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Juan Fernando Quintero, el mejor colombiano de 2018

Al final de cada año de Copa del Mundo, los resúmenes del fútbol internacional no pueden evitar darle una trascendencia superior a todo lo ocurrido en el máximo torneo. Cuando se repasa un año mundialista es imposible que los jugadores y los momentos destacados no estén totalmente relacionados con los 64 partidos disputados entre junio y julio. Por eso, el mejor futbolista colombiano de 2018 es también el que mejor jugó en Rusia, aunque su aporte no se limita a los cuatro partidos de la Selección Colombia. Los excede de forma contundente.

Juan Fernando Quintero es el hombre de 2018. Hubo algunos embajadores del fútbol colombiano que jugaron más partidos y otros que marcaron más goles, pero ninguno mostró el talento ni elevó la jerarquía del fútbol nacional tanto como el paisa. Este año, por fin, Quintero demostró todo lo que prometía desde su debut en Envigado hace nueve años. Fue la figura de la Tricolor en el Mundial y marcó uno de los goles más importantes de la historia del fútbol sudamericano en la final del Santiago Bernabéu. Su nombre ya es una leyenda de River Plate y de la Copa Libertadores.

El año 2017 finalizó muy mal para Juanfer. Su Independiente Medellín ni siquiera logró clasificarse a los cuartos de final y en diciembre su futuro era una verdadera incógnita. Aunque con la camiseta del Poderoso mostró destellos de su calidad, jamás logró hacer la diferencia esperada en la Liga Águila tras su paso por Europa. Por eso, el interés de Marcelo Gallardo fue una bendición. El entrenador de River le echó el ojo en aquel partido de Libertadores entre su equipo y el DIM y desde ese día lo buscó. Llegó a Argentina en enero de 2018 y, hasta su primer contacto oficial con el balón, recibió críticas despiadadas relacionadas con su estado físico y su amistad con Maluma.

La adaptación fue difícil porque el fútbol argentino puede ser un ambiente hostil, pero Quintero tuvo la personalidad para responder con inteligencia dentro y fuera de la cancha. "No soy gordo, soy nalgón", dijo y se ganó la simpatía de muchos. El resto se rindió ante él apenas puso un pie sobre el césped. Debutó el 4 de febrero en el triunfo sobre Olimpo y con un par de pinceladas dejó en claro que había nacido para jugar con la banda roja. Fueron tan buenos sus primeras apariciones que José Pekerman volvió a convocarlo al seleccionado después de casi dos años fuera. Regresó en el amistoso ante Francia, en el que ingresó a diez minutos del final y marcó un gol. Contra los futuros campeones del mundo se ganó un lugar en la lista mundialista.

En Rusia fue uno de los dos mejores de Colombia, sin ningún tipo de dudas. Él y Yerry Mina se pusieron la Selección al hombro y estuvieron a punto de igualar la campaña de 2014. Juanfer fue, para muchos, el mejor jugador de la primera ronda de la Copa. Contra Japón marcó el segundo mejor gol del campeonato y, más allá de la derrota, fue el líder futbolístico y espiritual del equipo. Ante Polonia, en la mejor producción colombiana de los últimos tiempos, formó una sociedad de lujo con James Rodriguez y el planeta comenzó a hablar de él. Frente a Senegal, un rival mucho más duro de lo esperado, sacó la garra y otra vez fue el conductor perfecto. En los octavos de final contra Inglaterra sufrió el cambio de esquema táctico pero luchó a la par de sus compañeros y cerró una actuación consagratoria.

Se habló de un interés concreto de Real Madrid, pero volvió a River para jugar la Copa Libertadores de América, el objetivo de todo el club. De hecho, no faltó en ninguno de los partidos de octavos en adelante, marcó dos goles fundamentales y dio tres asistencias, también claves. En la final contra Boca Juniors en el estadio Santiago Bernabéu, para muchos el partido más grande de la historia del fútbol sudamericano, Quintero fue la gran figura y el artífice del triunfo de su equipo. Ingresó en el segundo tiempo, le dio el fútbol que River no había tenido, marcó un golazo legendario y dio el pase-gol del tercer tanto. Aquellos 62 minutos en Madrid son suficientes para convertirse en una gloria eterna del campeón de América.

En el año, disputó 35 partidos en River (20 por la Superliga, 12 por la Libertadores, 2 por el Mundial de clubes y 1 por la Copa Argentina), de los cuales fue titular solo en 16. Parece demasiado poco para un crack, pero su aporte fue tan valioso desde el inicio como ingresando desde el banco. Con la Selección jugó 10 encuentros y en siete lo hizo como titular. En total, anotó ocho goles. Los números están muy lejos de describir lo que fue su 2018, en el que se convirtió en ídolo de River y de Colombia. Así de simple.

El segundo mejor colombiano del año que se termina fue el otro destacado de la Tricolor en Rusia. Al igual que Juanfer, Yerry Mina llegó al Mundial como una alternativa de lujo pero no más que eso. En el debut contra Japón, el chocoano fue al banco de suplentes, aunque el bajo nivel colectivo e individual de la defensa le abrió las puertas del once titular en el duelo ante Polonia. Allí, en el campo de juego de Kazán, Yerry se elevó a la categoría de héroe nacional. Abrió el marcador y fue líder de la última línea. Lo mismo hizo en los partidos contra Senegal e Inglaterra, en el que convirtió el gol más gritado de las últimas décadas.

Tres goles en tres partidos consecutivos de un Mundial no es algo que los defensores hacen todo el tiempo, lo que afianza una teoría: Mina no es un central común y corriente. Es un zaguero con la misma determinación para ganar un mano a mano contra un delantero que para definir en el área rival. Un futbolista moderno, con una personalidad de acero y, sobre todo, con la mística necesaria para convertirse en un símbolo del seleccionado. Su paso por Barcelona no fue lo esperado y su debut en Everton tardó demasiado, pero tiene la fuerza de voluntad para recuperarse y ser uno de los mejores de Europa.

En el último lugar del podio aparece el hombre que cumplió su sueño. Es cierto que Radamel Falcao García no cierra el año de buena forma, aunque lo hecho en 2018 y, sobre todo, su muy esperada participación en una Copa del Mundo, le dan este sitio de privilegio. A los 32 años, el Tigre marcó su primer gol en un Mundial e hizo emocionar a un país. En la primera parte del año, condujo a Monaco al segundo puesto en la Ligue 1, algo que estuvo muy lejos de hacer esta temporada. Hoy, el equipo monegasco está en zona de descenso y el futuro del goleador samario es una incógnita. Pero nada le quitará la alegría de Rusia.