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Bradley: Tiempo de ganar claramente

LAS VEGAS -- Timothy Bradley está de vuelta a la ciudad en donde una vez fue tocado por la suerte. Un tipo de suerte que a muchos boxeadores no les gustaría atravesar.

El peleador que a mediados de 2012 recibió duras críticas por su controversial victoria por decisión dividida sobre Manny Pacquiao, llega a la 'Ciudad del Juego' para defender la corona que le arrebató al filipino en aquella ocasión, y lo hará ante otro peleador que también sabe muy bien lo que es ser víctima de una cuestionable apreciación: el mexicano Juan Manuel Márquez.

Bradley, un joven peleador de baja estatura, fornido, pero de gran estámina, buscará mantener un reinado que para muchos carece de méritos. Y es que sus últimas dos victorias no han dejado otra cosa que lagunas. La que está por venir luce más dura aún.

El alías 'Tormenta del Desierto', que enfrentará el sábado al 'Dinamita' en el Thomas & Mack Center de la Universidad de Las Vegas, viene de sobrevivir a una muy difícil prueba a principios de año ante el ruso Ruslan Provodnikov en California, donde retuvo su título mediante otra cuestionable votación.

En ésta última recibió tanto castigo, que hasta el propio Bradley reveló que estuvo varios días sufriendo de una aguda descoordinación.

El caso de Bradley es uno muy interesante. Su mayor triunfo (ante Pacquiao) convirtió su carrera en toda una pesadilla, todo lo contrario a lo que le sucedió a Márquez.

Desde ser criticado en todas las esquinas, no ser reconocido como un campeón de calibre lo que le produjo un largo tiempo de inactividad, fueron algunas de las cosas que dejó a su paso su agrio triunfo sobre el 'PacMan'.

"Le gané al más grande de todos pero perdí el reconocimiento y perdí el ser una súper estrella. Nada de eso ocurrió", reconoció Bradley.

Incluso la Organización Mundial de Boxeo, en donde Bradley es campeón de las 147 libras, también concluyó que Pacquiao fue el vencedor luego de una exhaustiva revisión en donde seis jueces de ese organismo lo vieron ganar en sus tarjetas.

Provodnikov se encargó el pasado mes de marzo de dejar más dudas de Bradley sobre el tapiz, en medio de una guerra en la que Timothy no tuvo otra opción que poner la rodilla en el asalto final ante un implacable rival que la próxima semana se enfrentará a Mike Alvarado en Denver por el título de las 140 libras que quedará vacante una vez Márquez (actual campeón de ese peso) suba al cuadrilátero.

Las opciones de Bradley se limitan ahora a una sola: la victoria y de forma clara y convincente.
"Mucha gente no sabe cómo le gané a Pacquiao, tampoco como le gané a Provodnikov, pero el 12 de octubre demostraré de que estoy hecho y me levantarán la mano otra vez", aseguró.

Bradley tiene marca de 30-0 y 12 nocáuts. Ha hecho de su velocidad de manos y pies, y buen boxeo su marca registrada, pero ante Márquez, quien precisamente viene de noquear a Pacquiao el pasado diciembre, necesitará mayores herramientas sobre el ring.

Para Márquez, que exhibe récord de 55-6-1 y 40 nocáuts, es la oportunidad perfecta para hacerse de un quinto título mundial en una división distinta. Su gran pegada, contragolpeo y presión sobre sus oponentes, será algo que mantendrá muy ocupado al joven Bradley.

A diferencia de éste, el contundente triunfo de Márquez sobre el ídolo filipino le ha cuadruplicado su popularidad entre muchos fanáticos que pensaban que a sus 39 años ya estaba acabado.

"Estamos buscando una victoria convincente sobre Timothy Bradley. Vengo de la victoria más grande de mi carrera contra Manny Pacquiao. Sé que tengo las habilidades ofensivas para lograr ese quinto título en otra división. El que no arriesga nada, no gana", apuntó.