<
>

Barcelona cambia su libro de estilo

BARCELONA -- El FC Barcelona sentenció la pasada semana el despido, no renovación, de Joan Vilá. A ojos del gran público la decisión no tiene más recorrido ni más incidencia. Alrededor del club, entre quienes conocen su trabajo, el caso no ha pasado sin embargo desapercibido.

“Se ha perdido un poco la apuesta por la cantera. Se han ido chicos importantes y es raro que esto suceda en el club”, se lamentó a principios de julio públicamente Leo Messi. Las palabras del astro argentino, a quien Vilá conoció también durante sus primeros pasos como azulgrana, fueron un aviso, otro, de la desnaturalización acelerada que se vive en el fútbol base.

Futbolista de corto y discreto recorrido en el club hace ya 4 décadas, Vilá ejerció tras su retirada como entrenador de la cantera, siendo mentor entre otros de Xavi y Puyol, y después de dirigir a algunos equipos menores en Cataluña regreso al Barcelona en 2011 con un cargo de nueva creación. Andoni Zubizarreta, en aquel entonces Director Deportivo azulgrana, le encargó junto a una personalidad como es Paco Seirullo la responsabilidad del área de metodología de los entrenamientos de todas las categorías del Barça.

Animado por Guardiola, el equipo dirigido por Vilá confeccionó lo que se dio por llamar ‘la Biblia’ en la metodología de los sistemas de entrenamiento que se llevaban a cabo en todas las categorías del club. Convencido de su trascendencia en la indiosincracia alrededor del Camp Nou, consiguió implantar el viejo sueño de un Johan Cruyff por quien sentía devoción extrema.

No fue, solamente, un sistema de juego único en todas las categorías sino, más aún, un sistema de entrenamientos basados en la posición, el balón, los rondos… Todo. Y lo que, de hecho, se llevaba muchos años practicando en La Masia se convirtió en regla… Hasta que esa regla comenzó a desvirtuarse en las dos últimas temporadas.

Incómodo en su puesto tras la llegada y ascenso en el puesto de mando de Pep Segura por las diferencias de criterio evidentes entre ambos en cuanto a las formas de entrenamiento, Vilá perdió ascendente en la formación de entrenadores a la vez que fue contemplando como bajo el mando del manager general deportivo las sesiones se desvirtuaban.

PUNTO FINAL

Al juego de posición comenzó a ganarle importancia la potencia física, al fútbol de combinación le fue sustituyendo la verticalidad y el juego aéreo y las tesis que eran como una religión a todos los niveles futbolísticos en el Barça fueron desapareciendo.

Las diferencias de criterio, cada vez más insalvables, han provocado un cambio de proceder en La Masia, cada vez menos ‘pelotera’ y más ‘física’ para pesar de Joan Vilá, cuya relación con Segura nunca fue fluida y que acabó por provocar su salida.

Viendo que entre las altas esferas del Barça su figura había quedado arrinconada y que esos planteamientos que comenzó como entrenador de la base y que adquirieron el carácter de ley habían perdido todo el peso, su marcha estaba cantada… Pero fue el propio club el que dio el paso definitivo.

A Vilá se le comunicó la determinación de no renovar el contrato que acababa este mes de julio. Argumentando la decisión en su edad, 64 años, el Barcelona le agradeció su trabajo. Y se acabó.

El suceso, poco mediático más allá de las paredes de La Masia o del Camp Nou, adivina un sospechoso cambio de rumbo en la filosofía futbolística del Barça. Xavi, en primera persona, lamentó la marcha de Joan Vilá y dio la voz de alerta respecto a esta nueva realidad en la que el fútbol que convirtió al club azulgrana en una referencia por su íntima y distinta personalidad queda en un segundo plano.

El despido de Joan Vila puede no ser un caso que llene los papeles… Pero sí es un caso a tener en cuenta.