El equipo de Américo Gallego tuvo que recurrir al corazón para superar un partido durísimo, el más exigente en lo que va de este torneo Apertura que ya entra en su etapa decisiva.

El local logró la victoria, pero con lo justo, tanto que el desahogo recién se dio cuando el árbitro Héctor Baldassi indicó que todo había terminado.

A Independiente le costó muchísimo vulnerar a Estudiantes y ni el gol fue claro, a los 28 minutos del segundo tiempo, porque cabeceó Diego Castagno Suárez, la pelota pegó en el poste izquierdo y cuando regresaba hacia el campo de juego dio en el cuerpo de Rodolfo Aquino, factor por el que cambió su recorrido y se dirigió hacia la red.

Antes y después de ese gol la jornada fue muy complicada para el líder, que además en este cotejo sufrió la lesión del lateral Juan José Serrizuela y la expulsión del dinámico mediocampista Pablo Guiñazú, aunque en Estudiantes también hubo tarjeta roja para el zaguero uruguayo Leonardo Ramos.

La primera media hora del partido fue de juego trabado, luchado en el medio y con ambos equipos controlándose mutuamente.

Como consecuencia de tantas marcas efectivas, Independiente perdió la contundencia que le había permitido distinguirse en el torneo.

Estudiantes le anuló a Independiente a los hombres clave, Federico Insúa, Daniel Montenegro y Andrés Silvera, y para colmo el equipo se quedó sin un generador de movilidad por la expulsión de Guiñazú (se tuvo que ir con Ramos por agresión mutua, a los 17 minutos de la primera parte).

Sin poder recurrir a sus principales atributos Independiente se convirtió en un conjunto previsible, sin capacidad para sorprender a un Estudiantes concentrado y ordenado.

La formación dispuesta por Oscar Malbernat prácticamente le dejó al adversario como única alternativa probar por los laterales, en especial por el de Serrizuela (fue reemplazado por Leonel Ríos a los 37, también de ese primer período).

En Estudiantes, como era de esperar, Aquino y Roberto Pompei tuvieron el control y la administración del juego y también fueron muy acertados los trabajos de Ariel Zapata en el control de Insúa y el de Pablo Quattrocchi, sobre Silvera.

A partir de la media hora empezaron a aparecer errores en la defensa local y, de no ser por la poca convicción de Ernesto Farías, el visitante hasta se podía haber ido en ventaja.

Las característica no cambiaron en la segunda etapa. Estudiantes ajustó todavía más las marcas en el medio e Independiente se quedó partido en dos.

Silvera y Montenegro quedaron muy solos arriba, mientras que atrás el líder jugó con una línea de cuatro porque Lucas Pusineri ocupó el lugar que dejó Serrizuela.

En ese marco, Estudiantes dispuso de más llegadas, pero el Tecla Farias volvió a jugar por debajo de su nivel.

Antes del gol en contra de Aquino hubo tres aproximaciones de Estudiantes como para convertir, al minuto, a los 3 y a los 5, con activa participación de Pompei, pero las terminaron mal Farías o Pavone.

También antes de la diferencia en el marcador el capitán Gabriel Milito, la figura de la cancha, cortó un pase en su campo, cruzó la frontera, se proyectó y eludió hasta el arquero, pero la definición le quedó para la pierna derecha y llegó Zapata para cubrir a sus compañeros y salvar la situación.

Una vez que se puso arriba, Independiente supo cuidar la ventaja que tanto le costó conseguir, se quedó con los tres puntos y las matemáticas cada vez le sonríen mejor.

SINTESIS DEL PARTIDO

INDEPENDIENTE (1): Leonardo Díaz; Juan José Serrizuela, Hernán Franco, Gabriel Milito, Federico Domínguez; Lucas Pusineri, Diego Castagno Suárez, Pablo Guiñazú; Federico Insúa, Daniel Montenegro; Andrés Silvera. Director técnico: Américo Gallego.
ESTUDIANTES DE LA PLATA (0): Juan Carlos Docabo; Leonardo Ramos; Ariel Zapata, Pablo Quatrocchi, Diego Colotto; Ariel Donnet, Rodolfo Aquino, Juan Krupoviesa; Roberto Pompei; Ernesto Farías y Mariano Pavone. Director técnico: Oscar Malbernat.