El equipo italiano llegó a la capital vizcaína con el propósito de jugar el viernes en Santander ante el Racing y el domingo frente al Athletic en San Mamés, en lo que será la presentación de los bilbaínos ante su afición.

Respondiendo a una pregunta sobre si este año cambiará el signo del fútbol y los resultados de los equipos italianos, en referencia al último mal papel en las competiciones europeas, Capello, elevando un poco la voz, dijo que "hasta que en Europa no se hagan con el mismo rigor que en Italia los controles de dopaje, no se podrá valorar correctamente al fútbol italiano".

El entrenador del equipo romano liquidó con rapidez la cuestión de la crisis de fichajes. "Se ha fichado con mucha cautela y muy poco, pero no en Italia, en toda Europa, porque lo del precio de los jugadores es una locura", dijo.

Capello recordó que, en su paso por el Real Madrid, "se fichó a Suker, Roberto Carlos, Mijatovic, Ilgner, Secretario y otros por un total de 5.500 millones de pesetas, y todos eran grandes jugadores en su momento, todos internacionales, y no han pasado veinte años".

Su actual club ha fichado muy poco y mantiene el bloque de las dos últimas campañas. "Asistiremos a otra lucha Juventus-Roma por el 'scudetto', es decir, a un duelo similar a los del Madrid y Barcelona".

En el caso Ronaldo recordó que el jugador brasileño "dice que el presidente del Inter es como un segundo papá y yo digo que el club se ha portado con él de maravilla".

"Por eso, en todo esto, hay una falta de respeto hacia el Inter, y no creo que sea de Ronaldo, sino de los representantes del jugador". Preguntado si cree que Ronaldo acabará firmando por el Real Madrid, Capello, que tiene tres años de contrato con la AS Roma, dijo escuetamente: "Veremos".

Fabio Capello, que abrió la reunión con los periodistas con elogios a la filosofía del Athletic Club, dijo que su calendario de partidos de pretemporada se cerrará con un partido frente al Inter y otro ante el campeón de la liga japonesa.

Cuando terminó la comparecencia del técnico, los periodistas pudieron comprobar que, curiosamente, la rueda de prensa había terminado a la hora en que debía iniciarse.

La explicación es sencilla: prevista la cita a las 20,30, se inició diez minutos antes porque "estaban todos".