BUENOS AIRES -- Y un día regresó al club que lo vio nacer. Luego de estar casi siete años en el rugby europeo, el Puma de Bronce en 2007 decidió pegar la vuelta y frente al CASI se puso de nuevo la camiseta de Pucará. Su equipo jugó un partidazo, ganó 40 a 34 y pelea con los de arriba en el Top 14.
"Mire mire qué locura, mire mire qué emoción, es el gran Luquitas Borges que volvió a Burzaco para ser campeón". Así recibió la gente de Pucará a su equipo cuando saltó al campo de juego. Esta vez, no se cantó por el club. No, todos los aplausos y las alusiones eran para una sola persona: Lucas Borges, un hijo pródigo que regresaba después de mucho tiempo. "El cariño de la gente es impresionante, es hermoso", dijo el wing cuando terminó el partido.
- ¿Qué sentiste cuando entraste a la cancha?
- Una emoción enorme, es un día que no me voy a olvidar nunca. El cariño de todo un club es lo que más desea y me lo brindaron. Estoy feliz.
- ¿Cómo encontraste el rugby de la URBA?
- Siempre digo que el rugby de Buenos Aires tiene muy buena preparación, también es verdad que hay cada vez jugadores más jóvenes y son los que más tiempo se entrenan. Hay mucha competencia y está bueno para el desarrollo.
- Faltaban cinco minutos y lo ganaban por 20 puntos de diferencia, ¿qué pasó que lo ganaron con lo justo?
- Nos confiamos, la verdad es que es algo que tenemos que hablar. A veces hay que parar un poco la pelota.
- Pucará tiene unos tres cuartos infalibles a la hora del try, ¿sentís que son el punto más alto del equipo?
- Tenemos muy buenos backs. Está la confianza para jugar de cualquier lado y eso hace que nos soltemos y se vea una jornada como con el CASI. De todas maneras, es un equipo y todos aportan.
- El equipo está muy sólido, ¿se puede soñar con un campeonato?
- Sabemos que tenemos un buen equipo pero no debemos confiarnos. La semana pasada el SIC demostró dónde estábamos parados, que por cierto, a mí parecer, es el mejor. Tenemos que ir de a poco, jamás clasificamos a los playoffs ni estuvimos cerca de campeonar. Hay que estar tranquilos y después se verá.
No para de firmar autógrafos, los más chiquitos se le cuelgan y le piden por una foto, los más grandes con más respeto también posan ante el flash. Todos quieren demostrarle el cariño a este gigante del rugby nacional. Borges está de regreso en su casa y todo Pucará, agradecido.