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Luis Suárez, décimo goleador histórico del Barça

Luis Suárez festeja contra Leganés EFE

BARCELONA -- Luis Suárez acabó con la peor sequía de su carrera deportiva en Europa con dos goles decisivos en el campo del Leganés y en el Barça se recuperó la sonrisa silenciosa.

Señalado tras sumar 478 minutos sin marcar, enlazando cinco partidos completos a cero y despertando dudas alrededor del club, su despertar en Butarque no provocó ninguna obsesión en el jugador, quien ya se colocó como el décimo mejor goleador histórico del Barça.

Suárez suma ya 125 goles y dejó atrás los 123 que le mantenían igualado con Kluivert y Rexach o los 124 que sumó entre 1939y 1948 Mariano Martín, el legendario goleador con un pañuelo en la cabeza. Ya había superado los 121 de Stoichkov… Y ahora ya apunta a los 130 que totalizó Rivaldo o los 131 de Samuel Eto’o.

El uruguayo los marcó en 162 partidos oficiales, lo que le supone una media de 0,77 goles por partido, superior a los 0,55 de Rivaldo y también a los 0,66 de Eto’o. Solo un futbolista se mantiene inalcanzable: Leo Messi, claro, que suma 523 goles en 601 partidos de azulgrana, para una media de 0,87 tantos por encuentro.

Se entiende que Suárez acabará la temporada entre los seis primeros (necesita 9 para alcanzar a Alcántara) y que con el paso de los años quedará situado entre los mejores realizadores de la historia de un Barça en que ya dejó atrás a futbolistas como los referidos o a otros como Evaristo, Luis Enrique o Basora.

“Necesitaba marcar, claro, pero no era una cuestión colectiva porque su colaboración con el juego ofensivo del equipo se ha mantenido en la misma medida de siempre” se constató desde el vestuario, donde el optimismo tras los resultados del sábado es máximo.

El Barcelona aventaja en diez puntos a los dos equipos de Madrid en una situación que no se recordaba en la Liga española, siendo la mayor distancia del Real a estas alturas desde los 12 puntos que estaba por detrás del Atlético en 1995. Una euforia colectiva que se suma a la alegría por el despertar de Suárez, cuya trascendencia se entiende clave en la suerte de la temporada azulgrana.

Nadie en el Camp Nou había osado hablar en voz alta acerca de la falta de gol de Luis Suárez, a quien durante parón por selecciones se mimó de forma especial en el Barça, con una pequeña intervención en la rodilla y una preparación física específica para recuperar sensaciones. Y el resultado no pudo ser mejor.

Atento como siempre pero un punto más ágil que en pasados partidos, el uruguayo no dejó escapar la ocasión al fatal rechace de Cuéllar en el 0-1 ni tampoco se quedó descolocado para armar el 0-2. Volvió a ofrecer aquel papel de antaño y el barcelonismo pasó de la ansiedad a la felicidad contemplando como Suárez ya está en la élite histórica de goleadores del club.