América extiende su buen momento y le pega al campeón en el TSM

MÉXICO (Iván Cañada) -- El escepticismo era normal en el América hace unas semanas. Pocos creían en el proyecto, muchos otros cuestionaban si con Ignacio Ambriz las Águilas ganarían un partido pronto, mientras que otros tantos vaticinaban una caída libre del equipo. Nada de eso ha ocurrido hasta el momento y sí todo lo contrario, con un grupo que entiende que el sacrificio y el esfuerzo lo llevará al triunfo. Eso ocurrió en Torreón, en donde sumó su tercer triunfo consecutivo.

Caixinha se fue expulsado antes del 1-0
Caixinha se fue expulsado antes del 1-0
Mexsport

El América tardó dos semanas en despertar. A partir de ahí, el saldo es de tres victorias en el mismo número de encuentros y nueve goles anotados por ninguno recibido. Las Águilas ya emprendieron su vuelo y nadie los detiene por ahora.

En esta ocasión, la víctima fueron unos Santos enfermos de 'campeonitis' que sumaron su cuarto descalabro en cinco partidos en este certamen. El América lo hizo todo muy fácil, al menos así lo hizo ver. Férreos en defensa, bien plantados en el mediocampo y feroces en el ataque, con un Darío Benedetto desatado frente a las redes rivales.

Si en los primeros partidos el argentino fue de los más criticados ante sus continuas fallas, ya se terminó por destapar. En la Comarca consiguió dos goles más para su cuenta, con los que ganó su equipo y además, escaló en la tabla de goleadores.

Primero, tomó el balón, analizó sus opciones, condujo, levantó la cara y disparó con furia para mandar al balón a la esquina inferior derecha de Agustín Marchesín. El vuelo del portero valió para poco y nada. El destino ya estaba marcado para las redes desde que el esférico salió desprendido del botín del ariete. Santos ya estaba contra las cuerdas y sin Caixinha pegado a su banda técnica, al ser expulsado minutos previos.

Con la ventaja en el marcador, las Águilas lo tuvieron más sencillo. No había presión por adelantarse en el marcador y sí por cuidar el resultado, aprovechar algún contragolpe y sentenciar la batalla. Fue la mejor manera de desesperar al rival y de paso, asegurar el triunfo con el paso del tiempo.

El tanto que finiquitó la batalla, no obstante, llegó hasta el complemento y otra vez con Benedetto como protagonista. El remate fue de Oribe Peralta, el rechace de Marchesín, pero el contra remate de Darío, que casi sin buscarlo, se encontró con la portería sola, vacía, abierta. Lo que le faltó fue empujarla. Fue lo más sencillo.

Las Águilas cumplieron sus labores y vuelan con tranquilidad hacia los primeros lugares de la clasificación, mientras a Santos parece pesarle la corona que todavía trae puesta y que lo hunde en el sótano de la tabla por el momento.