como nuevo entrenador del Real Madrid, sueldo sólo superior al de los canteranos Lucas Vázquez, Kiko Casilla, Denis Cheryshev, Nacho y Jesé.
Zidane asume con la misión de revitalizar la ilusión de un plantel desmotivado, y de conseguir la complicidad que la gran mayoría del vestuario no ha tenido con el técnico saliente. La noticia del relevo puede ser excelente para James Rodríguez, quien no sólo necesita libertad de movimientos para rendir en plenitud, sino también confianza y respaldo. Zidane adora el fútbol sudamericano, y su gran ídolo ha sido Enzo Francescoli, al que homenajeó bautizando con su nombre a su hijo primogénito. James puede crecer como futbolista en la medida que espera el madridismo, y el consejo del nuevo entrenador puede ser decisivo para que así ocurra.
‘Zizou’ es una gloria del fútbol mundial. Uno de los mejores jugadores de la historia. Florentino Pérez, auténtica trituradora ansiosa de entrenadores (ha contratado a 10 en 16 años como presidente durante sus dos etapas en el cargo), busca con él que los jugadores se reidentifiquen con su maltrecho proyecto. Intenta que Real Madrid no se descuelgue de la Liga en un momento en el que los blancos pueden quedar a 5 puntos del FC Barcelona si los azulgrana vencen en febrero a Sporting en Gijón, en su partido aplazado por el Mundial de Clubes, y lejos incluso del Atlético de Madrid, actual líder de la Liga.
El sentido común invita a pensar que James Rodríguez verá crecer sus expectativas bajo la alargada sombra de Zidane. ‘Zizou’ no tiene fama de ser un entrenador intervencionista. No lo ha sido en el Castilla, filial de Real Madrid, al que llegó en agosto de 2014, ni amenaza con serlo en el primer equipo del club. Es un técnico ‘jugadorista’. En el Castilla ha jugado un 4-2-3-1 sin mediocentro defensivo, y su llegada es buena noticia para jugadores como el cucuteño, mala sin embargo para el brasileño Casemiro. Real Madrid volverá a proponer juego, no a especular con el estilo del rival. Si le va bien, Real Madrid saborerará su retorno de manera especial. Creyendo que habrá conseguido lo que buscó y logró FC Barcelona allá por 2008. Tener su propio Pep Guardiola.