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En su mejor partido para Chivas, Gago y un mocoso de 17 años victiman al Necaxa

Chivas ganó los dos partidos que no debía perder: al América y Necaxa. El primero como un dandi, el segundo como un andrajoso.


LOS ÁNGELES -- ¿Misión cumplida? Chivas ganó los dos partidos que no debía perder: América (2-1, Clásico Nacional) y Necaxa (3-1, Clásico del Despecho [Gago]). El primero lustrosamente. El segundo menesterosamente. El primero como un dandi, el segundo como un andrajoso..

Estas Chivas bipolares. De animadores del gozo a arquitectos de su propio pozo. Tras la exuberancia ante América, sordo ante Tigres, momificado ante Toluca y miserable ante Necaxa, al que roñosamente confrontaba con la botarga del rencor hacia Fernando Gago.

Guadalajara había puesto el 1-0 desparpajado y exquisito en una mesa de billar del mejor Casino de Las Vegas: un balón a profundidad de Luis Romo, directo al Fórmula 1 de la escudería Richy Ledezma, quien sirve preciso y preciosamente, para que la Hormiga González, con estampa despiadada y frialdad asesina, empuje de zurda. Sandoval haría el 2-0.

La ley del ex se hizo presente. Con el rencor de un divorcio mal habido, el Chicote Calderón penetra, pero su disparo es una pelota rebotona, traicionera, que desvía Luis Romo, quien lleva ya más autogoles (2) que goles y asistencias con Chivas. 2-1, ventilaba Necaxa, entre la asfixia y la esperanza.

Ya con la gastritis del 2-1, en el subibaja de la acidez lacerante de la angustia y la zozobra, Gabriel Milito –desesperado--, consulta la ouija siniestra de lo absurdo, y recurre a lo inexplicable: al minuto 51, saca a su rockstar con dos asistencias, Richy Ledezma, para habilitar a Micky Tapias.

Pero, Fernando Gago ratificó que su affaire fallido con Boca Juniors, tras el desdén y rebozazo al abandonar al Guadalajara, no le extirpó su más grave defecto, manifestado incluso con Chivas: mete la pata a fondo en los cambios.

Sí, si Milito hizo añicos el ajedrez del sentido común, Gago no lo hizo mejor. Las modificaciones de Gago fueron de tan mal gusto y de tan peor concepto, que el control absoluto que tenía Necaxa en el segundo tiempo, fue abortado desde las decisiones absurdas de su cuerpo técnico.

Sí, Gago jugó su mejor partido a favor de Chivas. Le entregó la victoria. Con sus modificaciones, permitió que el Guadalajara sufriera menos. Milito hasta se dio el lujo de debutar al mozalbete Samir Inda, de 17 años, quien al minuto 94, cuando el reloj desangraba sus últimas gotas, pepenó brutal zurdazo para el 3-1.

Ahora Chivas va a jugar ante cinco de los inquilinos de las cloacas del futbol mexicano: Puebla, Mazatlán, Querétaro, Atlas y Pachuca, con un enigmático Pumas intercalado en ese itinerario.

Aquellas Chivas que excitadas por su fetichismo hacia lo amarillo y que por ello rebasaron al América, pueden disponer de esa gentuza sotanera que tiene enfrente, pero el Guadalajara de la noche de este martes ante Necaxa, terminará camaleonizándose, mimetizándose como uno más de esos pasajeros de los albañales de la Liga Mx.

Veremos si Milito y su ouija suicida pueden escribir una historia inesperada. El problema es que, enfrente, no encontrará un Gago cómplice.