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A 43 años del debut de Johan Cruyff con el Barcelona

CIUDAD DE MÉXICO -- “Su figura delgada y no muy alta parecía una postal de futbol”. Johan Cruyff (q.e.p.d.) fue partidario de la modernidad cuando el mundo y el balompié caminaban a la par de la tradición.

Eligió el número 14 por la sencilla razón que nadie más lo usaba, y se autonombró ‘gobernador’ de un deporte que inventaron los ingleses, pero que él perfeccionó.

No hay un personaje en la historia del futbol que haya influenciado tanto la esencia del juego como Cruyff.

Dice Jorge Valdano que “es difícil jugar al futbol mejor de lo que lo hacía Johan, y es difícil ser una referencia tan grande como Johan como entrenador”.

Cuentan que algunos futbolistas a los que dirigió lo llamaban Dios, y el propio Valdano considera que “para tener ese grado de influencia dentro del mundo nuestro solo se puede estar un escalón debajo de Dios, y eso por respeto”.

La regla establece que el futbolista brillante encuentra el ocaso cuando se vuelve entrenador. Pues bien, Johan no sólo rompió con la norma, su espíritu revolucionario lo hizo jugar un partido consigo mismo: Cruyff (futbolista) vs Cruyff (técnico). El resultado fue un empate a 10.

Las generaciones actuales, las anteriores y las que vengan no tendrán que haber visto a Cruyff en ninguna de sus facetas, pues bastará con disfrutar de su legado para conocerlo.

Este viernes 28 de octubre se cumplen 43 años del debut de Johan Cruyff con la camiseta del Barcelona. Ese día, el Barça venció 4-0 al Granada, curiosamente su rival de mañana.

Valga la pena este aniversario para recordarlo. A final de cuentas, dioses hay pocos y la siguiente sentencia de Valdano así lo corrobora…

“Hay una mesa en la historia del futbol en la que sólo comen cuatro: Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona”.