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Ronaldo, figura y goleador

Ronaldo marcó ocho goles y fue la gran figura del campeón Getty Images

TOKIO -- Cuando el 12 de abril de 2000 Ronaldo se rompió el tendón rotuliano en un partido frente a Lecce su única preocupación era saber si algún día volvería a jugar al fútbol profesional. Ese mismo día regresaba después de 144 días de inactividad por una lesión mucho menos grave que ésta y muchos dudaron de su recuperación. Desde aquella fatídica final de la Copa del Mundo 1998 todas fueron pálidas para el delantero brasileño, por eso esta actuación extraordinaria en Japón y Corea no es sólo un premio a un luchador incansable sino también una lección de vida para todos los que han sufrido adversidades.

Su historia con los Mundiales tiene múltiples aristas. Se coronó campeón en 1994 sin jugar ni un minuto, fue figura en Francia 98 pero estuvo al borde de la muerte a horas de la final y fue una sombra en aquel encuentro contra los locales. Llegó al primer Mundial asiático en silencio, como todo Brasil. Quizás por primera vez en la historia, una Selección brasileña no llegó como candidata, pero eso al final fue positivo para el Scratch.

En el debut, el conjunto dirigido por Luiz Felipe Scolari sufrió demasiado para vencer a Turquía. Comenzó a abajo en el marcador y lo empató con el primer gol de Ronaldo en la Copa, el quinto de su carrera mundialista. Luego, Rivaldo marcó el 2-1 final. Tras esta victoria, las críticas no cesaron e incluso crecieron, porque el árbitro coreano Young-Joo Kim se equivocó demasiado a favor de los sudamericanos.

Luego, Brasil mejoró su nivel y goleó 4-0 al débil combinado de China. El delantero de Inter convirtió el cuarto gol en el inicio del segundo tiempo. En el tercer partido de la fase inicial, Ronaldo tuvo un arranque feroz y anotó dos goles en los primeros 14 minutos. La Canarinha venció 5-2 a Costa Rica y avanzó sin problemas a los octavos de final. Brasil ya había vuelto a la normalidad.

"Mi objetivo es ser campeón. Puedo dejar el título de máximo goleador para otros si a cambio conquistamos el Mundial", afirmó Ronaldo en medio del torneo. Ya sumaba 4 gritos y estaba a sólo dos de los seis que sumaron los máximos artilleros de las últimas seis Copas del Mundo. Contra Bélgica en octavos sumó su quinto festejo, el segundo del triunfo 2-0 en Kobe.

El duelo de cuartos de final contra Inglaterra fue el primer examen exigente para el equipo brasileño. Ese día, el crack nacido en Rio de Janeiro no marcó, pero sí fue clave en el sistema ofensivo. Sus compañeros de ataque, Rivaldo y Ronaldinho, le dieron la clasificación a semifinales al Scratch. Pocos le tenían fe al tetracampeón, pero con el correr de los partidos, se reecontró con su fútbol y a esa altura ya era el principal favorito.

Contra Turquía, Ronaldo estrenó un extraño corte de pelo que casi de manera automática se convirtió en el más utilizado del mundo. El atacante de Inter se rapó por completo con excepción de la parte frontal, donde se dejó una especie de arco. "Simplemente tenía ganas de cambiar un poco. Yo mismo me lo hice", afirmó. Al parecer, le trajo suerte, porque anotó el único tanto del partido y condujo a Brasil a la gran final del Mundial.

Ya había llegado a los seis goles y tenía la gran oportunidad de romper esa especie de maleficio. Claro está que eso era sólo un premio accesorio, porque el principal objetivo era levantar la Copa que se le había negado cuatro años antes. En esta ocasión, llegó a la final en plenitud física y anímica. Así, Ronaldo es imparable. Marcó dos goles, derribó la muralla alemana con una facilidad impresionante y se consagró como el mejor futbolista del planeta sin discusiones.

Tras el título, declaró en una entrevista con el diario La Nación: "Se lo dedico a mi familia y a esa persona que desde hace dos años me ayuda con la recuperación. Sólo él sabe cuánto sufrí en estos últimos tiempos". Ese hombre es Nilton Petrone, el fisioterapeuta que contrató hace un par de temporadas y que lo acompaña allí adonde él va.

Además, expresó su alegría con palabras, pero en realidad era más fácil verla en su rostro: "Mi emoción y mi felicidad son tan grandes que todavía no consigo darle una dimensión a todo lo que me está pasando, pero estoy inmensamente feliz... mi felicidad es inmensa. Estoy muy emocionado. Hemos hecho un gran partido y seguramente cuando me caiga la ficha voy a poder entender mejor todo lo que me está sucediendo".

Continuó: "Ni en mi más maravilloso sueño había imaginado esta final. Realmente, éste ha sido un sueño increíble que se hizo realidad y que ahora quiero festejar... Tengo mucho que festejar, tengo mucho que agradecerle a Dios y a las personas que me han acompañado. A mi familia. Y a la persona más importante que me ha sostenido, mi fisioterapeuta Nilton Petrone, que me acompañó siempre, no me abandonó en ningún momento de mi recuperación. El no está aquí, pero seguramente debe estar festejando en Brasil y yo estoy pensando en él".