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Una copa de emoción

ROMA -- Fueron dos partidos realmente emocionantes los que se jugaron en el turno de ida de las semifinales de la Coppa Italia. Al final de los dos enfrentamientos, todo está aún abierto, puesto que el mentiroso resultado de 1 a 1 entre Juventus y Lazio y el triunfo casero de Roma contra Inter por 2 a 1 nos dejan con cada tipo de posibilidad.

Como es evidente, los dos capitalinos suman alguna ventaja objetiva, pero como veremos en el análisis de cada encuentro todo puede aún pasar y sobre todo la Vieja Señora suma excelentes chances de pasar el turno.

Ya la próxima semana tendremos un veredicto, porque el regreso entre bianconeri y albicelestes se disputará el 29 de enero y así en una semana tendremos un finalista. La locura italiana, en cambio, prevé que se esperen la absurdidad de 84 días para ver el otro match, el de San Siro entre milaneses y la Loba y de esta manera no conoceremos el segundo finalista hasta el 17 de abril.

PREMIO AL AMARRETE
Lazio, otra vez más, considerando que ya había ocurrido en campeonato algunos meses atrás, viajó a Turín para defenderse. No lo hizo con temor, como los equipos chicos, sino que consciente de poderse llevar un resultado útil a casa; pero la diferencia de "mentalidad" no fue significativa en la cancha.

En efecto, desde el punto de vista del juego Juventus fue mucho más y merecía ganar con amplia ventaja: Marchetti, el portero visitante, fue la figura de la cancha y de no ser por él el Águila hubiese perdido por dos o tres goles.

Fue una desilusión lo de los albicelestes y el hecho de que la Vieja Señora pueda "maltratar" de esa manera al actual escolta de la Serie A, habla claro del poder del conjunto de Conte y de su supremacía en este torneo.

Sin embargo, con mucha suerte y aprovechando de una distracción defensiva de la Juve, que nunca imaginaba que un partido tan dominado se le pudiera complicar de esa manera, Lazio logró llevarse a casa un resultado muy bueno, que lo deja objetivamente en ventaja para pasar el turno.

Ojo, no fue uno de esos partidos en los que la diferencia la marcó sólo y exclusivamente el fato. Sin dudas, el local tuvo sus responsabilidades, especialmente porque no jugó como puede en el primer tiempo, regalando así 45 minutos de cierta tranquilidad a su rival que, en realidad, hasta tuvo la chance más clara para pasar en ventaja en esa etapa, cuando Marrone desvió mal un centro desde la izquierda capitalina y Barzagli tuvo que salvar justo sobre la línea, anticipándolo a Mauri.

Además, si es cierto que en el complemento los bianconeri levantaron el ritmo, aplastaron a sus rivales y empezaron a crear muchas ocasiones, lo es también el hecho que, de una manera o de otra, los muchachos de Conte no lograron encontrar la manera para concretizar su mole de juego. Mérito de la suerte y de Marchetti, como dicho, pero en más de una ocasión también demérito juventino.

Habla por sí solo el hecho de que Juventus, al final, haya logrado anotar únicamente en jugada de pelota parada, por encima con un jugada viciada por una evidente falta de Peluso, quien llegó a poner la cadera a la altura de las espaldas de Lulic (quien a su vez también estaba saltando) por cuanto se apoyó sobre las espaldas de su rival, casi subiéndole a upa.

De todas maneras, los méritos de Juventus superaron de carrera los de Lazio, así como los deméritos albicelestes fueron mayores de los que tuvieron los bianconeri. Por eso dijimos y ratificamos que el resultado fue mentiroso.

En esa perspectiva, el Águila tendrá la ventaja de jugar el regreso de local y con un resultado útil por defender, puesto que con un 0 a 0 pasaría el turno, obligando así a su rival a atacar y a descubrirse. Pero la superioridad de la Vieja Señora fue tanta que el partido del Olímpico está totalmente abierto y nosotros vemos aún como favorito al cuadro de Conte, para pasar el turno y meterse en la final.

REPLAY
Raramente el fútbol ofrece la posibilidad de tener la respuesta a la pregunta del "que hubiese pasado si...". A menudo nos preguntamos, durante o tras un partido, que hubiese ocurrido si ese delantero no hubiese fallado ese gol, si ese referí hubiese dado un penal y muchas otras cosas. Preguntas destinadas a no tener respuesta.

Sin embargo, el desafío del Olímpico entre Roma e Inter fue prácticamente la repetición del enfrentamiento de pocos días antes (exactamente del domingo 20 de enero) en campeonato, match dominado por los giallorossi pero acabado 1 a 1, culpa especialmente de los yerros de los locales a la hora de mandarla a guardar.

Esta vez, en cambio, en un partido casi idéntico al anterior, la Loba fue más efectiva y en media hora conducía por 2 a 0 el juego, haciendo lo que no había logrado hacer pocos días antes, es decir transformar en gol la gran mole de juego y de ocasiones producidas.
Exactamente como ocurrió en el otro desafío, también en esta ocasión Inter reaccionó cerca del final de la primera etapa y, aprovechando un pequeño regalo de la defensa local, metió con Palacio (otra vez el "Jedi") el gol del descuento.

El complemento fue muy parejo, con ambos equipos evidentemente cansados. Inter, siempre con su hombre de mayor talento y peligrosidad, Palacio, tuvo una chance clamorosa para empatar, cuando Piris le regaló al cansado argentino un balón de oro en el medio del área, pero el portero Stekelenburg tapó con atención el remate no tan peligroso.
Por el resto, fue la Loba quien hizo el gasto y el resultado fue merecido, tal y como hubiese sido merecido un triunfo en campeonato. En suma, tuvimos la oportunidad de ver que hubiese ocurrido si Roma hubiese sido cuanto menos un poco más efectiva, porque esta vez lo fue y ganó.

De todas maneras, el enésimo yerro defensivo pone en discusión el pase del turno, porque si es cierto que los giallorossi contarán con un resultado que lo obliga a Inter a salir al ataque en San Siro, para encontrar así mayores espacios, lo es también el hecho de que los nerazzurri, de una manero o de otra, lograron siempre poner en discusión el triunfo de Roma y así, de locales, parecen tener chances para poder ganar y pasar el turno.

Claramente el equipo de Zeman es el favorito para llegar a la final (en tres partidos contra los capitalinos los muchachos de Stramaccioni cosecharon dos derrotas, una en Milán, y un empate inmerecido), pero como decíamos el regreso no se jugará hasta dentro de tres meses: un tiempo que puede cambiarlo todo, tanto la condición de los jugadores cuanto la disponibilidad se éstos (Inter jugó sin Cassano ni Milito ni Samuel).

A tal propósito la Loba deberá hinchar nerazzurro en Europa League: por espíritu nacionalista, como deber, pero sobre todo porque en caso de llegar a la semifinal en Europa, los milaneses se encontrarían con que deben jugar tal partido en el medio de una serie muy larga de encuentros a cada tres días y, probablemente, llegará el momento de hacer una elección.

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