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La experiencia de Raúl Lozano: 10 datos esenciales para conocer la nueva liga "vedette" del vóley

Japón es, en todo sentido, un país muy particular. La V.League, su liga de vóleibol, no podía ser la excepción. Convertida en la nueva “vedette” que atrae a figuras rutilantes del vóleibol internacional, la competencia nipona tiene muchas singularidades: los días de juego, el sistema de competencia, los medios de transporte y hasta la definición de los torneos, por ejemplo. También el modelo de contrataciones de las empresas, el reclutamiento en las universidades, la rareza de las transferencias de un club a otro y un largo etcétera.

De la mano de Raúl Lozano, el entrenador argentino del JT Thunders Hiroshima, uno de los 10 equipos, ESPN hizo un recorrido por diez puntos salientes de la competencia que captará varias de las máximas figuras de las ligas europeas.

“Chichi” Lozano dirigió las selecciones de España, Polonia, Alemania, China e Irán, y pasó por clubes de diversos países, entre los que se destacan los de la Liga de Italia, en la que fue campeón en 2000/01 con Sisley Treviso. Conoce infinidad de capas de cada equipo o liga de vóleibol internacional y puede plasmar su conocimiento para agudizar la mirada sobre ciertos detalles.

Ampliación del cupo de extranjeros

La ampliación del cupo de jugadores no japoneses levantó las compuertas para la llegada de figuras mundiales, que se sumarán a algunos de los que ya aterrizaron en la Liga de Japón: el neerlandés Nimir, el brasileño Lucarelli, el estadounidense Defalco, el polaco Sliwka, el italiano Recine y el japónes Ran Takahashi le darán brillo al torneo.

A partir de la temporada 2024/25 cada club podrá tener dos foráneos de cualquier nacionalidad más un voleibolista de la AVC, la confederación que nuclea a Asia y Oceanía.

“Van a incorporarse jugadores de muy buen nivel, lo que permitirá un salto de calidad a una liga que ya es muy buena en cuanto a organización e infraestructura. De todos modos, no todos los equipos tendrán dos extranjeros. Depende de la capacidad económica de cada uno”, explica Lozano.

“En lo técnico, el nivel de la liga es bueno y se está desarrollando lo táctico. Lo que falta es lo que siempre le faltó al vóley japonés: potencia. Tienen muy buena capacidad de salto, pero les falta potencia en el ataque o el saque. Es necesario que los jugadores japoneses se desarrollen más en lo físico. Las estrellas de la selección no son el reflejo del resto. Se están reclutando jugadores y se está desarrollando la liga: en un par de años debería ser más común ver jugadores como Ishikawa, Ran Takahashi o Nishida”, agrega.

Un sistema muy particular

La V.League está compuesta por 10 equipos. La fase regular se disputa desde octubre hasta marzo, con unas cuantas particularidades. Por ejemplo, se juega sábados y domingos contra el mismo rival, en una fecha doble.

“Si no fuese así, al ser 10 equipos la fase regular sería muy corta. Se jugaría poco. Eso tiene, por supuesto, sus pros y sus contras. Desde lo físico, si el primer partido fue intenso y se llegó a cinco sets, cuesta volver a jugar al máximo nivel menos de 24 horas después. Eso es común en torneos de selecciones, pero no resulta habitual en ligas de clubes”, explica Lozano.

Sin localías fijas

Los equipos no siempre juegan como locales en un mismo estadio. El equipo de Lozano es uno de los ejemplos. “Muchas veces jugamos en los alrededores de Hiroshima, en ciudades ubicadas a una hora o una hora y media del lugar en el que entrenamos. Eso hace que no tengamos un público estable, ya que se complica trasladarse para cada juego. También repercute en lo deportivo, porque practicamos y jugamos en gimnasios diferentes”, detalla el técnico platense.

Buena parte de los partidos se disputan en horarios cercanos al mediodía. A las 18.00, la hora de la cena en Japón, los visitantes suelen haber llegado de regreso a casa luego de tomar trenes de alta velocidad. “En un solo caso viajamos en avión. Los trenes de alta velocidad son óptimos y hasta permiten ahorrar tiempo respecto de un avión”, comenta el argentino.

Definiciones sin play off

Tanto la V.League como la Copa del Emperador se definen en Tokio, la capital, con una gran cantidad de público en los estadios. No hay playoffs, sino cruces a cara o cruz.

En la Liga de Japón 2023/24, los seis primeros de la fase regular jugarán por el título, con partidos a todo o nada, entre el 23 y el 31 de marzo. El 23 se disputarán los cuartos de final: el tercero contra el sexto (partido 1) y el cuarto contra el quinto (partido 2). Al día siguiente serán las semifinales: el segundo de la fase regular contra el ganador del partido 1 de cuartos de final y el N° 1 de la clasificación contra el vencedor del partido 2 del día previo.

El 30 de marzo, en el Ariake Arena, donde la Selección Argentina conquistó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos, se disputarán los partidos por el quinto y el tercer puesto. En el mismo escenario, el domingo 31 de marzo se desarrollará la gran final.

Empresas: sponsors y empleadores

Panasonic (Panasonic Panthers), Suntory (Suntory Sunbirds) y Toyoda Gosei (Wolfdogs Nagoya) son tres de las principales empresas que invierten en la Liga de Japón: son, naturalmente, las más tentadoras para incorporar jugadores.

Panasonic, gigante de la electrónica, es de las más conocidas en todo el mundo. Suntory es una compañía de bebidas alcohólicas de gran tradición: fue fundada en 1899 y es, actualmente, el tercer mayor fabricante de bebidas destiladas en el mundo. Fabrica whisky japonés, sake, cervezas, ron, tequila, vodka y mucho más.

Toyoda Gosei produce autopartes para el grupo Toyota. También es parte de Toyota la empresa JTEKT, auspiciante de JTEKT Stings, el equipo que ficharía al estadounidense Defalco y al brasileño Lucarelli.

“A nuestro equipo lo patrocina Japan Tobacco, la empresa de tabaco de Japón. Como toda la industria, está decreciendo, porque cada vez se fuma menos. Por ende, no está en su apogeo y es lógico que los clubes que más seduzcan a los jóvenes universitarios japoneses sean los de empresas con mayor potencial a futuro”, analiza Lozano.

La universidad es prioridad

La mayor parte de los jugadores japoneses se incorporan a los equipos de la V.League una vez terminada la universidad, a los 23 años de edad. “Cuando los universitarios se deciden por un equipo, entran a formar parte de la empresa que los contrata. Mientras se dedican al vóley, son jugadores full-time. Cuando terminan su carrera deportiva siguen incorporados a la compañía y pasan a trabajar en una oficina o en una fábrica”, detalla el argentino.

Son poquísimos los que hicieron un camino diferente. Y son, curiosamente, las máximas estrellas del vóley japonés actual. “Son contadas excepciones las de jugadores que saltaron de la universidad al equipo nacional y de allí se fueron al exterior sin pasar por la liga japonesa. Es el caso de Ishikawa, el capitán del seleccionado, y también el de Ran Takahashi, que al parecer volverá a Japón para jugar la liga. También ocurrió lo mismo con Nishida, el opuesto zurdo, que tampoco pasó por la universidad”, describe Lozano.

Según medios italianos, Yuki Ishikawa, actualmente estrella del Milano, tendría todo acordado para ser transferido al Perugia con un salario récord de unos 700 mil euros al año.

Reclutamiento y permanencia

Los clubes de la V.League rastrean su materia prima en las universidades. “A través de reclutadores, agentes o entrenadores, cada equipo busca quiénes son los jóvenes que se destacan. Además, priorizan qué roles específicos necesitan y también observan si hay quienes brillen por altura, capacidad de salto o técnica”, dice Lozano. “Generalmente, se contactan con el jugador y con la universidad y lo invitan a entrenar con el equipo, para observar el nivel técnico y qué capacidad de aprendizaje tiene”, amplía.

Por supuesto, las empresas más consolidadas y de mejores perspectivas laborales tienen mayor magnetismo que otras con menor poderío: a punto de egresar de las universidades, los voleibolistas no solo quieren dar un salto deportivo, sino asegurar un futuro laboral acorde a sus expectativas.

Pases entre clubes, una rareza

A diferencia de otras ligas –especialmente de Italia, la NBA del vóley-, son muy poco frecuentes los traspasos de jugadores de un equipo a otro. La razón es elemental: son muy pocos los jugadores profesionales que tienen contratos especiales y no planean seguir sus carreras laborales en las empresas patrocinantes de los clubes.

“En mi equipo, solamente dos jugadores tienen un estilo distinto de contratación. Son deportistas profesionales a los cuales se les hace un contrato fijo por una, dos o tres temporadas. Se les paga un poco más que al resto y se pueden cambiar de equipos. Los otros, que son empleados de las empresas, no pueden ser traspasados a otro club”, explica Lozano. “Por eso, también, es muy difícil reforzar equipos o hacer cambios profundos, porque se necesita tomar jugadores jóvenes, provenientes de las universidades, y desarrollarlos lentamente”, concluye.

Entrenadores de renombre

Laurent Tillie, que condujo la selección de Francia que se adueñó de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, es el entrenador más reconocido de la liga japonesa.

El argentino Lozano y el italiano Valerio Baldovin dirigieron en la Liga de Italia, la más poderosa del mundo. De hecho, el platense ganó el Scudetto en 2000/01. Javier Weber, otro argentino, podría sumarse para la próxima temporada: ganó ligas en Brasil, Grecia y Argentina, fue entrenador de la Selección de nuestro país y es actual asistente del seleccionado masculino de Estados Unidos.

El polaco Michal Gogol, el finlandés Kasper Vuorinen y el croata Edo Klein completan el panorama de los entrenadores extranjeros en la presente temporada de la V.League.

“La liga japonesa va mejorando porque se fueron incorporando entrenadores extranjeros. Japón se propuso tener una de las ligas más fuertes del mundo y va camino a cumplirlo. Pero es necesario el crecimiento de los entrenadores japoneses. Si ellos no dan un salto de calidad, pueden retrasar el desarrollo de los jugadores más jóvenes”, sostiene.

La tradición del vóley en Japón

La selección masculina de Japón fue una potencia en los inicios del vóleibol olímpico e hilvanó tres podios consecutivos. Logró el bronce como local, en Tokio 1964, y se llevó la medalla de plata en México 1968. La gran proeza se dio en Múnich 1972, cuando alcanzó el oro. En esos años, la selección nipona también fue tercera en dos Mundiales: Bulgaria 1970 y México 1974.

Si bien no volvió a brillar, el país asiático es habitualmente sede de numerosos torneos de máximo nivel. Allí se jugaba la Copa del Mundo (no es el Mundial, sino otro torneo con una denominación muy similar), el certamen que definía las primeras clasificaciones olímpicas. De hecho, solía decirse “Copa Japón” como sinónimo de Copa del Mundo.

La selección femenina se subió a cinco podios: fue oro en 1964 y 1976, plata en 1968 y 1972 y bronce en 1984. Además, ganó los Mundiales 1962, 1967 y 1974.

En la era moderna, Japón organizó los Mundiales masculinos 1998 y 2006 y los Mundiales femeninos 1998, 2006, 2010 y 2018.

Los nipones fueron la revelación de la Liga de las Naciones (VNL) de la temporada pasada: en 2023 hicieron una excelente fase regular y se subieron al tercer escalón del podio. “Ahora, con el buen nivel de la selección japonesa masculina, los medios volvieron a darle relevancia al vóley y eso también repercute en la liga”, comenta Lozano.