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Los retos de Rusia a un año del Mundial

La máxima fiesta del futbol en el planeta está a un año de distancia y Rusia ya cuenta los días para ello. El cronómetro está en mano, mientras las labores y preparativos continúan para el magno evento.

La Copa Confederaciones, además de lo que deportivamente implica, también es un reto para el país de Europa del Este en todo lo que tiene que ver con la organización y alojamiento de aficionados, justo a un año del evento principal y que abrirá las puertas a miles de personas de todas partes del mundo.

En cuanto a infraestructura y aspectos materiales, en Rusia no hay dudas de que se entregarán todas las obras en tiempo y forma para la organización del certamen, así que no es el aspecto que más preocupa en el país, como sí lo puede ser otro reto como la seguridad.

Para la Confederaciones se han tomado medidas de seguridad como nunca antes en el país, de acuerdo a los propios residentes.

Ante los constantes atentados yihadistas en Europa, en Rusia no hay descanso para cuidar las calles y sobre todo, los principales puntos de las ciudades. En Kazán, por ejemplo, el estadio de futbol es resguardado las 24 horas por diferentes policías. No se descuida ni un segundo.

En las calles, da lo mismo si son las tres de la tarde o las dos de la mañana, en todo momento hay vigilantes caminando en las calles, principalmente en los puntos de encuentro de la ciudad. En gran parte de los hoteles, principalmente en los que alojan a los equipos, se tiene en las entradas un sistema de seguridad parecido al de los aeropuertos, de tal modo que hay detector de metales en las puertas de ingreso.

Lo mismo ocurre en el ingreso al aeropuerto, no solo ya cuando se pasará a una sala de espera. En todo momento se revisa a la gente que desea ingresar a una terminal aérea, no importa si es para un viaje nacional o internacional.

SER UN PAÍS AMIGABLE Y SIN VIOLENCIA, OTRO RETO

Alexei Sorokin, director del Comité local de Organización, explicó en entrevista con la agencia AFP lo que significa para el país local acoger un evento de esta magnitud, además de los retos que tienen enfrente. Un deseo que se tiene es mostrar esa imagen amigable y de capacidad para ser sede de una fiesta global.

"Es la primera vez que estos eventos se organizan en Europa del Este. Es una gran oportunidad poder presentar al mundo entero nuestro país y su mejor cara. Estamos contentos de recibir a todos los invitados que deseen formar parte de estos eventos, de convertir sus estancias en agradables e inolvidables", señaló el dirigente.

Para ello, los trámites de visas en el mundo se facilitan en gran manera para los aficionados que demuestran que visitarán el país por el evento deportivo en puerta. Para la Copa Confederaciones, por ejemplo, los seguidores pueden tramitar una Fan ID, con lo que el acceso es mucho más sencillo, además de que se tiene un control de cada persona para lidiar con problemas como el hooliganismo, por ejemplo.

“Varios acuerdos internacionales dan a nuestras fuerzas del orden la oportunidad de intercambiar información con las policías extranjeras para identificar a los ultras más violentos y tenerlos lejos de los estadios", compartió Sorokin en la misma entrevista.

Las primeras pruebas justamente están en la Copa Confederaciones que está por comenzar. La intención de las autoridades rusas es que se disfrute de la fiesta sin nada de qué preocuparse o algo que manche el verdadero espíritu de la organización de un Mundial.

SITUACIÓN DEL TRANSPORTE

Para el Mundial del siguiente año se espera un incremento importante de los vuelos nacionales y desde luego, los internacionales. Los aeropuertos se buscan adecuar a las exigencias que requiere la organización de esta justa y al menos en Moscú y Kazán, dos de las sedes de la Copa Confederaciones, están listos.

En la urbe en la que debutará el Tri en Rusia en la Confederaciones, en transporte terrestre igualmente se trabaja para que sea útil y sencillo para los aficionados. Casi todas las indicaciones viales o incluso los autobuses están en el idioma nativo, pero cuando se trata de ir al estadio o a puntos importantes, los anuncios están en inglés para evitar confusiones.

EL IDIOMA, OTRO PENDIENTE

Uno de los problemas existentes para los turistas en Rusia es el idioma. En los aeropuertos, restaurantes o incluso la calle, prácticamente todas las indicaciones y especificaciones son en ruso. Pocos hablan inglés y menos aún lo dominan. La comunicación en los restaurantes, con taxistas o en la calle, se dificulta a excepción que se cuente con un traductor.

Ese mismo problema se vive incluso en los restaurantes, sin importar que sean una cadena internacional, pues la mayoría tienen sus menús en ruso. Ya depende en buena parte si los meseros o cocineros hablan inglés para un mejor entendimiento.

Rusia se prepara para la fiesta. La cuenta regresiva ya comenzó. Un año es todo lo que falta para que miles de aficionados se reúnan y aguarden a que ruede el balón, mientras el país trabaja en sus pendientes para una organización sin igual.