BERNA -- En medio de la Copa del Mundo, la FIFA dio a conocer dos noticias muy importantes para el futuro del fútbol internacional: Jules Rimet dejó de ser el máximo dirigente de la Federación y el próximo campeonato mundial se disputará en Suecia.
El belga Rodolphe Seeldrayers se convirtió en el nuevo presidente de la entidad en reemplazo de uno de los hombres más importantes de la historia de este deporte. Rimet fue el principal impulsor de la creación de un torneo mundial entre selecciones y hoy se despide del máximo cargo futbolístico tras 33 años de éxitos.
La otra decisión tomada por la FIFA fue la de la sede de la próxima Copa, que se celebrará en territorio sueco. Para la concesión del certamen, Jules Rimet ha dicho que se tiene en cuenta su capacidad organizadora más que su capacidad futbolística. Este hecho provocó críticas en el resto de Europa.
Por ejemplo, el periódico La Vanguardia publicó: "Creemos que es un error. Con los precedentes anteriores, cualquier federación está capacitada para organizar un Campeonato mundial. En cambio no todos los países tienen la misma capacidad futbolística. Esta capacidad debe ser primordial. Y la capacidad futbolística no se limita a tener un buen equipo, un buen fútbol, sino un gran incremento del fútbol.
España, por ejemplo, si no fuera por las pegas que pondrían algunos países, es el país ideal para organizar un Campeonato mundial de fútbol, porque cuenta con los terrenos más apropiados y con número de aficionados superior al de muchos países".