Por JUAN ZUANICH

PELEADO Ariel Ortega, de Argentina (izquierda), corre junto a Marco Ruiz en un partido que dejó conformes a los sudamericanos (Reuters)

Las cosas que tiene el fútbol, ¿no? Que un partido amistoso contra México, a priori condenado a ingresar en el camino del olvido en menos de lo que canta un gallo, al final nos haya dejado (y fundamentalmente le dejase a Marcelo Bielsa) un par de conclusiones más que ruidosas. Eso sirve. Y mucho.

Porque si bien es sabido que este partido (que se jugó por un arreglo comercial con Reebok, la marca que viste a la Selección) molestó más de lo que agradó, la ausencia de los "europeos" le abrió la puerta a algunos pibes que siempre le andan zumbando a la celeste y blanca pero que se quedan abajo del barco cuando llegan los pesos pesados de Europa.

Para el equipo que dirige el Loco Bielsa, la chance de jugar el Mundial ya es un hecho inmodificable. Y no hace falta imaginar demasiado para suponer que los nombres serán los que hoy están cabalgando en las Eliminatorias. Sin embargo, poder contar como alternativa con chicos aún no fogueados en batallas de fuste es una buena noticia. Cuanta más gente haya, mejor, total para elegir siempre hay tiempo.

AMISTOSO, PERO PARA CELEBRAR
Por eso celebramos los noventa minutos contra México, que como premio vinieron con un triunfo. Porque hubo muchos debuts, varios chicos que pasaron la prueba y que demostraron que si los llaman para otro partido, tal vez más importante, no van a hacer papelones. Y además, porque Marcelo Bielsa se dio el gusto de con muy pocos entrenamientos introducir a jugadores nuevos en su ajedrecístico sistema, lo que significa que la idea va entrando más rápido.

Dejando de lado cuestiones colectivas, los triunfos individuales del 2 a 0 con México surgieron claros: Gabriel Milito se disfrazó de Walter Samuel y a decir verdad le fue mejor que al ex jugador de Boca en varios de los partidos por las Eliminatorias, teniendo en cuenta, claro, que jugar por ir al Mundial es diferente que hacerlo en un amistoso. Pero Milito anduvo como para que lo vuelvan a llamar.

Parecido es el caso de Santiago Solari: el Indiecito, quien "hizo" del Kily González, no sólo se llevó el premio de un gol, sino que se manejó con talento para atacar con criterio y dedicación para presionar en la recuperación. Lucas Castromán, a quien Bielsa sacó una vez de las divisiones inferiores para hacerlo debutar en la Primera de Vélez, es otro de los que cumplió bien con lo que le pidieron. Se hizo pasar por Javier Zanetti o por Claudio Husain y no le fue nada mal.

MALAS QUE SON BUENAS
Y, cosas que tuvo este amistoso, si se sabe mirar sin miopía, hasta lo que no salió bien puede servir para aprender. Por si a alguien le quedaban dudas, Esteban Cambiasso es un jugador de enorme talento, pero se le complica cuando lo obligan a imponerse en la corta. Lo suyo suena mucho más convincente cuando arranca desde más atrás, sea como volante central o como mediocampista por izquierda. Así que Bielsa, que sabe ver en el fondo de la botella, ya no intentará disfrazarlo como enganche o como cinco adelantado, como hizo ante México.

Otro que seguro que se sintió raro entrando por el centro del ataque fue Marcelo Delgado. Lo mejor del Chelo es por las puntas y con espacio, y contra los mexicanos, teniendo que hacer de referente en el área, se sintió bastante incómodo. Es de raya Delgado. Por ahí también anduvieron Diego Placente (con cositas muy suyas en el manejo de la pelota), Diego Crosa (casi no lo exigieron) o Luciano Galletti (jugó poco pero se dio el gusto de hacer un gol), jugadores como para seguir mirando.

LOS DE SIEMPRE... DE REGULAR PARA ARRIBA
¿Y los veteranos? En una buena noche de la Selección, Diego Simeone, que alcanzó el récord de 98 partidos en con la camiseta nacional que era de Oscar Ruggeri, metió como la primera vez; Nelson Vivas y Germán Burgos anduvieron bien, y Ariel Ortega fue el más flojo, al que se lo vio más desganado.
Por lo demás, hubo mucha presión, orden a la hora de defender y volvió a faltar esa porción de fantasía que se le exige a la Selección desde que Bielsa la hace a su manera.

Pero lo que importa, después será el DT rosarino el que decidirá, es que desde la noche de Los Angeles se sumaron algunos más a la banda que piden otra prueba con la celeste y blanca sobre el pecho. No un lugar en el Mundial ni el equipo titular de las Eliminatorias, pero sí otra chance. Ojalá que cuando vengan los bravos de Europa la puedan tener. Se la ganaron...

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