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Historias de uruguayos con Pelé: desde Ledesma que lo anuló a Cacho Silveira que lo definió como de otro planeta

Juan Masnik con Pelé en el Cosmos @Nacional

El Cholo Ledesma se llevó para siempre una distinción. Fue el jugador uruguayo que anuló a Pelé. Nacido en octubre de 1930, el volante llegó a Peñarol en 1953 procedente de Danubio.

Por esos tiempos, jamás imaginaría lo que le tendría deparado el destino. En aquellos viejos duelos de Copa Libertadores, Peñarol se topó con el Santos de Pelé. Y el Cholo tuvo la tarea de anular al Rey.

En la Copa Libertadores de 1965, Peñarol vivió una serie semifinal ante Santos de tres partidos, donde Ledesma tuvo mucho que ver.

En el primer partido, a los seis minutos, Santos ganaba 3 a 0. El panorama pintaba feo. El elenco brasileño llegó a ponerse 5 a 1. Pero Peñarol despertó y terminó arañando el empate.

En la revancha, el equipo aurinegro, que era conducido por Roque Gastón Máspoli, ganó 3-2 en un Estadio Centenario colmado de aficionados.

El tercer y decisivo partido se jugó en el Monumental de Núñez y terminó con triunfo mirasol, 2-1. En aquel juego debutó en el arco Ladislao Mazurkiewicz ocupando el lugar del laureado Luis Maidana.

Ledesma resultó pieza clave en los tres juegos anulando a Pelé.

Cacho Caetano

El exdefensa de Peñarol fue compañero de Pelé en el Cosmos.

“Yo arribé a Estados Unidos en febrero y a los cuatro meses llegó Pelé, y alcanzamos a jugar 10 partidos juntos. Fue una experiencia importantísima desde todo punto de vista, tanto en lo futbolístico como en lo económico. La primera vez que lo vimos fue en un partido donde llegó en helicóptero. Cuando me vio me preguntó por varios excompañeros de Peñarol. Recuerdo que andaba siempre con guardaespaldas por todos lados. Como persona, amable, sencillo. Nunca vi un jugador igual”.

Juan Masnik

Al volver del Mundial de 1974 y tras recuperarse de una lesión de rodilla pasó al Cosmos de Nueva York. Masnik compró el pase con la deuda que Nacional tenía con él.

“Era una buena ocasión si las cosas se hacían bien. Era una oportunidad de hacer plata grande. Pero a los cuatro meses vino Pelé. Cuando llegó el negro yo le dije a los muchachos, ahora la quedamos. Nada personal, por supuesto, pero era lógico que él iba a querer llevar a sus conocidos, a los jugadores que él prefería y eran sus amigos. Y así fue nomás. Hicimos una buena campaña, es más cuando dije que me iba me ofrecieron un dinero para quedarme, pero ya no era lo mismo, el dinero grande era para Pelé.

Era una excelente persona, en la vida diaria uno más, con gran poder de adaptación y una extraordinaria vitalidad para vivir. Dentro de la cancha un fenómeno y un hombre que no admitía perder”.

Alcides Silveira

“¿Pelé? Algo de otro planeta. Como él, ninguno, terminantemente. Pelé fue distinto. Le tocó jugar durante un memorable ciclo de Brasil y allí fue desequilibrante. Crack a lo largo y ancho del mundo. Tuve la oportunidad de alternar con valores de excepción y todos tenían algo que mejorar. Pelé no. Era completo, y como tal, era guapísimo. Cuando se caldeaba el ambiente y lo andaban buscando, te podía dejar una pierna para toda la vida. Por primera vez lo enfrenté en Buenos Aires, en el Sudamericano del 59 y nos ganaron 3-1. Después con Boca. ¿Alguna trancada? Si, siempre había que meter con él porque te pintaba la cara. Pelé era de otro planeta”.