BARCELONA -- El 12 de abril de 2003, frente al Deportivo de La Coruña, fue la última vez que el Barça recibió 4 goles en el Camp Nou. Aquella tarde (2-4) el holandés anotó un doblete que, acompañado por las dianas de Scaloni y Sergio, hundió al equipo dirigido por Radomir Antic que diez días después sería eliminado en los cuartos de final de la Champions por la Juventus, con un inolvidable gol de Zalayeta en la prórroga para dirigir a un fin de temporada, la última antes de Ronaldinho, deprimente.
Con el paso del tiempo, la fortaleza futbolística del Barça fue creciendo hasta el punto que, no volviendo a encajar tamaña goleada, solo en siete ocasiones recibió tres goles el equipo azulgrana en el Camp Nou, la última en el 1-3 del Real Madrid de la Supercopa de España que estrenaba la era Valverde en agosto de 2017. Hasta que llegó el Betis…
El Barcelona del Txingurri solo había caído como local en aquel Clásico y, sumado al de Luis Enrique, sumaba 42 encuentros (34 victorias y 8 empates) sin perder como local. Pero la historia explica más datos.
Transcurrieron 15 años y medio, 5 mil 693 días, entre el 2-4 del Deportivo y el 3-4 del Betis. Y fue en el partido 440 después de aquella debacle ante los gallegos cuando otro equipo de la Liga fue capaz de aplastar en el marcador al Barça como no se recordaba desde el 0-3 con que venció el Bayern de Heynckes en la semifinal de la Champions de la temporada 2012-13, el primero de mayo de 2013, como colofón a una eliminatoria en que el conjunto alemán pasó por encima de los azulgrana.
Ocurrió, la derrota frente al Betis, el baile táctico de Quique Setién a Ernesto Valverde, apenas cuatro días después de que el Barça ofreciera una magnífica impresión en San Siro frente al Inter, mutando de un conjunto soberbio sin Messi a un grupo descontrolado en su regreso a la liga, cara y cruz de un equipo entregado al reto continental y que se diría perezoso en su día a día liguero.
Al mando de la Liga, todavía, el Barcelona es el peor líder a estas alturas desde la temporada 2001-02, habiéndose dejado por el camino 12 puntos en otras tantas jornadas y mezclando desde que comenzó el curso instantes sublimes (los menos) con imágenes de difícil, o imposible, explicación.