DAEJEON -- Y finalmente, gracias a este viaje temporal, nos encontramos en la misteriosa, desconocida y siempre fascinante tierra asiática. Corren los días de junio de 2002, la República Argentina vive una profunda crisis, la más grande de su historia y envía al Mundial de Japón-Corea a uno de sus mejores seleccionados llenos de figuras internacionales.
Llegamos a un bar de Corea, nos sentamos en una mesita. Dentro de un par de horas jugarán Italia y Corea del Sur, por una pasaje a las semifinales de la Copa del Mundo. Nos sorprende escuchar la voz de un ecuatoriano que no para de beber y de morderse las uñas de los dedos. Se acerca al darse cuenta que somos latinoamericanos y mas precisamente argentinos. Nos saluda con un che amigable, característicos de la simpatía y la amabilidad de los ecuatorianos que son personas extraordinarias, educadas y muy afectivas.
Le invitamos a tomar unas cervezas a nuestro ocasional amigo latinoamericano. Cuando nos dice su nombre nos impresionamos. ¡Es Byron Aldemar Moreno Ruales, el árbitro mas famoso y polémico del mundo..!
Debe ser muy difícil, complicadísimo, ver todo una vez y cobrar sin error. Estar concentrado a cada segundo y tener ojos en las espaldas. Byron nos cuenta que uno de los grandes desafíos de los árbitros es esquivar los cuerpos de los jugadores que se le ponen delante para que no vea claramente las jugadas que suceden en fracción de segundos.
¡Es verdad! De todas formas, venimos del futuro y sabemos la pésima actuación que tendrá Byron en el partido entre italianos y coreanos del sur. Expulsará a Totti y anulará un par de goles a favor de Italia. El joven árbitro ecuatoriano no lo sabe, pero tal vez lo intuye. Por eso está solo, reflexivo y final. Por eso se come las uñas de los dedos. ¿Qué pensará un árbitro en estos momentos decisivos de soledad absoluta? ¿Quién comprende y protege a los árbitros' ¿Quién les quita el estigma social ante una mala actuación? ¡Nadie! Byron Moreno, un hombre difícil, un árbitro polémico, está solo y bebe con nosotros.
-¿Cómo pensás reaccionar si tu actuación no es afortunada en este partido y uno de los dos equipos queda afuera por tus decisiones?
-Uno tiene que pitar con amor, con buenas intenciones. Por supuesto que está el error. Pero jamás un equipo de fútbol queda afuera porque un árbitro le cobre un penal o le anule un gol. Yo no creo en eso -nos responde Byron.
-Ey, ¿pero no te queda remordimiento si cobrás un penal que no fue?
-No. Es parte del juego, el árbitro no es un Dios. Además todo equipo tiene que ser capaz de superar toda contingencia si quiere ser el mejor. Un equipo que protesta una falta en contra tiene razón. Pero no alcanza, debe ser capaz de dar vuelta la historia, como en la vida misma, no nos quedamos llorando cuando nos va mal.
Esa noche veremos uno de los escándalos mas grandes de la historia de los mundiales. Corea del Sur, uno de los anfitriones llegará a las semifinales, gracias a las decisiciones polémicas de Byron Moreno. Aunque es cierto que también veremos con asombro como Brasil elimina a Turquía con decisiones enloquecidas del árbitro.
Pero nosotros no hemos viajado miles de kilómetros en el tiempo para ser jueces de nada. Simplemente queremos compartir con los protagonistas, recordar cosas olvidadas y darle gracias al fútbol por todo su eterno aprendizaje. Estas crónicas temporales tratan de ser un homenaje al deporte y a sus protagonistas.
Byron Moreno nos cae cien puntos. Tomamos varias botellas de cerveza, fumamos unos ricos cigarros y pensamos en el partido de esta noche. Byron nos dice cosas interesantes, más allá de que todos sepamos que tendrá la peor noche de la historia de los mundiales.
-Los italianos jugarán confiados. Interiormente creen que son superiores a los coreanos y eso será un error que se notará en el partido.
-¿Un error más importante que todos tus errores, Byron?
-¿De qué errores hablan? El partido todavía no se jugó. ¿Cómo saben que cometeré errores?
-No sabemos nada, Byron, simplemente cuidate, concentrate al máximo y te deseamos lo mejor. No nos pareces un mal hombre.
La furia italiana todavía dura hasta hoy, exagerada y grandilocuente como toda Italia. Los coreanos, por su parte, ya se olvidaron, vivieron un gran momento, pero jamás piensan darle las gracias al árbitro. Está claro que lo ganaron por sus propios medios y sus geniales virtudes.
Los italianos no piensan lo mismo, objetan un complot para eliminar a Italia. Pero es cierto lo que nos dijo Byron, ningún árbitro echa de un mundial a un gran equipo. Eso es imposible.
(continuará...)