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Zidane pide perdón pero no se arrepiente del cabezazo a Materazzi

PARÍS -- El futbolista francés Zinedine Zidane dijo que lamenta la agresión al italiano Marco Materazzi que le supuso la expulsión, pero añadió que no se arrepiente del gesto, que fue una reacción a "palabras muy duras" contra su hermana y su madre.

En declaraciones a la cadena francesa Canal+ Zidane evitó explicar de modo concreto qué le había dicho Materazzi para hacerle reaccionar de ese modo, aunque apuntó que se trataba de un insulto con "palabras muy duras".

Las palabras del defensa italiano iban dirigidas contra la hermana y la madre de Zidane, quien afirmó que eran comentarios "muy personales" y añadió que "es necesario sancionar al culpable", en alusión a Materazzi.

El ya retirado futbolista dijo que siempre hay fricciones en el juego y que una final del Campeonato del Mundo genera mucha tensión, pero subrayó que nunca antes había tenido contencioso alguno con los italianos presentes en el campo (Zidane jugó en el Juventus de Turín entre 1996 y 2001).

Al recordar el lance con Materazzi Zidane señaló que "él me tiraba de la camiseta y yo le dije que parara y que si la quería que esperara al final del partido".

"Entonces él me dijo palabras muy duras que repitió varias veces, palabras que me afectaron mucho sobre mi hermana y mi madre", afirmó el deportista francés, quien añadió que prefería recibir un puñetazo en la cara que escuchar ciertos insultos.

Zidane pidió perdón por el gesto y dijo que lo lamentaba especialmente por los niños, "que tienen que evitar ese tipo de cosas", pero dejó claro que no hay arrepentimiento.

"No me arrepiento. Si lo hiciera él (Materazzi) tendría razón para decir lo que dijo, y no es así", manifestó.

Aceptó que su agresión debe ser castigada, pero matizó que previamente hubo una provocación por lo que atribuyó al defensa italiano el papel de culpable en este lance.

"Ya basta con sancionar siempre la reacción", señaló Zidane, quien preguntó públicamente si alguien puede pensar realmente que a diez minutos del final de su carrera podía desear cometer un gesto violento.

En la entrevista, sus primeras declaraciones desde la final del domingo, que Francia perdió ante Italia en la tanda de penaltis, "Zizou" hizo un repaso al torneo y estuvo de acuerdo en que el partido de octavos de final contra España (3-1) fue un cambio de tendencia y un impulso.

Recordó que algunos comentarios de la prensa española antes de ese partido no le gustaron, "sobre todo por el efecto que tienen en los que me rodean, pero hay que aceptar las críticas, si son en un marco deportivo".

Zidane, que ha sido elegido mejor jugador del Mundial, aseguró que en la final contra Italia jugó muy concentrado y quería "aprovechar todos los momentos", ya que se trataba de su último partido como profesional.

Reveló que tiró el penal "a lo Panenka" no por sentido del espectáculo, sino porque tuvo miedo de que si lo lanzaba como hace habitualmente Buffon lo parara.

EL HECHO EN CUESTIÓN
A los 110 minutos de la final frente a Italia, el árbitro argentino Horacio Elizondo aceleró el final de la carrera futbolística de Zinedine Zidane al expulsarlo por una falta descalificadora contra Marco Materazzi.

"Zizou" discutía con el defensor tras uno de los tantos roces que caracterizaron el encuentro disputado el estadio Olímpico de Berlín y, cuando parecía que estaba dispuesto a retomar su posición en el campo, dio un cabezazo en el pecho al futbolista italiano.

Elizondo, atento al partido en otro sector del campo, lo cual no le permitió ver la falta, consultó con uno de sus asistentes y mostró la tarjeta roja al futbolista que hasta hace dos meses jugaba en el Real Madrid, quien ensayó una tímida protesta y se retiró del campo de juego.

Zidane había determinado que el del domingo fuera el último partido de su brillante carrera profesional, pero no logró completarlo. Minutos más tarde, Francia lo perdió en la definición por penales (5-3) tras un empate a uno, en el que Zidane había anotado, desde los once metros, el tanto francés a los 6 minutos.

La acción produjo estupor en el estadio y una estruendosa silbatina que duró varios minutos.

Horacio Elizondo, de correcto arbitraje, había expulsado también a Wayne Rooney en el encuentro de los cuartos de final en el que Portugal venció a Inglaterra en los penales tras igualar a cero en los cuartos de final.

En esa ocasión el futbolista inglés dio un pisotón en los testículos al luso Carvalho.

Elizondo es el primer árbitro argentino que dirige la final de un Mundial y el primero en la historia en arbitrar también el choque inaugural.