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Los millones de Chicharito y el hambre de Messi

COLUMNA ‘EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- Javier Hernández cambió los goles por las palabras… O por la palabrería.

El goleador histórico de la Selección Mexicana de futbol dejó de ocupar las portadas de los principales diarios y portales deportivos por sus aciertos en la cancha, para dar paso a las polémicas, a las malas palabras, a la ostentación de sus logros futbolísticos y económicos, y a la justificación.

“Tengo el dinero que toda la gente puede soñar y la fama que mucha gente quisiera”, dijo en una entrevista con Fox Sports la semana pasada, entre muchas otras cosas; sin embargo, esta frase fue la que detonó en un debate colectivo.

Javier Hernández concede entrevistas a sus ‘amigos’ de los medios de comunicación, los que no lo cuestionan, los que le rinden pleitesía, porque más allá de ser un tipo pensante, para él la crítica es sinónimo de ataque. Por ello las charlas a modo con sus aduladores se han convertido en sus favoritas.

Y las palabras del Chicharito tienen eco, porque pese a tener detractores en México, es un ídolo, un referente y en muchos sentidos, un ejemplo a seguir. Por ello hoy extraña que las groserías, la presunción y la escasa presencia de temas deportivos lo envuelvan.

Por un tema personal y en acuerdo con Gerardo Martino decidió no asistir a la Copa Oro que disputará el Tricolor en algunos días, situación que puede ser o no válida, según la percepción de cada persona; sin embargo, es oportuno recordar que no es la primera vez que le dice que “no” a la Selección Nacional.

Hernández rechazó asistir a los Juegos Olímpicos en Londres 2012 porque quería centrarse en el Manchester United y pelear desde el arranque de la temporada por un puesto titular… A la postre su ‘emergente’, Oribe Peralta, fue la figura de aquella Selección histórica que ganó la medalla de oro.

Y Javier también ha condicionado sus llamados, ha exigido privilegios para su pareja en turno en las concentraciones del equipo y ha formado cotos de poder en el Tri… Todas estas situaciones se conocen a la perfección entre los reporteros que por años han cubierto a la Selección Mexicana, y por la gente que de una u otra manera es cercana al equipo.

Y más allá de lo que se pueda interpretar en estas líneas, no existe intención alguna de ‘atacar’ con la crítica a Javier, pero sí es un llamado a la memoria para tratar de identificar en dónde se extravió aquel muchacho educado, el futbolista que respondía con goles a cada cuestionamiento, el que se cansó de demostrar que “con pura suerte” no se imponen récords ni se llega al Manchester United o al Real Madrid.

Y esto no significa que Hernández no tenga toda la libertad de decir, escribir o publicar lo que se le antoje, pero desde hace un buen tiempo se habla de él solo por lo que dice, escribe y publica en sus redes sociales, no por sus actuaciones en la cancha, pues desde el último año en Alemania y en su regreso a la Premier League, su protagonismo ha sido escaso.

La semana pasada Lionel Messi concedió una amplia entrevista a Fox Radio, en la que también, entre muchas otras cosas se refirió a su eterno deseo de obtener un título con su selección.

“Quiero ganar algo con Argentina y no quedarme con la sensación de que no se me dio y dejé pasar la oportunidad”…

Las palabras del que para muchos es el mejor futbolista de la historia, contrastan con las del mexicano, quien, más allá de que crea que se sacan de contexto sus declaraciones, presumió su fama y su dinero.

Messi y Hernández son contemporáneos, y mientras uno ha ganado todos los títulos posibles en su club, es el goleador histórico de su selección y en su país le han ‘pegado’ como a nadie, pero pese a ello sigue aferrado a trascender con la playera de su nación; el otro se estaciona en lo que ha cosechado, total, mucha gente soñaría con tener su fama y dinero.