<
>

El comienzo de un largo camino

ATENAS -- A un año de los Juegos Olímpicos de Pekín, varios grupos pro derechos humanos han organizado el relevo de una "antorcha alternativa" con el lema "Los Juegos Olímpicos y los crímenes no pueden coexistir en China", para denunciar la brutalidad del régimen de Pekín.

La llama inicia el viernes una marcha de relevos por los cinco continentes que durará un año, para crear conciencia sobre los presuntos abusos contra los seguidores de la secta de corte budista Falun Gong en China.

Activistas pro derechos humanos, atletas olímpicos y políticos llegados de todo el mundo se reunieron el jueves por la noche en la plaza Sintagma, a los pies del Parlamento griego, para expresar su apoyo a las miles de víctimas de la represión oficial.

"Los derechos humanos han empeorado desde que se asignaron en 2001 los Juegos Olímpicos de 2008 a Pekín", declaró el ex secretario de Estado canadiense David Kilgour, quien elaboró el informe "Bloody Harvest" (Cosecha sangrienta) sobre la supuesta venta de órganos vitales de "miles y miles" de seguidores de Falun Gong.

Añadió que, si las autoridades chinas no detienen sus prácticas, "todo el mundo debería boicotear los Juegos".

La antorcha se prendió en una ceremonia en la que fue portada por cuatro "sacerdotisas" vestidas con túnicas blancas que simbolizaban la Paz, Libertad, Tolerancia y Justicia, y fue después entregada al patinador letón Martin Rubenis, medalla de bronce en los Juegos de Invierno de Turín 2006.

Miembros de la iniciativa denunciaron que las autoridades griegas no les permitieron llevar a cabo una marcha pacífica con las antorchas encendidas hasta la embajada de China en Atenas, a unos cuatro kilómetros del centro.

Sin embargo, el alcalde de Atenas, Nikitas Kaklamanis, envió un mensaje de apoyo al acto que destacaba que "los valores de la dignidad y los valores olímpicos no son acatados por China".

Anie, nombre europeo de una china que vive y trabaja en Madrid, viajó con su hija adolescente a Atenas para asistir al evento.

"Espero que con el relevo de la antorcha por el mundo la gente se de cuenta de las acciones del Gobierno chino y no vayan a los Juegos Olímpicos", aseguró durante la presentación.

Man-Yan Ng, un chino exiliado y alto ejecutivo de una compañía multinacional en Alemania, además de director ejecutivo de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, declaró que "nuestro deseo no es que se cancelen los Juegos, sino que se mejore la situación de los derechos humanos en China".

"China es el peor violador en el mundo de los derechos humanos y hay una gran controversia de que se celebren los Juegos en ese país. Son unos mentirosos profesionales", dijo Man-Yan Ng.

Charles Graves, vicepresidente de CIPFG para Europa, declaró en una rueda de prensa previa al acto que la propaganda del Gobierno chino empezó en 1999 y "mediante miles de correos electrónicos trataban de convencer a la gente de que nuestras denuncias son falsas".

Graves afirmó que "es cosa de los propios atletas decidir hacer un boicot más activo", aseguró.

Jan Becker, miembro del equipo australiano de natación en los Juegos de Tokio 1964 subrayó la importancia que tienen los medios de comunicación: "Hay muchos atletas, mucha gente, muchos gobiernos que aún no se han dado cuenta de lo que pasa. Además, en China los que saben y pueden hablar no lo hacen, tras recibir amenazas", aseguró.

La antorcha viajará a Berlín el 18 de agosto y seguirá a Múnich el 25, para continuar con su recorrido por Europa del Norte, en la primera parte del relevo.