Cruz Azul empieza a vencer a su pasado

(Por Carlos Barrón | ESPN.com.mx) MÉXICO -- Algo está cambiando en el Cruz Azul de Paco Jemez. Su futbol se revaloriza aunque no sea el mejor y no vulgariza lo que pone en la cancha. No es lo máximo de la liga pero tampoco se trastabilla sólo, como antes. Este Cruz Azul va alejándose de la verborrea de Cruzazulear y pone cara de serio. Es cierto, venció a Santos que se quedó con ocho jugadores pero hizo su trámite, justo cuando en el horizonte le vienen empresas mayúsculas como el América en la Copa.

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Le faltaba cadencia a Cruz Azul, su medio campo quieto y su defensa nerviosa le abrieron el portón a los de la Laguna para marcar un gol por arriba obra de Julio Furch. Pésima tarde para Enzo Roco y Adrián Aldrete que parecían llevar a la catástrofe al equipo.

Arriba sin embargo había cintura y músculo. Lo que cocina Jemez en ofensiva es soñador. Édgar Méndez hizo pábilo a Jorge Sánchez todo el primer tiempo. Aunque no hubo gol bastó una tarjeta amarilla que en el segundo tiempo replicaría en una roja. El español de cualquier manera es purificante para un ataque que necesita versatilidad los 90 minutos. Ángel Mena y Felipe Mora cumplen su labor de delanteros peligrosos.

Pero Santos ganaba el partido y además con méritos. Así que Cruz Azul se puso a batallar ante un rival bien plantado, que tenía salida con Osvaldo Martínez y Djaniny Tavares porque el resto del bloque estaba ocupado en defender y opacar. Así es el estilo del Chepo de la Torre guste o no. Crea un equipo granítico dedicado a tapar espacios y dar salidas cansinas pero efectivas.

El problema para los laguneros fue al iniciar el segundo tiempo. La expulsión de Jorge Sánchez le hizo trastocar la pizarra a De la Torre. No salía del marasmo el técnico cuando tuvo que darse de topes por una fuerte lesión de Ventura Alvarado. El defensa salió de la cancha noqueado directo al vestidor, después conmocionado y con máscara de oxígeno cruzando la cancha con dirección a la ambulancia para ir al hospital. Todo se le ensombreció a los visitantes. A la seguidilla de malas noticias llegó el gol del empate de Felipe Mora. Con un expulsado y sin el lateral y el central inicialistas, era cuestión de tiempo que viniera la derrota.

Era en estos casos precisamente cuando Cruz Azul se dedicaba a ensuciarse a sí mismo, a ser un equipo segundón y hasta ridículo, dejando ocasiones imperdibles en el camino y desechando ventajas increíbles. Pero este equipo de Jemez ya no hace lo de antes y gana los juegos con propiedad. Aprovechando el cataclismo lagunero tuvo una pinta más afilada y una ambición acorde al equipo aspirante al título que es.

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Entró Chaco Giménez, que corre más que muchos jóvenes y puso la muestra con una deliciosa definición de aire, una bella estampa que hizo que el estadio como siempre coreara su nombre y se engallara la afición pensando en el América. En ebullición, la Máquina pitó con fuerza y si no entró el tercero fue por obra de la providencia. Santos se despilfarró en el césped. Vinieron las expulsiones de Walter Sandoval y Julio Furch hasta que el reloj se fue extinguiendo y los cruzazulinos aceptando el código del futbol, decidieron no abusar más de su rival.

Con el Chaco como tótem y Jemez respaldado por todo el pueblo azul, la Máquina va dejando atrás las astillas de su pasado. Le vienen de cualquier modo pruebas más difíciles, esas donde de verdad se probará si ha aprendido a respetarse.