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Almeyda predica filosofía samurái para levantar a un club moribundo de la MLS

CANCUN, México - El código de Bushido, conocido como "el camino del guerrero" tiene, en rasgos generales, muy poco que ver con la pretemporada de un equipo de fútbol. Y quizá, incluso menos con un club estadounidense, liderado por un argentino, en la opulencia de un complejo prístino vacacional en Cancún.

Pero cuando se trata de los intentos del San Jose Earthquakes de dar vuelta a la página de un desastroso 2018, la disciplina, el honor, el sacrificio y la abnegación consagrados en el código de Bushido adscrito a las normas que seguían los samuráis japoneses, tienen puntos en común con lo que se ha profundizado en los jugadores del club de la MLS, en lo que va de esta pretemporada.

Y no es casualidad.

"Soy un fanático de la historia de los pueblos Samurái" dijo el nuevo entrenador de Earthquakes, Matías Almeyda, a ESPN FC después de entrenar en el resort. "Es muy difícil de implementar en la vida un código como ese. Yo trato de hacerlo en mi vida, pero tampoco es que se logre siempre, es muy difícil, trato".

Si los jugadores de Earthquakes no sabían qué esperar de Almeyda, las menciones de las filosofías samurái han sido una señal de que las cosas van a ser radicalmente diferentes en el club en 2019 en comparación con el año pasado.

"Los entrenadores, creo, están cambiando el ADN del club y es algo que tienes que hacer si terminas como el último en la liga", fue la evaluación del defensor oriundo de Tbilisi, Georgia, Guram Kashia.

El equipo de los Quakes sufrió mucho en 2018. La institución californiana ganó solo 4 de 34 partidos, en una liga conocida por su paridad comparativa. El total de 21 puntos fue el segundo más bajo de todos los equipos desde que comenzó el formato de 34 partidos en la MLS en 2011.

Como señaló Kashia, algo tuvo que cambiar y el club apostó por Almeyda, de 45 años, quien tuvo un gran impacto en México con Chivas de Guadalajara, rescatando al club del abismo del descenso en 2015-16 al título del Clausura 2017 y el trofeo de la Liga de Campeones de la CONCACAF en 2018.

Cuando los jugadores recibieron sus horarios de pretemporada del staff de Almeyda, ya había una sensación palpable de que esta temporada sería diferente. Se acabaron los viajes de diez días a Tucson, Arizona, para realizar una sesión de entrenamiento por día y quizá una sesión de pesas de vez en cuando.

En cambio, en el aislado y privado resort de Cancún que Almeyda usaba para las pretemporadas con Chivas, hay una sesión doble diaria y los jugadores apenas han tenido un día libre en las primeras dos semanas.

El alero Shea Salinas bromeó que la intensidad de la preparación del equipo, dentro del complejo, solo le ha permitido ver de lejos la playa.

Ha sido un campamento duro y el objetivo inmediato, leyendo entre líneas, es que Almeyda quiere que el equipo arranque en un nivel elevado ya para el comienzo de la temporada de la MLS, para enviar el mensaje de que este club no será derrotado con facilidad como sucedió en algunos partidos del año pasado.

"La idea es ser protagonista, la idea es que adopten rápido nuestro sistema de juego, que va a ser la de un equipo agresivo para marcar, un equipo que tenga movilidad para jugar," dijo Almeyda, quien fue elegido como el entrenador del año de CONCACAF en 2018. "Para resumirlo un equipo donde todos corren y todos juegan, un equipo como siempre se han caracterizado nuestros equipos".

Las sesiones de entrenamiento parecen estar diseñadas para agudizar la intensidad, para que los jugadores no se detengan en los errores sino se pongan a recuperar la pelota lo más rápido posible después de perderla. Dos equipos locales de Cancún también han sido traídos al resort para hacer "sparring" y asegurar que los jugadores de los Quakes se mantengan con una intensidad alta.

El trabajo duro ha sido bien recibido hasta ahora. De alguna manera, quizás la horrible campaña pasada de los Earthquakes ha ayudado a los jugadores a ser abiertos al cambio y al trabajo, dándole a Almeyda una hoja en blanco para plasmar sus ideas.

"Todos estamos simplemente con oídos abiertos, corazones abiertos y mentes abiertas, es especial de ver", dijo el delantero Chris Wondolowski. "Antes, todos tenían sus propias agendas e ideas de cómo querían que fueran las cosas y ahora creo que literalmente tenemos 30 tipos que solo son esponjas, dispuestos a absorber lo que sea necesario".

El capitán Wondolowski ha sido el latido del equipo de Earthquakes a través de los altibajos de la última década. Ahora con 36 años y entrando en su 11ª temporada consecutiva con el club, el oriundo de la zona de la bahía cercana a San Francisco se ha dado cuenta de que nunca perderá su amor por el juego. Pero también sabe que no puede continuar para siempre y dice que se sentará con su esposa al final de la temporada para discutir seriamente si "todavía puede competir" más allá de este año.

Debido a que podría ser su última temporada, la "emoción" que dice Wondolowski que ha sido generada por la llegada de Almeyda es bien recibida, también lo ha sido para su amigo y compañero Salinas, incluso si el mensaje de Almeyda es que nadie tiene garantizado su lugar y no le importa la edad o el sueldo de los jugadores cuando viene la hora de elegir el XI titular.

"Si no estás dispuesto a competir por tu posición, probablemente ya no deberías jugar este deporte", dijo Salinas. "Me encanta competir. Estoy emocionado".

Las palabras "cambio de cultura" se escuchan a menudo en el campamento.

Los jugadores hablan de querer una posesión promedio por partido de 60 por ciento, de dominar partidos tanto local como visitante, siendo protagonista, clasificando a la postemporada, calificando a la CONCACAF Liga de Campeones e incluso ganando la U.S. Open Cup o la Copa MLS como objetivos ambiciosos, pero realistas y alcanzables.

"Es la mentalidad de campeones", explicó el portero de 21 años y originario del área de la bahía, JT Marcinkowski, quien arribó mediante la academia de los Earthquakes. "Todos los días (Almeyda) dice, 'imagínate como campeón, imagínate en ese escenario, imagínate con el trofeo'".

Fuera del campo, los cambios han sido más sobre ganancias marginales y la creación de un equipo con espíritu positivo. En algunas áreas, Almeyda ha simplificado las cosas y ha vuelto a lo básico.

Por ejemplo, los jugadores deben usar camisetas idénticas en las comidas y se les ha recomendado que se mezclen, especialmente a los que hablan español e inglés, alrededor de las mesas redondas. Los miembros del staff de los Earthquakes también suelen sentarse alternados con los que hablan inglés y español para fomentar la cohesión.

En términos de disciplina, no hay multas impuestas por delitos menores, pero los jugadores no pretenden equivocarse.

"Tienes que llegar a tiempo, no puedes permitirte llegar un minuto tarde, de lo contrario, serás castigado", dijo el central Kashia. "Al mismo tiempo, todo es de una manera divertida. No vas a pagar dinero, pero serás castigado en un grupo".

Llegar tarde puede hacer que un jugador tenga que trotar en medio de dos líneas de compañeros de equipo, que lo golpean ligeramente desde cualquier lado. Otro ejemplo es que un equipo que pierde un desafío en el entrenamiento puede terminar mirando hacia abajo en la línea de portería con sus traseros en el aire, mientras que el resto de los jugadores les disparan con la pelota.

"Es un poco vergonzoso, pero al mismo tiempo muy divertido. Estuve ahí también. Crea una muy buena vibra en el equipo", agregó Kashia.

Cuando Almeyda habla con el grupo, lo que hace regularmente después del entrenamiento, se agacha y los encuentra al nivel de los ojos. Antes del entrenamiento, a menudo se le puede ver acomodando conos. No hay duda de que él es el jefe, pero el mensaje que está enviando es que está trabajando tan duro como cualquiera.

Y en términos de (re)construir la cohesión del grupo, estar unidos sin familias y con un calendario al estilo casi militar no deja otra opción que interactuar.

En el campamento de Cancún, los días fueron así: los jugadores se despertaron a las 6 de la mañana, comieron un ligero refrigerio, se trasladaron en bicicleta una milla pasando el campo de golf hasta llegar a las canchas de entrenamiento, entrenaron a las 7:30 A.M., regresaron al hotel, se bañaron, cambiaron, desayunaron, tomaron una siesta, comieron, volvieron a entrenar a las 5 de la tarde, dos horas más tarde volvieron rápido al hotel para escapar de los mosquitos que salían al anochecer, se bañaron, cenaron y básicamente después durmieron para hacerlo todo de nuevo al día siguiente.

"(Es un) desafío diferente, necesitas una mentalidad diferente", dijo Kashia. "Es algo que necesitábamos después de la temporada pasada para despertarnos".

Parece que Almeyda no ha estado hablando extensamente de forma individual con los jugadores, sino que dirige el mensaje a través de pláticas grupales después del entrenamiento. El argentino habla de sus experiencias como jugador, de la importancia de dormir lo suficiente, de comer adecuadamente y de entender lo difícil que es ser jugador, aunque en la superficie parezca un trabajo de ensueño.

"Si él dice que suba al árbol, yo subiré al árbol", declaró Kashia. "Seriamente. En primer lugar, jugó fútbol al más alto nivel, en un equipo grande en Europa. Tienes que respetar eso. No hay duda de que sabe del fútbol. Por la forma en que él se dirige a nosotros y habla, sientes eso".

"Hace que el equipo se sienta conectado con el entrenador y creo que ahí es donde comienza", agregó el volante Tommy Thompson. "Ese deseo de luchar por alguien que está dispuesto a hacer sacrificios por ti".

Thompson llegó al campamento con incertidumbres acerca de cómo Almeyda se iba a comunicar con los jugadores que no hablan español, pero una figura crucial que ha surgido en la pretemporada es Agustín Zalazar, de 22 años. Zalazar es argentino-americano y jugó en Rosario Central un tiempo, lo que significa que domina el español con acento argentino y el inglés americano y también tiene un conocimiento completo de la complejidad del juego.

Suena como un pequeño detalle, pero contar con un buen traductor es vital para un director técnico como Almeyda, que quiere enfatizar su metodología en los jugadores y hacer que crean en sus ideas.

"Esa es una de las cosas que más me ha impresionado", dijo Thompson.

Para una figura con un perfil internacional como Almeyda, el trabajo de resucitar a los Earthquakes no es el desafío más difícil de su carrera como director técnico. El ex mediocampista de Lazio no duda en enfatizar que "gente murió" en River Plate cuando el equipo fue relegado a la segunda división en 2011. La tarea de convertirse en un entrenador novato y ser responsable de ganar el regreso a la primera división tuvo una repercusión más allá de la cancha, dice Almeyda.

Después de los éxitos con Chivas, Almeyda recibió ofertas de China, Katar, Dubai, México, Argentina, la selección de Costa Rica y también se reunió con gente del Leeds United, antes de que Marcelo Bielsa, quien también fue entrenador de Almeyda en su época de jugador, obtuviera el puesto. La decisión de llegar a San José, señala Almeyda, no fue motivada por el dinero.

"Sí hubo propuestas, pero esta fue algo especial, creo que nos gustó, no nos movemos por el dinero", dijo Almeyda. "Acá venimos a ganar la mitad o menos de la mitad de lo que ganábamos en su momento en Chivas, entonces bueno hay una apuesta al amor que le tenemos al fútbol y en creer en nuestro trabajo".

Está claro que el gerente general de los Earthquakes Jesse Fioranelli y Almeyda se han conectado en mayor grado que un dúo regular de gerente/entrenador.

El enlace de Almeyda con San José comenzó en octubre de 2017, cuando las Chivas de Almeyda se enfrentaron al Club León en un amistoso en el Avaya Stadium de San José, el hogar de los Earthquakes. Fioranelli y Almeyda tienen un pasado en la Lazio, donde el argentino es una auténtica leyenda del club, y los dos se engancharon en el partido, coincidiendo con la filosofía de juego y acordando mantenerse en contacto.

Cuando el entrenador Mikael Stahre salió de los Earthquakes en septiembre del año pasado y con Almeyda todavía sin trabajo tras salir de Chivas en junio de 2018, Fioranelli y el argentino comenzaron a hablar.

Una lista inicial de 40 llevó a los Earthquakes a realizar 15 entrevistas con potenciales directores técnicos, pero asegurar a Almeyda se convirtió rápidamente en la prioridad. Después de un período para conocerse y comprender la visión a largo plazo del club, se firmó un acuerdo el cual se anunció el 8 de octubre.

"Voy donde mejor me tratan, donde hay un proyecto, donde se cree, donde hubo un interés en vernos a nosotros, entonces no importa el lugar, importa la gente".

Almeyda dice que el equipo está casi completo para la temporada, pero hay un puesto de Jugador Designado libre y el club está constantemente atento, aunque parece más probable que lo fichen en el verano.

Almeyda habla de manera positiva sobre la MLS y particularmente sobre su paridad, y bromea diciendo que el cuerpo de entrenadores se tatuará la espalda si levantan el título, de la misma manera que lo hicieron después del campeonato de la Liga MX de Chivas.

Almeyda enfatiza que se requerirá tiempo para moldear el plantel de San José en un equipo que coincida con su visión y que esté luchando por los campeonatos, pero los primeros pasos de Almeyda en el peor club de la MLS en 2018 ciertamente han logrado que quienes están dentro de la institución estén rejuvenecidos.

La próxima misión será hacer que los que están alrededor de la liga y la afición se den cuentan de lo mismo, cuando los Earthquakes abran la nueva temporada de la MLS el próximo 2 de marzo contra el Montreal Impact.