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Burke y el Jazz en pleno crecimiento

Quizás fue un espejismo o la confirmación de aquel adagio que dice que en la NBA cualquiera le puede ganar a cualquiera en la noche correcta.

Sin embargo, el triunfo de Utah Jazz ante Miami Heat nunca debería haber sucedido.

Los dirigidos por Tyrone Corbin habían sido derrotados en Dallas ante los Mavericks 24 horas antes, y de repente se enfrentaban en casa al actual bicampeón con todas sus estrellas en cancha.

El 94-89 a favor tomó por sorpresa a todos, pero al mismo tiempo fue un indicio del potencial de los blanquiazules.

"Nos da mucha confianza saber que podemos jugar contra los mejores y ganarle a los mejores", dijo Trey Burke. "Jugamos como unidad y así es cuando mejor estamos, moviendo la bola y creando oportunidades. Eso además enaltece nuestra defensa".

El entrenador lo describió como una enseñanza.
"Ayuda y es una gran lección para los muchachos, que hicieron un montón de cosas buenas ante un gran equipo", dijo Corbin. "Nos aseguramos de regresar en transición en defensa, las rotaciones, la comunicación y la manera de ejecutar la ofensiva. Esa es la forma de ganarle a un equipo de ese calibre".

Tanto el estratega, como su armador titular, coincidieron en la importancia del movimiento del balón en la ofensiva.

"Estábamos emocionados por la victoria y porque movimos bien la bola", dijo Burke. "Saliendo de los pick and roll, los jugadores que estaban desmarcados pudieron hacer jugadas".

Precisamente ha sido Burke la razón por la que el Jazz recuperó el mote de promesa, uno que habían empezado a perder luego de arrancar la temporada con 11 derrotas en sus primeros 12 encuentros.

El base, producto de la Universidad de Michigan, se fracturó el dedo índice de su mano derecha en un partido amistoso ante Los Angeles Clippers y no hizo su presentación oficial hasta el 20 de noviembre.

El Jazz, sin un conductor natural, lo sufrió, pero desde entonces el equipo ha acumulado una marca de 16-22, un porcentaje de victorias que los tendría en la carrera por un lugar en playoffs si estuvieran en la Conferencia Este.

Su presencia ha sido clave.
"Es importantísimo, tan importante como que estemos saludables", dijo Corbin. "Cuando él está en la alineación somos un mejor equipo porque inicia la ofensiva, crea el ritmo que queremos y puede encestar tiros al final del reloj. Es un verdadero armador, que está creciendo en su rol y necesitamos que continúe creciendo".

Burke agregó que los resultados dicen mucho sobre la importancia de tener alguien idóneo en la que es quizás la posición más importante de la cancha.

"Creo que dice que hay alguien dirigiendo la ofensiva, acomodando a los muchachos en defensa y generando jugadas", dijo. "Ese es nuestro trabajo".

Es por eso que Corbin dijo que el próximo paso en su desarrollo es mantener el nivel demostrado noche tras noche.

"Consistencia cada noche, como con todos nuestros muchachos", dijo. "Se trata de cómo se preparan ante cada oponente, entender cómo jugar cuando estás cansado y cuando no estás jugando bien".

El estado físico ha sido una de las mayores complicaciones para Burke, que hasta el momento promedia 12.7 puntos y 5.5 asistencias.

"Ha sido bastante difícil porque hasta este punto ya jugué la misma cantidad de partidos que en toda la temporada pasada en la universidad", aseguró el base. "Tengo que hacer lo necesario para ayudar a que mi cuerpo se recupere".

Corbin hizo hincapié en lo difícil que es la adaptación entre el baloncesto colegial y la NBA, bromeando que en estos momentos a Burke le duelen partes del cuerpo en las que ni sabía que tenía músculos.

"Es imposible de medir", dijo. "Hay tantas partes de eso que es difícil de hablar del tema. Mentalmente estás fatigado, físicamente estás fatigado y los juegos siguen llegando y tienes que competir. Además, en la posición que juega él tiene que andar bien para que tengamos chances".

El entrenador agregó que la otra faceta en la que su líder en la cancha tiene que mejorar es en afrontar de la misma forma los duelos ante todos los armadores rivales, sean estrellas o no.

"Una de las cosas de las que hablamos con él y otros jóvenes es que conocen a los jugadores de renombre y es fácil prepararse para ellos porque los conocen y los han visto mucho", dijo. "El tema es que también hay otros jugadores que no tienen tanto reconocimiento pero que realmente saben jugar y que te pueden lastimar".

Por el momento el crecimiento de Burke, así como el de Derrick Favors y Gordon Hayward, tiene a todos en Utah ilusionados con que victorias como ante Miami dejen de ser pronto la excepción y se conviertan en la regla.