BUENOS AIRES -- Si hace unos cuantos años Alexis Sánchez fue bautizado Niño maravilla por la prensa deportiva chilena, el heredero del apodo es hoy Jeisson Andrés Vargas Salazar (Santiago, Chile, 15 de septiembre de 1997).
Prodigio de nuevo cuño que se prepara para debutar con La Roja este martes 29 de marzo en el estadio Rafael Agustín Tovar de Barinas, contra Venezuela, en el marco de la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018.
Jeisson Vargas se crió en el barrio La Chimba, en la comuna de Recoleta, ubicado en el norte de Santiago. Juega en la Universidad Católica. Tiene un vicio de otra época; disfruta jugando al pool mientras otros pibes le dedican horas a los videojuegos. Capaz de dormir más de una decena de horas si le dejan, detesta viajar y hacer cola en los aeropuertos aunque sabe que en su carrera deberá lidiar con ese asunto sin rechistar. En su casa, sita en el barrio de Huechuraba hay dos balones que recuerdan momentos especiales en la aún corta por sus 18 años, pero ya intensa carrera de Jeisson.
Una de esas pelotas llegó allí después de que marcara su primer gol en el profesionalismo el 2 de agosto de 2015 al Barnechea (victoria 5-1) por la Copa Chile. Autografiada por todo el plantel del equipo cruzado. La otra se la obsequiaron tras convertirle un ‘hat trick’ a a San Marcos de Arica en noviembre de 2015.
El hijo de Marisol Salazar (32) e hijastro de Juan Carlos Orellana (35), a quien llama “papá”, es, como se dice en Chile, un buen cabrito. Un chico sencillo, simple, que adora el fútbol y que enorgullece a Benjamín Valenzuela, maestro de talentos, quien en su momento formó a Alexis Sánchez, actual jugador del Arsenal de Londres, en el Cobreloa de Calama.
“Me lo encontré hace poco a Jeisson -relató Valenzuela al diario chileno La Tercera-, y le dije que no había ganado nada de nada, que una cosa es llegar y mantenerse y otra cosa es triunfar. Su comienzo me recuerda al de Alexis (Sánchez), pero el resto depende de él”.
Jeisson llegó a tener ofertas de Colo Colo, Universidad de Chile y Unión Española, pero aceptó la de la Católica porque según él “además de gustarme el equipo, ofrece formación. No sólo se preocupa del fútbol, sino de cómo tú eres como persona, de tus estudios”.
Se ha criado entre sacrificios, como por ejemplo no tener a veces dinero para cubrir el recorrido en bus hasta el lugar de entrenamiento del Club, y ha vivido desde que tenía 14 años en la residencia de los canteranos en San Carlos de Apoquindo.
En Alemania se encuentra interesado en él un equipo de los más grandes de la Bundesliga. Borussia Dortmund, acaso el único conjunto capaz de plantarle cara durante 90 minutos al Bayern de Múnich sin que se le caigan los pantalones en algún momento. Le comparan con el internacional suizo Xherdan Shaqiri, quien jugó en el propio Bayern entre 2012 y 2014 y actualmente milita en el Stoke City inglés.
Jeisson Vargas, de 1,70 metro de altura y 68 kilos, fue convocado por primera vez a La Roja por Juan Antonio Pizzi para el doble enfrentamiento por las eliminatorias contra Argentina primero y Venezuela después. No alcanzó a presentarse contra la albiceleste en el estadio Nacional, pero sí apunta a tener minutos en el próximo duelo del Campeón de América.
Mediapunta o segundo delantero, JV lleva el dorsal 8, es diestro y debutó el 6 de diciembre de 2014 en el juego Universidad Católica 2 Universidad Concepción 2. Ha marcado en 2015-16 8 goles en 16 partidos por el torneo local (para no ser delantero de referencia es un gran promedio su medio gol por encuentro disputado), y 1 más en 6 juegos por la copa chilena.
En una selección chilena que no tiene amplia variedad de recursos ofensivos, la inclusión de Jeisson Vargas es celebrada por la crítica. Desde diversas plataformas se sostiene que el joven no puede continuar siendo sparring de la selección como fue en la etapa como seleccionador de Jorge Sampaoli, porque ya está listo para ser protagonista. Incluso, para liberar a Alexis Sánchez de la responsabilidad exclusiva de encontrar el camino del gol en ausencia de jugadores como Eduardo Vargas, Charles Aránguiz, y un apagado Mauricio Pinilla.
Sus primeras actuaciones interesantes fueron en el Torneo Internacional juvenil de L’Alcudia, en Valencia, España. Firmó su primer contrato en abril de 2015. Posee una depurada técnica para ejecutar tiros libres directos.
En la selección sub20 jugaba con el 10 en la espalda. La pelota no le quema en los pies, y Pizzi quiere que, cuando juegue, rote por todo el frente de ataque sin estacionarse entre los centrales rivales. La movilidad y la determinación del jugador han de ser aspectos decisivos para que el nuevo seleccionador le dé pronto la posibilidad de comenzar a sumar minutos en el Campeón de América.