SANTIAGO (Enviado especial) – Los argentinos que residen hace muchos años en Chile no son los únicos que tienen sentimientos encontrados por estas horas.
Enric Comellas, presidente de la peña de Barcelona en Santiago, es fiel reflejo de lo que ocurre con muchos hinchas culé en la previa de la final de la Copa América
El slogan de La Penya Barcelonista de Chile es “Más que un club, un grupo de amigos”. Luego de una reunión de catalanes en Santiago, fue fundada en la temporada 2006/07 y cuenta con 200 socios activos. “Hacemos país, difundimos nuestra cultura y disfrutamos del buen fútbol”, resume Comellas.
El grupo llevó a cabo el trámite oficial para ser reconocida por el club. La peña 1765 tiene un sentido familiar. El más socio joven tiene apenas 6 meses y el más viejo, 90. Se paga una cuota que entrega beneficios y la base de datos tiene unos 500 correos electrónicos. El club recibe el listado con todos los datos y el modelo puede servir para identificar a los simpatizantes ante posibles hechos de violencia. Sin ir más lejos, en Atlético de Madrid una peña entregó a un socio que lanzó un botellazo en un partido.
“Acá no importa el origen, el credo ni la religión. Lo único que cuenta es que seas seguidor o fanático del FC Barcelona y que tengas ganas de pasar un buen rato con el gran fútbol al que nos tienen acostumbrados”, comenta Enric.
La sede de la peña está en el restaurant “De la ostia” y el local está decorado con camisetas firmadas por los jugadorees, artículos y regalos de otras peñas de América Latina.
En charla con ESPN.com, Enric Comellas habló de su sentimiento barcelonista y contó cómo vive la definición de la Copa América.
- ¿Qué significa Lionel Messi para ustedes?
- No me gusta hablar por los demás, pero en este caso coincidimos todos. No hay palabras. Es lo más grande que uno puede ver. Es increíble, un jugador muy difícil de catalogar. Es una falta de respeto compararlo con Ronaldo. Están a años luz. Messi es completo, decide los partidos, da asistencias, hace jugadas maravillosas. Es tan importante para Barcelona como Barcelona lo es para Lionel.
En Argentina se preguntan por qué Messi no juega al mismo nivel que lo hace en Barcelona. Creo que está criado y amoldado a un estilo, juega de memoria desde niño. Eso le falta un poquito en Argentina. Al menos con el Tata se vio un Messi más participativo que mete miedo.
Nos da un poco de pena que sean tan duros con él en su país. Él es siempre el mismo en todos lados, con cualquier camiseta. Quiere una pelota, jugar partidos, ganar títulos y pasarla bien.
El presidente de la peña nunca pudo ver personalmente a La Pulga. Los que sí tuvieron acercamiento fueron sus hijos, en una gira de Leo por Chile. “Para mí sería muy grato saludarlo y estrecharla la mano por todas las satiafacciones que nos ha dado”, admite.
- ¿Qué recuerdo guardan de Gerardo Martino?
- El seguidor de Barcelona es bastante exitista. El Tata tuvo un trabajo muy difícil. Todos estábamos pendientes de a quién iban a traer. Había una línea ya trazada y en general el que llega quiere hacer cambios para hacerse notar. Pero vimos que el Tata mostró una imagen muy humilde y no quiso tocar nada. Era un equipo ya formado, que funcionaba alrededor de Messi.
Lamentablemente le tocó un momento muy complicado, con problemas dirigeciales y con la salud de Tito Vilanova. El que hace el papel de transición, tanto en política como en fútbol, tiene un papel muy desagradable y la historia se olvida rápido de él. Creo que es un gran hombre, un gran entrenador y tuvo los cojones de decir: "Estos pibes ya inventaron la rueda, para qué me voy a meter".
- De un lado está Chile con Bravo. Del otro, Argentina con Messi y Mascherano. ¿Quién quiere que gane?
- Uhhh. Difícil pregunta. Una cosa es lo que uno desea y otra es lo que uno cree que va a pasar. Por un lado está el país que tan bien nos ha acogido y al cual queremos mucho. Por el otro está Messi y su figura es muy fuerte para mí. Me gustaría mucho que ganara un título grande en la Selección. Para que de una vez por todas lo dejen tranquilo.
La verdad es que tenemos el corazón dividido. Esperemos que se vea un gran partido, que el árbitro pase desapercibido y que gane el mejor. Los dos me van a hacer feliz.