<
>

Sin Messi, sin Ronaldo, sin problemas: El Clásico español busca un nuevo héroe

La última vez que presenciamos un Clásico español sin tener a Lionel Messi ni Cristiano Ronaldo en la cancha, el mundo era un lugar muy diferente. Donald Trump se aprestaba a ser el anfitrión de la primera temporada de 'Celebrity Apprentice', con Nadia Comaneci, Lennox Lewis y Gene Simmons como participantes, Tesla aún no había vendido su primer auto y Netflix era principalmente una empresa que alquilaba algo que solían llamar DVDs distribuidos a través de algo que solían llamar "correo postal".

En el ámbito del balompié mundial, Barcelona y Real Madrid han definido la última década tanto dentro como fuera de la cancha. Entre ambos, se han alzado con nueve de los últimos 10 títulos de Liga española y tanto uno como el otro han sido campeones de Europa en siete de las 10 campañas más recientes. Han crecido hasta convertirse en marcas (sus logos omnipresentes en prendas de vestir, redes sociales y vídeo juegos) y símbolos, impresos de forma indeleble en una conciencia colectiva que va mucho más allá de los aficionados al fútbol.

Y cuando ambos clubes chocan en un Clásico, todos lo tienen presente.

O, tal como lo dijo el exvolante del Real Madrid Zé Roberto: "Esta rivalidad paraliza al mundo entero. No se trata solamente de Madrid y Barcelona, no solo tiene que ver con España, es algo global".

Los dos hombres que han sido los mayores motores de esas expectativas han sido, obviamente, Cristiano y Messi. Ninguno de ellos estará en la cancha este domingo. Es por todos conocido el pase de Cristiano a la Juventus el pasado verano. Messi se encuentra lesionado. Para el Real Madrid, esta sería una temporada de transición sin la presencia de quien era su candidato residente al título de "Más Grande de Todos los Tiempos" y así ha sido, al ubicarse en el séptimo puesto en la tabla de posiciones con un registro mediocre de 4 triunfos, 2 derrotas y 3 empates. El Barcelona, por lo menos hasta que Messi regrese, se encuentra en una posición similar.

Agregando picante a este partido tenemos el hecho que ninguno de estos clubes ha llegado al máximo de su potencial durante la actual zafra. "Sin Cristiano, el Real Madrid no puede anotar", afirma Steve McManaman, ganador de la Champions League con los merengues. "Hay mucha presión sobre (el técnico madridista Julen) Lopetegui".

Vaya eufemismo: Previo a la victoria madridista del martes sobre el Viktoria Plzen por cerrado marcador de 2-1 en un partido que terminó siendo digno de olvidar, el Real Madrid había perdido en cuatro de sus cinco compromisos más recientes. Lopetegui, quien asumió las riendas del banquillo madridista durante el verano, no ha podido conseguir un reemplazo a la producción goleadora de Cristiano. Eso ocurre cuando se traspasa a un hombre que promediaba 50 tantos por temporada y su fichaje más costoso es un proyecto a largo plazo, Vinicius Junior, de 18 años, quien no estará listo para tales compromisos por un buen tiempo, tal como se demuestra al revisar que apenas ha visto 15 minutos de acción con el equipo grande desde su contratación.

"El Real Madrid necesita de un Cristiano", prosigue McManaman. "Cuando cuentas con un jugador que marca un gol por partido, se va del equipo y no es reemplazado, tienes un problema".

He allí gran parte de la razón por la cual el Real Madrid sufre su peor comienzo de Liga desde 2001-02. Aunque ciertamente, no todo es color de rosa por los lados del Camp Nou. Puede que el Barça esté en la punta de una pizarra muy pareja en la Liga española, con cinco clubes y dos puntos de diferencia entre ellos. Pero hay que retroceder 13 años para encontrar la última ocasión en la cual el Barcelona tuvo menor cantidad de puntos en estas instancias de la temporada. Han jugado 12 encuentros en la actual campaña y concedido goles en nueve de ellos. Esto se produce incluso con la presencia de un arquero, Marc-Andre ter Stegen, quien suma legítimos argumentos para ser considerado el mejor del mundo.

El técnico Ernesto Valverde pudo haber pensado que su mayor prioridad sería resolver sus problemas defensivos. Ahora, con Messi ausente, también necesita cuidar el otro lado de la cancha.

No será tarea sencilla. Su centro delantero, Luis Suárez, apenas ha marcado par de goles en juego abierto desde mayo pasado. De los onerosos delanteros adquiridos por el Barcelona durante las dos últimas campañas, uno de ellos, Ousmane Dembelé ha sido inconsistente mientras que el otro, Malcom, ha jugado la totalidad de 28 minutos durante el torneo 2018-19.

Sí, este es el Clásico español. Donde los destinos cambian. Donde los héroes se convierten en íconos.

Es hora de decir "Carpe diem". Sobre todo, en el caso de Lopetegui.

"El Real Madrid está en una cierta crisis, en la cual el resultado le va a afectar más si pierde, porque en juego está la cabeza de Julen Lopetegui", dice la leyenda madridista Hugo Sánchez. "Un triunfo de Real Madrid en el Nou Camp le daría mucho oxígeno no solamente a Lopetegui, sino a todos los jugadores de Real Madrid que están siendo muy criticados".

Fabio Capello, quien ganó dos campeonatos de Liga como técnico del Madrid, lo sabe muy bien. "Estuve en la misma situación de Lopetegui (en 2006-07)", recuerda. "Me dijeron que tenía que conseguir un buen resultado en el Clásico o me despedirían".

He ahí la clave: No solo se trata de poder reclamar el derecho a ser considerado el mejor equipo de España (o del mundo). Se busca darle un giro completo a la temporada y esto se puede aplicar, más que todo, a los jugadores que tienen la responsabilidad de llenar los vacíos formados por las siluetas de Cristiano y Messi. (Es cierto que el último caso es una situación temporal, pero el argentino cumplirá 32 años durante el próximo verano. Su tiempo también se agota y por ello, este podría considerarse una audición con miras al futuro).

¿Quién asumirá la responsabilidad?

Por los lados del Real Madrid, el principal candidato podría ser Marco Asensio quien asume la posición que tenía Cristiano en la mayoría de los cotejos. El joven delantero, quien fuera bautizado con ese nombre en honor del legendario Marco van Basten, no es precisamente un Pete Myers en reemplazo de Michael Jordan. Cuenta con las herramientas necesarias para ubicarse entre los mejores del mundo.

También está Gareth Bale, quien fuera el jugador más costoso de la historia hasta hace tres años. El galés ha sido perjudicado por las lesiones y por jugar como telonero de CR7. No obstante, tal y como lo demostró en la final de Champions en 2017-18, puede asumir el protagonismo de un encuentro como pocos.

Además, al menos por los momentos, está presente Karim Benzema, ese centro delantero obrero quien, durante los últimos años, se sacrificó en las trincheras haciendo el trabajo sucio a fin de que Cristiano brillara, algo similar a ese tackle izquierdo que cuida de Tom Brady. Ciertamente es una especie de soldado desconocido, pero también hablamos de un centro delantero que supuestamente no golea, pero logró sumar 18 tantos de liga en los últimos dos años. Muchos pensaron que, luego de la partida de Ronaldo, Benzema asumiría la producción goleadora. No ha sido el caso.

En el Barcelona, hay dos jugadores adquiridos con los $250 millones recaudados tras la sorprendente venta de Neymar, la súper estrella brasileña que ayudó a cubrir el vacío dejado por la última ausencia de Messi en un Clásico español: Philippe Coutinho y Dembelé.

Coutinho, proveniente del Liverpool y fichado por $150 millones en enero pasado, es un creador nato. A pesar de ello, debido al hecho que él y Messi suelen rondar las mismas áreas ocasionalmente y por su versatilidad y generosidad, no ha sido esa fuerza motora que su talento promete. Valverde está presto a entregarle las llaves del equipo.

En el caso de Dembelé, quien llegara como un talento en bruto a sus 20 años y por un precio de $120 millones durante el verano de 2017, sus talentos eléctricos han brillado de forma intermitente, como una luz de neón averiada. Culpen a la lesión que lo dejó fuera de acción por espacio de una mitad de temporada, o culpen a las formas conservadoras de Valverde, o a su juventud. Ya es hora de dejar de administrar culpas. Dembelé debe asumir exitosamente el reto.

Tampoco olvidemos a Arthur, ese volante discreto que firmó casi de forma desapercibida el pasado verano, pero se ha metido en medio de la cancha para convertirse en uno de los jugadores más consistentes a las ordenes de Valverde, en un espacio previamente ocupado por los legendarios Xavi y Andrés Iniesta. Tiene 22 años y la mayoría de los habitantes de este mundo no tenía idea de su existencia hasta hace un par de meses. Ahora, este es también su escenario.

Estos jugadores siguen los pasos de los gigantes que estuvieron presentes antes que ellos, tal como lo hicieron a su llegada Messi y Cristiano (aunque ciertamente ascendieron a un nivel sin precedentes). Al principio, también eran meros vasallos bajo las ordenes de los cuidadores de la antorcha.

Diego Forlán, testigo de la eterna lucha que representa el Clásico español como tercero interesado en los años que jugó con el Atlético de Madrid, cree que el Clásico es (y siempre será) más grande que cualquier jugador.

"Cristiano y Messi ayudaron al Clásico a crecer hasta convertirse en lo que es hoy, pero siempre hay alguien que termina emergiendo", afirma el delantero uruguayo. "Uno se va y, tal como siempre ha ocurrido, otro ocupa su lugar".

Un rey ha partido. Otro está herido. Una corona está disponible para que alguien la ostente.

ESPN Deportes, México, Argentina y Brasil colaboraron con la presente nota.