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El Barcelona dejar ir otro triunfo en el límite y recibe otro golpe a su confianza

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Granada le arranca el empate al Barcelona al 89 (1:52)

El Barcelona empató 1-1 ante el Granada, los culés jugaron con 10 hombres desde el minuto 79. (1:52)

BARCELONA -- Al Barcelona lo impulsó Luuk de Jong y lo castigó su falta de convencimiento, su ausencia de veteranía, su poco tino en hacer lo que tanto le reclama Xavi, 'defender con balón', y dejó ir una victoria que abrazaba en Granada, frente a un rival convertido poco menos que en maldito en los últimos tiempos. Tenía la victoria en la mano y se le escapó de manera tan lamentable como triste.

Estaba colocado ya tercero, en puestos de Champions, cuando Puertas señaló a toda la defensa, rematando con total comodidad, ausencia de marcador, a la red de un desesperado Ter Stegen, estupendo hasta entonces pero impotente, imposible, ante ese remate a quemarropa en el minuto 89. El drama del Barça, por una cosa o por otra, no desaparece.

En Granada, ante ese equipo que este curso le empató en el Camp Nou y que le venció la pasada temporada para descabalgarle en el peor momento de la pelea por el título, el equipo dirigido por Xavi rozó la que habría sido segunda victoria consecutiva lejos de Barcelona por primera vez en la temporada y acabó lamentando esa igualada que le mantiene quinto en la clasificación, siempre a medio camino y sin acabar de arrancar.

Lo hizo perdiendo en una media hora final cada vez más desanimada, que comenzó con la salida del campo de Luuk de Jong y se evidenció ya sin disimulo cuando Gavi fue expulsado, dirigiéndose el partido a un final fatal para sus intereses.

Curiosamente, cuando alrededor del Camp Nou se multiplican las voces que esperan la salida inminente de Luuk de Jong en este mercado de invierno y se especula con la llegada de Álvaro Morata, o de Edinson Cavani o... de quien sea que pueda aportar goles al ataque azulgrana, el neerlandés, fichaje de última hora de Ronald Koeman, emerge como solución aportando su mejor juego bajo el mando de Xavi Hernández, de entrada rendido a la necesidad para confiar en él y de salida rendido a su más que buen rendimiento.

Su primer remate fue gol a los ocho minutos y se anuló por un fuera de juego anterior, muy justo, de Gavi. Protestó un penalti por empujón del que no quiso saber nada el árbitro y remató espectacularmente de espuela un centro de Jordi Alba que se marchó alto por poco, casi a la altura de la espectacular chilena de la pasada semana.

Combinó con acierto, ya fuera con Gavi o Jordi Alba, incluso con un desafortunadísimo Ousmane Dembélé y obtuvo el premio cerca de la hora de partido, al rematar magnífico el centro perfecto de Dani Alves. Y ahí, con el premio del gol, dejó su lugar a Memphis para que, de pronto, el partido cambiara.

La calma y paciencia del Barça fue desapareciendo, el atrevimiento del Granada creciendo y a partir de la expulsión de Gavi el equipo de Xavi ya perdió todo el control, regalándole al Granada la oportunidad de emerger y evitar una derrota que ya se suponía.

Como le ocurrió ante Osasuna (empate en el minuto 86) o en Vigo, donde empató el Celta en el 96, el Barça se dejó otros dos puntos que ya abrazaba y que quién sabe la trascendencia que puedan tener al acabar la temporada.