<
>

Centenariazo anticipado

Tamudo y Kameni apuestan por la victoria EFE

MADRID (ESPNdeportes.com) -- El Santiago Bernabéu vivirá el próximo doce de abril una final inédita de la Copa del Rey entre dos de los equipos con más tradición de este torneo. Si el Zaragoza consiguió hace unas semanas su pase a la final después de eliminar al Real Madrid, este miércoles el Espanyol hizo lo propio ante un Deportivo, que cumplía 100 años, tras empatar a cero en Riazor, haciendo bueno el 2-1 que llevaba de la ida en su casa.

De este modo el estadio madridista vivirá una final entre dos equipos que han saboreado últimamente las mieles de la victoria en esa competición, sobre todo el Zaragoza. Los maños son los dominadores de la última década en este torneo. Sus últimos logros fueron en 2001 y 2004 e intentarán sumar el tercero ante un Espanyol, que ganó en el año 2.000 y querrá igualarle a dos en cuanto a número de Copas se refiere en el siglo XXI.

EL ESPANYOL LE DEBE MUCHA A LA COPA
Con su presencia en la final, el Espanyol sigue fiel a su tradición de equipo copero. Y es que sus páginas de oro en el fútbol han llegado gracias a los cuatro títulos obtenidos en la Copa del Rey. El último de ellos fue hace seis años, y de aquel equipo permanecen aún tres supervivientes: Tamudo, Pochettino y Posse.

Con el paso del tiempo la situación de los argentinos ha seguido vidas distintas. Pochettino, a sus 34 años, sigue siendo pieza básica en el esquema de Lotina. Su liderazgo, colocación y orden son fundamentales en el equipo periquito. Y si Pochettino sigue siendo el jefe de la parcela defensiva, la situación que vive Posse es todo lo contrario. Pese a ser muy querido por la afición, el delantero no entra en los planes del entrenador, hasta el punto de que sólo lo ha utilizado 19 minutos esta Liga.

RECIBIMIENTO MULTITUDINARIO EN EL AEROPUERTO
Como si de haber ganado una final se tratase, la afición del Espanyol celebró a lo grande el pase de los suyos a la final. Al grito de "sí, sí, sí... nos vamos a Madrid", la hinchada periquita se echó a las calles de Barcelona para teñirlas de blanquiazul por un día. El mayor momento de alegría se vivió en el aeropuerto del Prat, donde centenares de personas se agolparon para estar al lado de sus héroes a la llegada a la Ciudad Condal.

El más agasajado fue, sin duda, el entrenador Miguel Ángel Lotina. El técnico vasco estaba exultante. No era para menos, después de lo que está viviendo este año. Y es que, pese a que tiene el cariño de la afición como se lo han demostrado en muchas ocasiones, los directivos no quieren a Lotina, que sabe que cuando concluya la temporada deberá buscarse otro destino.

De hecho en este curso vive continuamente con la soga al cuello y en más de una ocasión ha tenido preparada las maletas de salida. La vez que más cerca estuvo de decir adiós a un club, donde en su primer año lo llevó a Europa y en este, su segundo, lo ha metido en la final de la Copa, fue el El 30 de noviembre tras perder con Osasuna.

Aquel día los altos mandos blanquiazules negociaron con Bielsa y Camacho para que asumieran el cargo de entrenador, pero ninguno de los dos aceptó la propuesta. Las otras alternativas no convencieron a la directiva y, más obligados que por otra cosa, decidieron dar un voto de confianza a Lotina. Ironías del destino el 12 de abril este gran entrenador puede convertirse en el quinto hombre en llevar al Espanyol a conseguir un título.